Alfredo Relaño: «Rubiales no cayó antes por la protección del PSOE y Florentino Pérez»
El histórico director del diario AS repasa algunos de los sucesos más destacados del deporte español
Tiene algo de abuelo bonachón, entrañable, relajado. Ya retirado de la guerrilla diaria, Alfredo Relaño (Madrid, 1951) es un histórico de la prensa deportiva patria. Director del diario AS durante 23 años, miembro fuerte del grupo PRISA, ojeador incansable de talentos como Paco González, José Ramon de la Morena o Michael Robinson. Fue el hombre que acuñó el concepto de ‘villarato’, que ha derivado en concepto visionario, a la luz de lo sabido ahora en el escandalo Negreira. Madridista, sí, aunque no al servicio de ningún club. Y con un idilio con Florentino Pérez que se le quebró hace tiempo. Nunca una flor duró dos ligas enteras.
PREGUNTA. – Va a llegar un momento en que hacer esto de leer el periódico en papel va a ser tan raro, Alfredo, como fumar en un hospital.
RESPUESTA. – Ya lo es casi. Yo no lo leo como toda la vida, lo leo en digital, en pdf, pero el periódico en papel ya no lo compro.
P.- Va a ser tan raro como estar en redacciones llenas de humo y whisky.
R.- Eso te lo has perdido. Redacciones de humo hasta hace muy poco, relativamente poco. Y con whisky, mira, yo entré en El País, en la redacción fundacional, y Cebrián prohibió el alcohol en la cafetería. El periodismo que yo he conocido de chaval era muy golfo, era muy de llegar borrachos, escribir borracho. Yo estuve en el diario Pueblo, y es que había hasta una especie de lupanar abajo. Y me fui hasta deprimido, porque era muy tierno. No había hecho ni la mili.
P.- ¿Pero Alfredo Relaño ha escrito borracho y bien?
R.- Sí, he escrito borracho bastantes veces. Y se escribe bien, tienes más inspiración. A veces he escrito tan, está feo que lo diga, pero tan borracho que hay un momento en que dominas más la mente que los dedos y tienes que ir con cuidado, no es que fuera lo habitual. Incluso hay un punto que hay un poco más de lucidez, también de agresividad. Pero afecta más antes a los dedos, porque cuando afecta a la cabeza, ya no puedes hacer nada más que coger un taxi, y decirle tu dirección por los pelos. Pero tampoco es que esa fuera mi vida habitual, pero sí se daba a veces.
P.- Desde 2019 sin dirigir el diario AS. Qué alivio, ¿no?
R.- Ya me estaba cansando, lo notaba en los días cuando empezaba el buen tiempo que me daba pereza. En casa tenemos una piscina y la tentación de quedarte en el jardín, de hacerte una excursión, las cosas que hago ahora. Y lo hablé a un año vista. Lo hablé con Augusto Delkáder, que no tenía nada que ver con AS, pero era un jefazo del grupo con el que yo tengo mucha confianza. Primero no me tomaron en serio.
Se juntó, había muerto Luis Aragonés con 75, y me dijo Jesús Paredes que era el preparador físico, un filósofo vallecano, «mira, Alfredo, la vida es como un partido de fútbol. Son dos tiempos de 45 minutos, solo que según avanza el segundo tiempo, por menos de nada sacan tu número y te mandan al archivo, al cementerio». Entonces tendría 68 o 67, lo único que no he hecho en la vida es no trabajar y a mí me gustaría no trabajar y por eso lo dije. Hago mis cositas, tengo todo el tiempo libre para mí. Y estoy fenomenal. Y efectivamente, como dices, no tengo que pensar cada día en la portada ni otras muchas cosas.
P.- Una de las cosas que cambió en su momento en el diario AS es aquello de la contraportada del periódico cuando había diariamente una chica, la chica del AS, en bikini, ropa interior. ¿Esto cuándo se quitó?
