Greta Gerwig, la cineasta más taquillera de la historia que hizo de Barbie un icono feminista
La película de la directora californiana ha sido el gran fenómeno cinematográfico del año en todo el mundo
Montaje: Alejandra Svriz
Greta Gerwig (Sacramento, California, Estados Unidos, 1983) ha conseguido en 2023 lo impensable: que una muñeca como la Barbie estereotípica –la clásica, vaya– se convierta en un icono feminista. O en algo parecido, al menos. La gesta, si nos fijamos en lo puramente industrial, es mayúscula. Con su Barbie, la directora, actriz, guionista y dramaturga Greta Gerwig ha firmado la película más taquillera dirigida por una mujer de toda la historia. Es, también, la que más dinero ha recaudado en todo el año que dejamos ahora atrás, tanto en España como en el mundo entero. Ha arrasado, literalmente. Oppenheimer –otra gran película– ha sido un digno rival pero no ha podido hacer nada.
El 2023 de esta cineasta californiana, proveniente del cine más independiente, podría parecer el argumento de una película de ciencia ficción. Desde luego, si nos lo hubieran contado hace apenas seis años, cuando presentaba al mundo una película pequeñita y maravillosa: Lady Bird (2017). De aquella peliculita independiente protagonizada por Saoirse Ronan y nominada a varios Oscar (aunque sin conseguir ninguno) a esta superproducción protagonizada por Margot Robbie hay todo un mundo. En la gran pantalla, este 2023 lleva nombre de mujer. Ese es el de Greta Gerwig.
Del mumblecore a la cima de la industria
Hija de una enfermera y un consultor financiero de origen alemán, Greta Gerwig se educó en un entorno católico y luego se trasladó a Nueva York para estudiar Filosofía e Inglés. Lo que tenía en mente, en un primer momento, era convertirse en dramaturga teatral. Su encuentro con el influyente del movimiento mumblecore Joe Swanberg, para quien actuó en varias películas y con quien dirigió una de ellas, la convirtió en la musa de esta corriente. El subgénero mumblecore surgió a principios del siglo XX en Estados Unidos y consiste en la producción de películas filmadas con un bajo presupuesto y que apuestan por la improvisación en la actuación y en la puesta en escena. Fue con Joe Swanberg con quien rodó, en 2007, su primera película: Nights and Weekends.
Con el tiempo, Gerwig se fue alejando de aquel subgénero, aunque siempre se mantuvo en el lado independiente del espectro. A principios de la década de 2010, todavía en su rol de actriz, empezó a coger papeles secundarios en películas de mayor envergadura, como Damisela en apuros (2011) y A Roma con amor (2012). En esas películas pudo trabajar mano a mano con directores de renombre como Whit Stillman y, especialmente, Woody Allen. Sin embargo, el auténtico reconocimiento llegó con Frances Ha (2012), una película que coescribió y protagonizó junto a su pareja, el director Noah Baumbach. Este proyecto fue el que la catapultó al centro de la escena cinematográfica. Le valió, además, su primera gran nominación: el Globo de Oro a Mejor actriz.
La transición de actriz a directora se concretó con la mencionada Lady Bird (2017). Aquella era una película semi-autobiográfica que le valió una nominación al Oscar por mejor dirección y un Globo de Oro a la mejor comedia. Su consagración definitiva tuvo lugar con la adaptación de Mujercitas (2019), donde Saoirse Ronan, con quien ya había colaborado en Lady Bird, lideró un elenco que incluía a grandes nombres de la escena como Laura Dern, Emma Watson y Florence Pugh.
La dupla con Noah Bumbach y el fenómeno Barbie
Probablemente, si hace 15 años le dicen a Greta Gerwig que va a firmar la película más taquillera del año no se lo cree. Su cine no estaba hecho para ser consumido en masa. Por lo menos, hasta que llegó a su vida la muñeca más vendida de la historia: la Barbie. Lo de dedicarle una película de live-action al emblema de Mattel es una idea que lleva rondando los estudios de Hollywood durante unos años. Por lo menos, desde hace una década. Desde 2014, este proyecto ha dado varios tumbos, ha cambiado de directores, productores, protagonistas y ha pasado de mano en mano hasta que cayó en las de nuestra protagonista.
De nuevo junto con Noah Baumbach –con quien, por cierto, se acaba de casar en el ayuntamiento de Nueva York tras 12 años de noviazgo–, Greta Gerwig se pone a escribir el proyecto más ambicioso de su carrera. El resultado: una historia autoparódica de una muñeca que busca su auténtica identidad en un mundo de fantasía. La premisa no es demasiado complicada. Tampoco necesita serlo, porque la ejecución es sencillamente perfecta. Y así lo atestiguan los millones y millones de personas que han ido a una sala a ver la película. Barbie ha hecho historia convirtiéndose en la película dirigida por una mujer más taquillera de la historia. En su primer fin de semana, la cinta de Greta Gerwig duplicó las ganancias del Oppenheimer –su supuesto gran rival– de Christopher Nolan. Un fenómeno global y un año para enmarcar.
