Moncloa veta la entrada del grupo francés Vivendi en Movistar+
Este movimiento coincide con la salida de la operadora de Prisa y la venta de sus acciones a un grupo de empresarios afines al Ejecutivo de Pedro Sánchez
El Gobierno ha vetado definitivamente la entrada del grupo francés Vivendi en Movistar+, la televisión de Telefónica. Según ha podido confirmar THE OBJECTIVE con fuentes cercanas a Moncloa, la decisión del Ejecutivo se ha tomado para evitar cualquier tipo de participación del conglomerado mediático francés en el ecosistema español, a solo un año y medio de las próximas elecciones generales.
Para el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, sería impensable que, a pocos meses de jugarse la reelección, Vivendi pusiese alguna de las televisiones, periódicos y radios españolas al servicio de la derecha, posicionándola incluso más a favor de Vox que del Partido Popular. Hace dos semanas, un grupo de empresarios afines a Moncloa compró precisamente la participación de Telefónica en Prisa confirmando que toda la maquinaria del Gobierno está activada para conseguir el mayor número posible de medios afines.
Este bloqueo en Movistar+ sería, además, el segundo varapalo contra la compañía presidida por Vincent Bolloré después de que en marzo el Gobierno vetara su interés de aumentar hasta un 20% su actual 9,9% en el grupo Prisa. A comienzos de abril, Vivendi anunció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que desistía de la operación.
Salida de Telefónica de Prisa
Esta fue una manera elegante de evitar que Moncloa se viese obligada a establecer tácitamente el rechazo, utilizando el decreto antiopas con el que busca tener la última palabra frente a las arremetidas de empresas extranjeras contra compañías españolas consideradas estratégicas.
Este diario ya informó de que, tras renunciar a seguir subiendo su participación en Prisa, Vivendi se centró en buscar por todos los medios entrar con una posición relevante en el accionariado de Movistar+. Sin embargo, Moncloa ha decidido bloquear la operación incluso a sabiendas de que se envía un mensaje contrario a la llegada de inversores extranjeros a España.
Este movimiento coincide además con otras dos operaciones que se han producido en el seno de Telefónica. La primera es su salida de Prisa tras la venta de la mayoría de sus participación (7,1%) a un grupo de empresarios afines a Manuel Barroso y José Miguel Contreras. Una salida pactada con Moncloa y en la que el presidente de la operadora, José María Álvarez-Pallete busca distanciarse del Ejecutivo y del propio Pedro Sánchez.
Socios para Movistar+
La salida de Prisa se produjo de manera consensuada, en términos amistosos y tras una larga negociación de varios meses. Desde Telefónica y el Gobierno esperan que los puentes sigan tendidos, pero Pallete ya no tendrá que cargar con la pesada mochila política de Prisa y no tendrá deudas con Moncloa. Las fuentes consultadas indican que parte de esta salida amistosa tiene que ver con el compromiso de Telefónica de rechazar cualquier tipo de alianza con Vivendi.
Por otro lado, esta situación coincide con las informaciones publicadas hace unas semanas por Bloomberg que indicaban que Telefónica había cerrado la puerta a la entrada de un socio financiero o industrial, al menos por el momento, y que había rechazado tácitamente la entrada del grupo francés en su accionariado.
Telefónica encargó a finales del año pasado a McKinsey un informe para decidir qué camino tomar con sus activos de televisión. Unos resultados que incluyeron tres escenarios y en todos ellos la venta es la primera opción. Este informe sugería la venta total a un operador internacional o nacional, la entrada de un fondo de inversión con una participación minoritaria o una asociación o joint venture con un partner industrial.
Pérdida de clientes
En Telefónica reconocían hace unos meses que estaban «en periodo de análisis» y que «están todas las opciones abiertas», aunque en las últimas semanas la operación se ha congelado y paralizado, según algunas fuentes consultadas.
En la última presentación de resultados anuales del grupo, su presidente, José María Álvarez-Pallete, dio a entender que hasta que el regulador español de la competencia (CNMC) no iguale las condiciones de Movistar+ con las grandes plataformas como Netflix o HBO no tiene sentido buscar opciones para su televisión de pago. Sin un entorno regulatorio despejado cualquier movimiento accionarial será mucho más difícil, indicaron en la operadora.
El último informe trimestral (con cierre del 31 de marzo) indica que Movistar+ tiene 3.647.200 clientes, esto es 69.000 menos (un 1,9% de caída) que el dato reportado en diciembre. A nivel anual el retroceso ha sido mucho mayor, con 248.000 abonados menos (un 6,4% de caída). Y si tomamos como referencia junio de 2020 -cuando se consiguió el dato más alto durante la pandemia- el desplome es de 407.000 clientes.