R.- Esto lo quité yo, cerca del cincuentenario, antes del 16 la quitaría, a lo mejor en el 2014. La chica del AS en su nacimiento fue un cierto alarde progresista porque estábamos en los tiempos del franquismo, que era muy pacato para todo. El cuerpo femenino era una cosa totalmente prohibida. Ahora es difícil hacerse esa idea, pero era como una liberación del cuerpo. La primera fue Conchita Velasco y salía dando un salto con unos pantalones apretados, cortos, hasta justo debajo de la rodilla. Y el lema era «Contamos contigo», que era un lema que inventó Samaranch para que la gente hiciera más deporte.
Al principio eran famosillos, luego se iba buscando un poco jamoncito. Yo trataba de hacerlo un poco por la tradición del periódico y con un poco de finura, pero no era tan fácil. Había dos líneas, la chica estilizada de pierna fina y la de camioneros, de formas ampulosas. Y ya con el tiempo pues empezamos a tener cada vez más quejas. Quejas de gente que veía que era una cosificación de la mujer y con el tiempo pensé que eso ya estaba pasado de fecha. La verdad es que no nos resentimos en cuanto a lectores.
P.- Entre otras muchas cosas, Alfredo Relaño puso en marcha los deportes de Canal Plus. Se puede decir también que fue el descubridor de Michael Robinson, al que, ¿es cierto que se le dijo que no aprendiera demasiado español?
R.-No, eso es una broma (Ríe). Nunca hablo muy bien español, porque además nunca lo estudió. Se aprende mejor los idiomas cuando eres muy caradura y muy conversador, y él era muy conversador. Entonces nunca tuvo un profesor de español para nada, el más profesor de español que he tenido he sido yo. Recuerdo que el primer verano me preguntaba continuamente palabras, estaba leyendo el MARCA y decía «¿qué es un hito?», y yo me comía el coco. «¿Cómo le digo a este tío que es un hito?» Ahora sí, en el último tiempo, cuando ya me iba a ir al AS, intenté enseñarle latinajos para que dijera, para que sorprendiera ya diciendo de repente «sic transit gloria mundi», por ejemplo (ríe). Y le hice una lista de diez o 12 latinajos y lo hablé con él. Pero se acabó perdiendo.
P.- Pero esa era la gracia de Robinson, un hombre que sabía muchísimo de fútbol, pero muy poco de español.
R– Al principio, menos incluso de lo que después llego a saber. Fíjate, nosotros pasamos de tener a Jorge Valdano, que luego lo dejó porque quería ser entrenador, y pasamos a tener a Robinson. Me acuerdo que Cebrián me decía en broma cuando empecé Canal Plus, que había que hablar castellano de Valladolid, y luego me dijo «primero Valdano y luego Robinson, ¿dónde está ahora Valladolid?»
P.- Escribió una vez Enric González que los presidentes de la Real Federación Española de Fútbol se creen emperadores romanos o Al Capone, ¿los dirigentes del fútbol español en general son más emperadores romanos o más Al Capone?
R.- Al Capone mataba, la mafia mataba. Más emperadores romanos, quizá, pero cualquier director de periódico es un emperador romano. Tiene un mando absoluto sobre todo lo que pasa. Es una tentación en la que puede caer más gente que no solo los presidentes de federación o de club.
P.- ¿En qué categoría incluiría Alfredo Relaño a Luis Rubiales, desaparecido en combate?
R.- Luis Rubiales, era bueno en algunas cosas y tenía mucho impulso, y ha hecho algunas cosas que me han gustado. Lo que no tenía era una arquitectura interior para para llevar un cargo así, eso le faltaba y es por donde terminó fallando, porque hizo el patán, hizo el gañán y se fue por desequilibrarse completamente por un éxito del que quiso apropiarse. Le faltaba una cierta seguridad interior y conocimiento del mundo para resistir la fama. Y él ahí perdió la cabeza completamente y se desvarío. Se había desvariado en otras cosas, y había sobrevivido por una sobreprotección que tenía en parte del presidente del Gobierno, en parte Florentino, que manda mucho. Y porque era enemigo de Tebas.
P.- ¿También protegido por una determinada prensa?
