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Wim Wenders: «Yo soy optimista, no sé cómo hace Woody Allen»

El cineasta alemán ha ofrecido este viernes una rueda de prensa tras recibir el Premio de Honor del BCN Film Fest

Wim Wenders: «Yo soy optimista, no sé cómo   hace Woody Allen»

Win Wenders durante el BCN Film Fest. | Marta Perez (EFE)

El cineasta alemán Wim Wenders es el homenajeado en la séptima edición del Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi (BCN FILM FEST). Toda la imagen del festival se basa en un fotograma con la actriz Nastassja Kinski en su famosa película Paris, Texas. La trayectoria de Wenders lo acompaña, y es gracias a ella que nos confirma que el premio recibido en el festival de cine de la ciudad condal no es un galardón para él sino para sus películas.

Wenders, quien nació unos meses después de la capitulación alemana en la Segunda Guerra Mundial en 1945, se ha convertido en uno de los directores de culto más exitosos de Europa a nivel mundial, por eso este año el BCN Film Fest no solo lo ha premiado por la trayectoria del autor sino que además presenta varias de sus películas más famosas, muchas de ellas restauradas, tal es el caso de Paris Texas, El miedo del portero ante el penalti, Alicia en las ciudades, El cielo sobre Berlín, The Million Dollar Hotel o los documentales Buena Vista Social Club que filmó junto con el músico Ry Cooder en Cuba o, Pina, el homenaje del director a la fallecida bailarina y coreógrafa alemana, Pina Bausch.

Cartel del BCN Film Festival con el fotograma de Nastassja Kinski

La carrera de Wenders está marcada por una ruptura de su búsqueda artística en diferentes momentos. La primera se produjo entre 1975 y 1977, entre las películas En el curso del tiempo y El amigo americano. Ambas son road movies, la película anterior habita plenamente su presente, mientras que la última está plagada de nostalgia, pintorescos paisajes y paisajes urbanos como meros significantes de viaje. No es de extrañar que la carretera y el viaje estén presente en su obra, ya que durante la rueda de prensa que ofreció el director en el cine Verdi de la ciudad de Barcelona nos deja un guiño: no le gusta viajar en avión, así como tampoco sus amigos y colaboradores en otras películas como Ry Cooder o Sam Shepard.

Durante esta conversación con la prensa, el director comenta que escribir el guion de sus películas es lo que menos entusiasmo le produce porque cree que el trabajo del escritor es un oficio solitario y a él no les gusta pasar tiempo solo. Debido a esta aversión ha declarado su admiración por esos directores que escriben sus propios guiones, algo que él solo ha hecho en dos ocasiones y con poca satisfacción; por el contrario, le gusta rodearse de quienes puedan escribir sus películas, pero más que guionistas, prefiere escritores: «Nunca pensé en guionistas, siempre me venían a la cabeza escritores». A partir de estas palabras recuerda sus colaboraciones con el Premio Nobel de Literatura 2018, Peter Handke, con el que trabajó en cinco ocasiones y de las que cree evolucionaron juntos, a tal punto que «su primer éxito coincidió con el mío». Wenders también comentó su colaboración con sus amigos, el norteamericano Sam Shepard, a quien incluyó en sus proyectos porque le conmovió la calidad de los diálogos en sus obras, además de ser «uno de mis mejores amigos».

Wenders también se ha pronunciado sobre otros directores que admira y, sobre el fallecido cineasta español Carlos Saura, ha afirmado que «él nunca cambió, siempre fue una gran persona, un gran poeta, un gran director, un gran escritor, y estoy seguro que me estará esperando allí arriba para hacer proyectos juntos cuando nos reencontremos». Tras esa confirmación donde la vida recorrida es mayor que la que le queda por recorrer afirma que «la edad que uno tiene es irrelevante, ya que lo que cuenta es quién eres y qué es lo que haces».

Pandemia, paz y optimismos varios

Wim Wenders ha pasado por muchas facetas en su vida. Estudió medicina y filosofía, intentó ser escritor, músico, planeó convertirse en sacerdote, pero finalmente entendió que con el cine podría abarcar todo las disciplinas artísticas y espirituales que tanto le gustaban. «De pequeño quería ser pintor, arquitecto, sacerdote, escritor, músico y al final escogí la pintura, de hecho era pintor cuando hice mi primera película, y me di cuenta que las películas incluían todo lo que quería hacer en mi vida».

Trabajando por las mañanas y haciendo cine por las noches cayó en la cuenta de que podía vivir de ellas, por eso comenta que las nuevas generaciones de profesionales del mundo del cine no deben escuchar a nadie cuando les diga que las películas son un producto que debe de que tener éxito: «Es una gran mentira, y si crees que las películas son un producto, dedícate a diseñar coches, pero no al cine» así que «aunque te obliguen, ten presente que el cine es cultura y forma parte de una de las tradiciones europea más antiguas como la literatura o la pintura».

Wim Wenders en Barcelona | Foto de Marta Perez vía EFE

Este optimismo casi rebelde viene de entender que muchos eventos han cambiado la percepción de nuestro mundo, ese que a él le gusta observar. «El 11-S cambió el mundo, al igual que la covid-19, el confinamiento o la pandemia» y es donde incide al ratificar que no podemos saber qué sucederá ni qué es la verdad hoy día, ya que «el sentimiento de la búsqueda de la verdad es una especie que va en vías de extinción y el concepto del bien común ya no tiene ninguna importancia para las nuevas generaciones». Estas declaraciones no emulan nostalgia ya que Wenders afirma que «aquellas buenas épocas pasadas han desaparecido totalmente y no volverán, y ahora debemos preguntarnos qué podemos hacer por esta verdad que buscamos y por el bien común», una reflexión que en los últimos cuatro días le ha llevado a pensar en el nuevo proyecto que girará en torno a la paz, «porque sin paz no hay verdad y sin paz no hay un bien común».

A pesar de que estas declaraciones hagan parecer pesimista al director alemán, él cree en el optimismo. «Yo soy optimista, no sé cómo lo hace Woody Allen, pero si no fuera un optimista eterno, nunca me habría dedicado a hacer películas» a lo que ha añadido que es «un optimista por el futuro del cine y por el de la sociedad, porque solo los optimistas pueden cambiar el mundo, los pesimistas siempre esconden la cabeza bajo el ala».

Los nuevos proyectos en Cannes

El director alemán ha recordado que irá a competir al Festival de Cannes con el largometraje Perfect days y el documental en 3D Anselm, obra sobre la figura del pintor neo-expresionista alemán Anselm Kiefer: «Me encanta que nadie sepa nada de estas dos películas. No me da miedo competir, si acaso un poco de miedo, pero no me preocupa. También puedo decir que son dos filmes no se parecen en nada a mis películas anteriores».

Wim Wenders estará participando en varios eventos y encuentros durante el BCN Film Fest hasta la semana entrante.

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