'La chica de nieve': final explicado del 'thriller' español que triunfa en Netflix
La serie basada en la novela de Javier Castillo es un éxito, pero deja muchos huecos que el espectador debe rellenar. Aquí respondemos a las preguntas
La adaptación de la novela de Javier Castillo ha sido todo un éxito para Netflix. Con un presupuesto menor y con apenas seis episodios (la media es 8), La chica de nieve sumó en su primera semana de estreno 31,83 millones de horas vistas, según las estadísticas que presenta el servicio de streaming. La cifra supera a Bienvenidos a Edén (25,82 millones), por ejemplo.
Es cierto que la miniserie que recién se estrenó el 27 de enero está lejos de alcanzar lo conseguido por La casa de papel (201,91 millones) o Élite (51,38 millones), pero estamos hablando de productos muy diferentes. De manera que es probable que pronto se hable de una renovación y que tengamos más aventuras de la periodista Miren (Milena Smit).
¿De qué va ‘La chica de nieve’?
La serie, dirigida por David Ulloa (La peste) y Laura Alvea (The Extraordinary Tale of the Times Table), y basada en la novela de Castillo, sigue a Miren Rojo (Smit), una aspirante a periodista que se obsesiona con un caso: el secuestro de una niña llamada Amaya Martín, en 2010, en Málaga durante la cabalgata de los Reyes Magos. Al mismo tiempo que realiza la investigación, la joven debe enfrentarse a su pasado traumático. A continuación puedes ver el tráiler:
Ahora bien, si ya viste la serie, probablemente tengas muchas preguntas, sobre todo por el cierre, que deja abierta la posibilidad de retorno del personaje principal. ¿Habrá una secuela? Vamos a hablar de eso y muchas cosas más en las próximas líneas, por eso debo advertir que vienen spoilers.
¿Por qué secuestran a Amaya?
La serie es bastante explícita en cuanto a las personas que secuestran a la niña: Iris Molina (Cecilia Freire), con la complicidad de su esposo, Santiago Vallejo (Julián Villagrán). ¿Por qué lo hacen y por qué específicamente escogen a Amaya? Es una combinación de casualidad y conveniencia.
Iris descubre que hay una niña perdida en medio de la multitud durante la cabalgata de Reyes. En un principio, quiere ayudarla, pero luego ve la oportunidad de convertir su sueño en realidad: ser madre.
La progenitora de Amaya es doctora, especialista en fertilidad y una de sus pacientes es Iris. Esta relación le permite a la secuestradora establecer un vínculo con la pequeña. De hecho, le dice que conoce a su madre, y eso explica que la niña confíe de entrada en la extraña.
Por otro lado, es precisamente la desesperación por no poder a dar a luz, es decir, que los tratamientos no rindan frutos, lo que impulsa este delirio de Iris por hacerse madre a la fuerza. Ella arrastra a Santiago en esta fantasía y ambos, eventualmente, cometen varios crímenes para mantener esta paternidad en secreto.
¿Por qué los padres de Amaya reciben vídeos?
El espectador se pregunta por qué los secuestradores deciden enviar vídeos a los padres de Amaya, Álvaro (Raúl Prieto) y Ana (Loreto Mauleón), luego de seis años de silencio. Sobre todo, porque eventualmente el rastreo del aparato que graba y reproduce las cintas será clave para esclarecer el crimen. Pues bien, esto tiene que ver con el sentido de maternidad de Iris.
Iris se enfrenta regularmente al remordimiento por el crimen cometido. Esto se refuerza cada vez que ve declarar a los padres de Amaya. Es por eso que, como «madre», busca aminorar este dolor demostrándoles que la niña está sana y saludable. Puede resultar ilógico para muchas personas, pero en la mente perturbada de Iris tiene sentido.
¿Quién mató a Luque y Foster?
Cuanto más se obsesiona Miren con esclarecer el caso, más se adentra en tierras oscuras. Esto le lleva a la caravana en la que posteriormente asesinarán a Luque (Tristán Ulloa) y Foster (Stephan Wiks). ¿La periodista estuvo involucrada en estos asesinatos?
Luque era un violador convicto y era el responsable del foro en el que se que publicó imágenes de la agresión sexual que sufrió Miren. Foster, por su lado, era un pedófilo, que admitió haber disfrutado del sufrimiento de la protagonista durante el ataque. Lo que se deja entrever es que la periodista filtró imágenes del seguimiento a estos dos delincuentes confesos y dejó que los acontecimientos siguieran su curso.
Es obvio que alguien con suficiente motivos mató a estos dos personajes. Ya sea porque no querían que hablaran sobre la red de vídeos pornográficos o porque le había hecho daño a algún conocido. Eso es irrelevante para Miren.
¿Qué significa la escena final?
Gracias al seguimiento del caso, Miren puede conseguir el nombre de la persona que mandó a arreglar el aparato reproductor y da con Irene y Santiago. No tiene pruebas de que en la retirada casa de ambos está Amaya. Por eso decide acudir como periodista, simulando una investigación sobre familias apartadas de la sociedad. Sus sospechas son corroboradas de inmediato, primero por la bicicleta de niña que ve afuera de la granja y luego por la diadema que lleva la propia Iris y que Amaya llevaba en uno de los vídeos.
Después de una corta persecución, que lleva a la muerte de la secuestradora y el rescate de Amaya, Miren publica un libro en el que cuenta su experiencia. En una lectura de su texto, a la que acude su mentor periodístico, Eduardo (José Coronado), la periodista recibe una foto de una mujer amordazada. ¿Un nuevo caso para aclarar? Todo va a depender de si Netflix renueva a la serie.
En todo caso, hay posibilidades para una continuación: en El juego del alma, el segundo libro de Javier Castillo, publicado en 2021, el cuerpo de una adolescente crucificada en una iglesia da pie para una nueva investigación de Miren y Eduardo. Ese sería el punto de partida de la nueva temporada.
¿Podrán los padres biológicos recuperar a Amaya?
Una Amaya de 14 años no responde a su nombre. Hay que llamarla Julia, el nuevo nombre que le dio Iris, para que responda. ¿Esto quiere decir que no podrá comunicarse con sus padres biológicos? De ninguna manera. Debemos recordar que apenas está saliendo de un trauma. De hecho, aún está molesta porque vio fallecer a la persona que durante casi 10 años le cuidó, lavándole el cerebro.
Sin embargo, que Amaya finalice la serie viendo su dibujo animado preferido, La Abeja Maya, da esperanzas. Era su preferido antes de ser secuestrada y eventualmente podrá conectar con aquellos con los que compartió estas primeras imágenes.