R.- Rubiales no contó tanto con eso. No sé si tenía mucha prensa a su favor o poca en contra, pero lo que él sí tenía por un lado era la protección del PSOE y por otro la de Florentino Pérez. Y bueno, de hecho tuvo problemas de los que acabó en la justicia y podía haber acabado en el TAD y haber acabado con él antes de tiempo. Cuestiones que todavía están colgadas. No, no, no tendría porque habrían llegado ahí.
P.- ¿Si Rubiales no cae antes, previo al famoso pico, es por la protección del PSOE?
R.- Del PSOE, y de Florentino, que todo eso va junto. No porque Florentino sea un votante habitual del PSOE, pero es un hombre de poder y siempre está con los que comparten el poder. Y ya te digo, eso era más bien que nada porque era contrafigura de Tebas. Entonces Florentino le tiene mucha manía. Y en el PSOE porque pensaban que, como es muy activo, era hiperactivo, estaba tomando posiciones en el deporte excesivas. Posiciones que correspondían al Estado, pero el Estado no lo hacía. Como resolvió el fútbol, y cogió mucho predicamento.
Y consideraron que Luis Rubiales era una especie de contrapoder, de contrafigura del deporte español. También le tenía antipatía, y eso es más natural, Alejandro Blanco, el presidente del COI, no se lo reprocho. Son dos puestos fronterizos y es normal que rocen. Y como Rubiales iba contra Tebas, pensaron que Rubiales era el bueno, y eso es una tontería. Puede que los amigos de mis enemigos sean igual o peor que mis enemigos. Y por eso tuvo tanta protección.
P.- Ya que mencionamos a Rubiales, el otro antiguo dirigente mucho más largo en el tiempo de la Real Federación Española de Fútbol fue Ángel María Villar. Relaño fue la persona que acuñó aquello del ‘villarato’. Que nació antes del asunto árbitros, sino por la concepción de poder que tenía Villar.
R.- Por su forma para mantenerse en el poder, pero luego en Cataluña se tomó por el asunto de los favores arbitrales que yo entendía que estaba recibiendo el Fútbol Club Barcelona, que por cierto, no sabía que estaban tan bien engrasado como estaban.
P.- Visto lo leído y lo escuchado y lo que se está investigando sobre Negreira, ¿Alfredo Relaño fue un visionario?
R.- Estaba viendo cosas que estaban pasando que más que favorecer al Barça, que siempre se le ha favorecido, era que se perjudicaba al Madrid, que nunca había pasado. El Madrid y el Barça siempre han salido bien parados con los arbitrajes. Y vi un tiempo en que al Madrid le pasaban cosas malas con los árbitros y es más, que a los árbitros con los que al Madrid le pasaban cosas malas, les iba bien y a los otros con los que pasaban cosas buenas, les iba mal.
Por ejemplo, un tal Rodríguez Santiago que dio un gol que Messi había dado con la mano, eso puede no verlo, puede pasar. Eso fue un sábado, el lunes le dieron la final de Copa. Llevó un tiempo que vi que había un sesgo que ahora entiendo mejor por qué. Yo simplemente veía, lo notaba. Y por cierto, tuve mucha gente en contra, incluso amigos, parecía que era una artimaña comercial mía como director.
P.- ¿A Alfredo Relaño le parece el mayor escándalo que ha vivido el deporte español?
R.- Sí, sí, completamente. Siete años, el Barça, cuatro presidentes, el vicepresidente de los árbitros. Aparte que a los árbitros, esto forma parte del concepto de Villarato, no hay que comprarles exactamente. Los árbitros, muchos de ellos o bastantes de ellos, como bastantes de los de cualquier oficio, entienden que es más conveniente hacer las cosas como conviene a tu organización o como conviene a tus jefes, o como está mejor mirado en ese sitio. En el arbitraje lo que siempre ha pasado es que en el mejor si te tienes que equivocar, equivocarte de la manera que conviene que de la que no conviene. Y a los mundiales nunca llega un árbitro que sea capaz de equivocarse contra Alemania, ni contra Italia, ni contra Brasil, ni contra el equipo de casa, salvo que alguno de nosotros tres juegue contra el equipo de casa. Eso no lo ves nunca.
