Los empleados de la banca piden un mayor plus por kilometraje ante el alza de los carburantes
En algunas entidades las compensaciones por el uso del coche propio para trabajar llevan veinte años sin actualizarse, como en Deutsche Bank
La subida del precio de los carburantes de las últimas semanas que está haciendo estragos en el transporte tiene un efecto trasversal negativo en toda la industria y los servicios. También en los bolsillos de los empleados que usan el vehículo propio para trabajar. Algunos de ellos, a través de las organizaciones sindicales, ya se están movilizando para que las empresas eleven las compensaciones o plus por kilometraje. Éste es el caso de la plantilla de algunos bancos, que han reclamado ya una revisión de estas partidas que llevan tiempo sin ser ajustadas. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la dirección de Bankinter, Kutxabank y Deutsche Bank en España ha recibido esta reivindicación. Una decisión que, previsiblemente, se replicará en otras entidades y a otras compañías de otros sectores.
Hay que tener en cuenta que el precio de los combustibles se ha disparado como consecuencia de la guerra de Ucrania y por litro se paga en las gasolineras un mínimo de 1,74 euros. Un coste que los empleados que utilizan su vehículo no quieren asumir, porque perderían poder adquisitivo.
Desde Comisiones Obreras se asegura que en la filial española de Deutsche Bank la compensación por kilometraje lleva sin cambios desde hace veinte años. Desembolsa 0,23 euros por kilómetro. Un circunstancia que ocurre en Bankinter desde hace cuatro ejercicios. Esta entidad abona 0,26 euros por cada kilómetro por el desplazamiento para labores profesionales a sus empleados. Una cantidad que desde 2008 se ha incrementado en un 8%, pero que se ha alejado aún más del coste real tras el arreón de los carburantes en 2022.
A la espera de una pronta respuesta
Por ello, los sindicatos han llevado la reclamación de un alza de estas compensaciones para que los empleados no tengan que asumir nuevos costes para trabajar al llenar el depósito. Un coste que, además, debe salir de las cuentas de los bancos, argumentan. Confían en obtener un pronta respuesta por parte de las entidades para reajustar las condiciones.
En Kutxabank la petición va más allá y es más global porque toda la sociedad debe hacer esfuerzos para que los precios de los combustibles y de la energía bajen. En este sentido, la plantilla de la entidad vasca se posiciona en línea con la presidenta del Santander. Ana Botín señaló hace unos días la necesidad de que todos hagamos pequeños gestos y aseguró que en su caso ha limitado la temperatura de la calefacción de su casa.
Para que haya un menor consumo, los sindicatos de Kutxabank han solicitado un mayor teletrabajo. De esta manera, se reduciría el consumo de carburantes y se recortaría la presión sobre sus precios. Han pedido a la dirección que las gestiones que se puedan realizar a distancia se dejen de hacer fisicamente y se eviten así gastos innecesarios.
Peticiones en pleno ajuste de costes en la banca
Estos reclamos se producen en un momento en que los bancos está llevando a cabo un ajuste de costes para mejorar la eficiencia. Una política que no solo se circunscribe al recorte de más de 19.000 empleados en dos años y al cierre de sucursales, ya que afecta a toda la base de gastos operativos.
Las entidades están intentando aumentar su rentabilidad por esta vía hasta que el BCE suba los tipos de interés y el euribor vuelva al terreno positivo tras cinco años en negativo. Con ello, el sector aumentaría sus ingresos por los préstamos, su principal negocio. Esta partida ha lastrado sustancialmente los resultados del sistema desde 2016.
No se descarta que el BCE, debido a la escalada de la inflación, vaya a mover ficha a finales de este año, aunque todavía no hay nada clara sobre la mesa. El organismo comunitario ha decidido adelantar el fin de su programa de compra de deuda, pero no ha dado pistas decisivas sobre una subida del precio oficial del dinero.
El Gobierno, por su parte, intenta consensuar medidas con el resto de países europeos y para atajar los precios energéticos. Por ahora descarta toparlos a pesar de haber insinuado con esta limitación. T también reducir los impuestos que pagan los ciudadanos por el uso de la luz, el gas o las gasolinas. Algunas comunidades autónomas y formaciones políticas habían solicitado al Ejecutivo un recorte fiscal para este tipo de productos.