Seis de cada diez gitanos no terminan los estudios obligatorios

España alberga la comunidad gitana más grande de Europa, tras la rumana, con una población entre las 725.000 y las 750.000 personas, según la Estrategia Nacional para la Inclusión Social de la Población Gitana en España 2012-2020. Y sin embargo, “es la más desconocida a ojos de la sociedad”, ha alertado Eva Bretones, profesora de  los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya. Desconocimiento que causa muchos «prejuicios y estereotipos«, ha añadido. 

En este sentido, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la comunidad gitana y que pasa desapercibido es la escolarización. Según El alumnado gitano en secundaria: un estudio comparado, realizado por la Fundación Secretariado Gitano en 2013, la escolarización de los niños en primaria está prácticamente normalizada; lo preocupante es la brecha educativa a la hora de acceder a secundaria.

De esta forma, el 64 % de los alumnos gitanos no acaba los estudios obligatorios, frente al 13% del total de alumnos. Entre los 15 y 16 años se produce un gran descenso en la escolarización. A los 15 años el 86,3% de los alumnos gitanos está escolarizado, pero a los 16 la cifra disminuye al 55,5%. Así, el curso con más abandono es segundo de ESO y la edad en que más estudiantes gitanos abandonan la escuela son los 16 años.

Por este motivo se celebra la 39 edición de las Jornadas de Enseñantes con Gitanos, precisamente para reflexionar sobre la situación actual del pueblo gitano. Se trata de un espacio de reflexión y puesta en común de experiencias educativas vinculadas al pueblo gitano en las que se ofrece información y reflexión. En este marco, desde el año 2009 y a petición de un grupo de jóvenes, las jornadas acogen un espacio de encuentro y discusión para la juventud gitana. El objetivo es posibilitar un espacio donde jóvenes de toda España puedan conversar, opinar, intercambiar experiencias y reflexionar.

Para Bretones una de las claves del éxito radica en “atender e incorporar la diversidad cultural” a los proyectos educativos. Esto implica “cuestionar nuestros referentes culturales, porque solo así es posible que el otro pueda pasar a ser un nosotros”, ha explicado la experta.

Pero “la comprensión de la diversidad cultural no es un acto espontáneo, sino un acto de responsabilidad que requiere un esfuerzo por parte de los profesionales”, ha explicado Bretones. Para la investigadora: “Un abordaje atento a la complejidad de los fenómenos educativos implica aprehender y analizar las acciones profesionales como fenómenos vinculados a cuestiones sociales y culturales. Esta es una de las piezas en el abordaje de la participación escolar del pueblo gitano”.