P.- No es que haya árbitros comprados, pero si fallan, mejor que no se equivoquen, vamos a poner por caso, en contra del Barça.
R.- Entonces si llegas a Barcelona y Negreira te invita a cenar y a un karaoke la noche anterior. Luego sabes que Negreira va a tener influencia en tu carrera, va a tener influencia en que seas. A mí lo que me contó un árbitro de la época, supongo que habrá alguno que se lo diga al juez. Es que una vez al año Negreira a media temporada los recibía uno por uno en una habitación por separado. Y les explicaba si vas en el grupo A que son internacionales, si vas en grupo B que es en medio o vas en el grupo C, que es lo que están en peligro de descenso.
«He escrito borracho muchas veces, y bien, con más lucidez»
P.- Ya en el 2011, Alfredo Relaño, escribía en el diario AS, a raíz de lo del villarato, hablaba sobre el factor de corrección que se les aplicaba a los árbitros, hombres sobre cuya carrera profesional deciden otros, los que deciden quién merece o no bicocas muy bien pagadas. Y unos cuantos años después, estalló el escándalo Negreira. ¿Hay muchos periodistas que se callaron esta información?
R.- Eso no es una información, es una deducción más que una información. Por un lado hay una cierta rivalidad periodística. Por otra parte, hay una especie de cosa bobalicona que había también de decir «no, es que yo tendría que dejar de creer en el fútbol si existiera esto», pues no, es que esto es parte del fútbol. Y yo estaba hablando sobre impresiones, no sobre evidencias. Ahora, cuando hay esta evidencia, aun existiendo esta evidencia, hay muchos que aseguran que les ha engañado.
P.- ¿Cuándo se rompió el amor entre Alfredo Relaño y Florentino Pérez?
R.- Poco a poco. Por Mourinho, sobre todo la primera causa fue Mourinho. Él protegía mucho a Mourinho y la manera de estar de Mourinho en el fútbol, en el Madrid, no tiene relación con la idea que yo tengo del Madrid. Del Madrid tengo una idea un poco idealista. Y aparte de no gustarme mucho su propuesta de fútbol, aparte de eso no tenía una conducta. Ya cuando le metió el dedo en el ojo, por detrás, a Tito Vilanova y luego encima a los tres días en el Bernabéu, aparece una pancarta consentida o alentada por el club, diciendo tu dedo nos señala el camino. Eso me pareció indecente.
Y por ahí empezaron los problemas, aparte de que ya tenía yo unos recelos con él, supongo que él conmigo, pero tenía unos recelos con él que han ido aumentando con los años. Que es que pretendía influir demasiado a la prensa, y lo ha conseguido. Ha conseguido atraer a la prensa deportiva, eso está muy feo decirlo y no quisiera extenderme, pero ha traído los defectos de la prensa económica a la prensa deportiva. Me parece que hay demasiada proximidad, hay demasiado enjuague, él lo ha procurado y lo ha ido induciendo y ha ido creando una especie de una especie de temor reverencial que no se puede decir nada contra él. Que es una de las cosas que yo quería demostrarme a mí mismo y demostrar que sí se podía hacer. Y a lo mejor a veces cargué la mano de más.
P.- ¿Se le presupone un poder excesivo a Florentino Pérez?
R.- Yo no me lo he terminado de explicar y lo he hablado con gente muy situada porque puedes pensar en El Corte Inglés o Telefónica, que son grandes anunciantes, pero el Madrid no tiene poder, el único poder es el palco del Bernabéu. Y luego también porque es muy bueno, es muy pesado, es muy insistente por las buenas y por las malas. Si tienes un problema, trata de ayudarte, y al revés. En resumen, dedica mucho tiempo a que la gente le haga caso y se le hace caso por paliza. La verdad es que es un paliza (ríe).
P.- ¿Alfredo Relaño ha llegado a tener inquina personal?
R.- No, y parece mentira, pero en el fondo, como he tenido también buen trato con él, me parece que tiene un punto de chaladura y de romanticismo que me gusta. Dentro de aquello que parece que tiene el mismo traje, se ducha con él, y es tan formal de maneras, aparentemente, me gusta una mirada, un poco de fantasía que tiene. Por ejemplo, con el tema de los galácticos, que a la larga le fue poco práctico, pero me encantó. Tiene un puntito original en las cosas, es un buen presidente para el Madrid. Está siendo un buen presidente para el Real Madrid.
