Pedro Sánchez se vuelve a quedar sin su foto con el Ibex pese al 'gancho' del emir de Catar
El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en una foto tras participar en el Foro empresarial España-Catar de este miércoles en la CEOE. | POOL MONCLOA
Pedro Sánchez ha vuelto a quedarse sin su foto con grandes empresarios. Y ya van cuatro en menos de dos meses. Un claro síntoma de que las relaciones están completamente rotas y que los puentes que ha intentado tender el Ejecutivo están siendo hasta ahora un completo fracaso. En esta oportunidad ni siquiera el potente gancho de los 4.762 millones de euros anunciados por el emir de Catar, Tamin Bin Hamad al Thani, lograron convencer a los primeros espadas del Ibex para retratarse con el presidente de Gobierno.
La situación vivida este miércoles en la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) fue bastante estrambótica. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE que asistieron al Foro empresarial España-Catar coincidieron en señalar que, pese a los esfuerzos de Moncloa para contar con un nutrido grupo de empresarios, finalmente la foto se quedó en nada.
La única instantánea distribuida fue una imagen protocolaria en la que posó el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (ver la fotografía principal que ilustra esta información).
Reunión en la CEOE
En el caso del primero, su obligación era posar junto al presidente ya que era el organizador del evento y en cuanto al segundo, su principal prioridad durante la visita del emir fue estar lo más cerca posible de él para demostrar públicamente el apoyo de Catar a su gestión en Iberdrola. Por tanto, no fue un apoyo al Presidente de Gobierno con quien, por cierto, sigue enfrentado por la gestión del Ejecutivo en la crisis energética.
De hecho, grandes representantes de empresas como Ferrovial, FCC, Acciona, El Corte Inglés, Banco Santander, Colonial y Técnicas Reunidas asistieron al evento pero no aparecieron en fotografías institucionales, evitando una vez mezclarse con la propaganda de Moncloa. Una situación que se repite por cuarta vez en menos de dos meses.
La primera se vivió el pasado 28 de marzo en la presentación en sociedad de las líneas estratégicas del plan económico contra la guerra. Sánchez quería una gran foto con el Ibex, pero solo acudieron al encuentro José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica, Florentino Pérez, presidente de ACS, José Bogas, consejero delegado de Endesa, Antonio Llardén, presidente de Enagás.
Plan contra la guerra
Una semana después las grandes empresas españolas nuevamente evitaron hacerse una foto con Pedro Sánchez. En un nuevo acto público en el que estaban llamados a ser protagonistas, prefirieron no aparecer dando públicamente su apoyo al presidente de Gobierno.
Ello pese a que en esa misma jornada intervinieron directivos de la talla de Carlos Torres, presidente del BBVA, Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, José Bogas, CEO de Endesa, Francisco Reynés, presidente de Naturgy y Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
El tercer plantón se produjo en la reunión anual del Cercle d’Economia, que se desarrolló los días 4, 5 y 6 de mayo en Barcelona. En el Gobierno esperaban que ésta fuese la cita propicia para comenzar a recomponer los puentes con el sector, rotos desde hace varias semanas.
Cercle d’Economia
El encuentro anual del Cercle suele ser el de mayor solera de todo el año, ya que no sólo reúne a todo el empresariado local sino que además a grandes representantes de compañías con sede en Madrid. Sin embargo, pese a los esfuerzos, ni foto ni reconciliación, un distanciamiento que se ha confirmado este mismo miércoles pese a los miles de millones de euros prometidos por el emir de Catar.
Las últimas decisiones del Gobierno, el retraso en el reparto de los fondos europeos, su mala gestión en la crisis de la energía y de la inflación y los bandazos de la presentación de su plan económico contra la guerra han terminado de romper el idilio que duró más de dos años.