«Florentino Pérez tiene un punto de chaladura y de romanticismo que me gusta»
P.- Alfredo Relaño defendió siempre una idea interesante, al igual que había prensa de derechas y prensa de izquierdas, debería haber, por qué no, una prensa madridista, más blanca, que no supone estar rendido absolutamente al club. Se lo iba a trasladar a los diarios generalistas. ¿Nota que el diario El País, siendo un periódico de izquierdas, pudiera estar ahora más servil hacia la izquierda?
R.- No, está más en una izquierda más izquierda que la que había antes. Pero yo creo que hay una cierta identificación con una línea de pensamiento. Lo mismo ahora que antes. La línea de pensamiento de la izquierda dominante en España se ha movido un poco más hacia la izquierda. Entre el PSOE de Pedro Sánchez o Zapatero y el PSOE de Felipe hay una diferencia que ahora mismo está expresando el propio Felipe. Y lo que sí hay, desde luego, es una afiliación, una proximidad de los diarios a un cierto tipo de pensamiento que es el que representan un partido u otro. Lo cual no quiere decir que haya un dominio del partido sobre eso, sino que pensamos igual.
P.- La nueva Superliga, después de la decisión de la Justicia Europea, ya que parece que ahora la cosa se puede volver a reactivar, ¿le sigue sin convencer?
R.- Sí, bueno, la nueva Superliga ha sido una adecuación de la idea inicial, que era una gorilada, porque sabían que la UEFA estaba pensando eso. ¿Qué no me gusta de esta cosa? Si se diera tal como es el diseño que presentaron, que no es nada, es una cosa que hemos puesto todo en un papel y sacamos un alemán que hemos contratado que lo cuente. No me gusta que pierdan importancia los campeonatos nacionales. El campeón nacional entra en Tercera. No valen entonces las ligas nacionales, pierden categoría. A mí me gusta bastante lo de ahora, que es evolución de lo que había cuando era niño. Es evolución porque cuando empecé a ver el fútbol solo iba al campeón de Liga, solo iba uno, ahora ya van cuatro de los países más ricos, o sea, ya tenemos bastantes más partidos.
P.- ¿A Alfredo Relaño le sigue convenciendo esta Champions?
R.- Me convence esta Champions, me fastidia la de después, me convence esta Champions y me convence el papel de la Liga. Es decir, yo disfruto la Champions y la Liga. Creo que si se hiciera esa otra idea no disfrutaríamos la Liga porque perdería importancia y la jugarían con los suplentes, como pasa con la Copa. Y otra cosa, yo no tengo necesidad de que el Madrid juegue con el Manchester United todos los años, ni con el Barcelona en Champions todos los años. Creo que es mejor que sea excepcional y de esos hay dos, tres o cuatro enfrentamientos cada año, digamos del Madrid o del Atleti.
P.- ¿Cuánto ha cambiado también la relación de los periodistas con los jugadores?
R.- Muchos ya no se dejan ver. Mira, cuando yo empecé de chaval, nosotros entrevistábamos a los jugadores en las duchas cuando estaban en pelotas. Es verdad que éramos tres. Estaba, el del diario AS, yo por Marca, y uno se llamaba Antonio por Radio España. Y Pirri, Velázquez, Amancio salían con el rabo al aire. Y secándose y tal, era natural, se ganaba tiempo. Si algún día nos dejaban entrar es porque había habido alguna bronca, eso se fue cortando ya más o menos en la época de Valdano. Y ahora sigue habiendo algo, pero es difícil verlos.
P.- Para cerrar la visita de Alfredo Relaño a El purgatorio, cuestiones breves. El odio eterno al fútbol moderno, ¿lo compra?
R.- No, no lo compro tanto. Algunas cosas no me gustan. Lo que más odio del fútbol moderno es que se toquetee el reglamento y los peluqueros de los futbolistas.
«La chica del AS en su nacimiento era un símbolo progresista»
P.- Ahora que ha pasado el tiempo, el periodismo deportivo patrio le debería dar las gracias a José Mourinho por el número de periódicos que vendisteis.
R.- No hay que darle las gracias por nada, de verdad. Creo que fue una mala aventura.
P.- ¿Pero no vendieron muchos periódicos?
R.- Habríamos vendido más periódicos si el Madrid hubiera ganado la Copa de Europa, y las ha ganado cuando él no ha estado.
P.- ¿Le gusta el nuevo Santiago Bernabéu?
R.- No, desde fuera. Por dentro no he estado.
P.- ¿Cuánto queda para que el fútbol cree un clima respirable para que los jugadores homosexuales, que haberlos haylos, expresen libremente su sexualidad?
R.- Quedan un poco todavía, quizá menos. Quizá no haya tantos. Igual es que hay muy pocos casos, porque es un mundo con un cierto protagonismo machista que quizá los va eliminando en el camino.
P.- ¿Cree que hay pocos jugadores homosexuales?
R.- No hay un 10% como puede haber en otros deportes, pero ya te digo que es porque la atmósfera en el fútbol tal y como la he conocido, seguramente eche para atrás. Tocaría que hubiera un 10% en cada plantilla, dos por equipo, pero yo creo que tiene que haber menos. Por la propia atmósfera que se respira desde los 14 años. Ese ambiente que cultiva lo brutal y lo machorro en plan bestia.
P.- Ya que habrá estado de comidas muchos días, ¿por qué los directores de periódico comen mucho, una barbaridad?
R.- Como decía un amigo mío, «la cantidad de langostinos que hay que comerse para llevar un plato de sopa a casa» (ríe). Yo comía fuera de casa todos los días, menos el viernes.
P.- ¿La comida más larga que ha tenido Alfredo Relaño?
R.- Con Di Stefano y con Michael Robinson. Con Di Stefano era hasta las 22:00 de la noche y con Robinson después de las 22 de la noche, y seguir. La más larga comida que tuve fue el último encuentro que tuve con Robinson cuando ya estaba bastante avanzada la enfermedad. Comimos, seguimos tomando copas, cenamos y volví a casa a las tres. Ya no era yo director de AS, por lo cual encima ya no estaba pendiente del teléfono y no me metió prisa mi mujer. Y por cierto, no habló para nada de la enfermedad, no salió en la conversación. Y con Di Stefano comer y estar charlando hasta la cena era una delicia.
P.- ¿Qué toma Alfredo Relaño de beber?
R.- Ahora mismo me he hecho abstemio por probarlo todo. De verdad, llevo bastantes veces de abstemio, pero últimamente lo que tomaba era siempre vino tinto, me parecía más, no sé, más castizo, más sano. Whisky he tomado bastante, en sus tiempos coñac, pero últimamente ya te digo que hace meses que no bebo.
P.- ¿Ve mucho fútbol femenino?
R.- No, poco, pero vi el Mundial. Te voy a decir que lo vi en unas condiciones raras porque estuve bastante enfermo. Este verano tuve una neumonía doble bilateral y estuve internado varios días con bastante fiebre y luego ya mejor. Fue este verano en Denia y vi los partidos y los vi con delectación. Me enchufé mucho, y lo disfruté.
P.- ¿Le preocupa a Alfredo Relaño el uso del Barça como actor dentro del independentismo?
R.- Sí, siempre se ha hecho. El independentismo siempre que ha estado incómodo ha usado el Barça como una bocina. No quiere decir que el Barça sea en sí un foco de independentismo, en el Barça, en los socios y los directivos, está repartido como está en la sociedad. Mira, cuando se presentó Laporta la última vez, la penúltima vez dijo: «El que quiera ver el Camp Nou lleno de esteladas, que me vote». Y le ganó Bartomeu. O sea, no es que el socio del Barça sea de ese palo, pero el independentismo si utiliza el Barça y el Barça se ha aprovechado de eso. El Barça ha tenido más protección de la que dicen todas las épocas. Se ha hecho la víctima siempre para tener más protección.