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La banca se revuelve contra Sánchez y niega que existan los beneficios extraordinarios

El nuevo impuesto a la banca anunciado por el Gobierno este martes tendrá una duración de dos años y buscará recaudar 1.500 millones cada año

La banca se revuelve contra Sánchez y niega que existan los beneficios extraordinarios

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante la primera jornada de la 26 edición del Debate sobre el Estado de la Nación. | E. Parra. POOL (Europa Press)

La banca niega la mayor. Las entidades consultadas por THE OBJECTIVE coinciden en señalar que sus cuentas no registran los «beneficios extraordinarios» a los que se ha referido el presidente Pedro Sánchez en su discurso del Debate del estado de la Nación y respecto del cual se les quiere aplicar un nuevo impuesto temporal para los años 2023 y 2024. Sánchez anunció un impuesto a las grandes empresas energéticas y a las financieras para intentar paliar la elevada inflación. Con esta medida, el Ejecutivo pretende recaudar unos 7.000 millones de euros en dos años.

El impuesto a «los grupos dominantes» del sector eléctrico, gasista y petrolero estará en vigor durante 2023 y 2024 y buscará recaudar 2.000 millones de euros al año de los beneficios extraordinarios. Por su parte, el nuevo impuesto dirigido a «las grandes entidades financieras que ya han empezado a beneficiarse de la subida del tipo de interés» tendrá una duración de dos años y buscará recaudar 1.500 millones cada año, en el caso de la banca 3.000 millones en los dos próximos ejercicios.

En el caso de la banca, el primer impacto ha venido del lado de su valor bursátil. Después del anuncio de Sánchez, al filo del mediodía, el sector comenzó a caer estrepitosamente en bolsa y hasta el cierre de mercado se dejó más de 5.300 millones de capitalización, con retrocesos que en algún momento superaron el 10% en algunas entidades.

«Ganancia extraordinaria de la banca»

Respecto de las palabras del presidente, en la banca indican que el Gobierno está presuponiendo que los tipos de interés van a disparar los resultados del sector, pero advierten que el frenazo de la economía y la inflación subirá los costes de tal manera que se «comerán» parte este supuesto beneficio extra. De esta manera, las fuentes consultadas indican que es muy difícil que en este contexto pueda certificarse algún tipo de «ganancia extraordinaria».

Del mismo modo, recuerdan que el sector lleva años teniendo que ajustar sus balances para compensar los tipos cero y que a base de fuertes ajustes de costes han logrado equilibrar sus cuentas y lograr rentabilidad para sus accionistas, una situación que no se debe a un aprovechamiento de la situación coyuntural.

Se podría ganar más que en 2021 -o no-, pero lo cierto es que cuantificar este beneficio extra o adicional en la banca por la subida de tipos de interés es prácticamente imposible, dicen desde el sector. «Nos parece que será imposible calcularlo», indican desde una entidad financiera que probablemente estará afectada por la medida.

Banca afectada

Según el Ministerio de Hacienda, en los dos casos la medida se aplicará a empresas de la banca con una facturación superior a 1.000 millones. Esto supone que todos los grandes bancos tendrían que pagarlo, como el caso de Santander, Caixabank, BBVA, Sabadell y Bankinter. Supuestamente debería aplicar a los ingresos beneficios que se producen en España, aunque éste es uno de los temas que debería definirse en el desarrollo normativo de este impuesto que el ministerio e María Jesús Montero deberá definir en los próximos meses.

Para que nos hagamos una idea, Santander, el banco más grande por capitalización sólo registra 957 millones de beneficio neto atribuido en España, poco más del 10% de los 8.654 millones que registró entre enero y diciembre de 2021. Por su parte, el BBVA ganó 4.653 millones de euros este mismo año, con España representando un tercio de estas ganancias, es decir unos 1.581 millones de euros.

En la banca recuerdan además el fracaso de la tasa Tobin y de la tasa Google como dos buenos ejemplos de expectativas recaudatorias que posteriormente no se han visto cumplidas y que buscaban gran impacto social atacando los beneficios e ingresos de las grandes corporaciones. Entre las dos apenas recaudaron un 30% de los montantes comprometidos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, su primer año de funcionamiento.

Tasa Tobin y Google

En el caso del Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF) que grava la compra de acciones de empresas españolas que tengan una capitalización superior a los 1.000 millones de euros, se esperaba ingresar 850 millones de euros aunque finalmente se redujo a 320 millones en su primer año de aplicación. Con estos datos, el Gobierno ajustó su recaudación en los PGE de 2022 hasta los 372 millones y en los primeros cinco meses del año ha ingresado 146 millones.

En cuanto al Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales apenas se alcanzaron los 240 millones, una cuarta parte de los 968 millones estimados en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En este caso incluso se planteó en 2019 -cuando se anunció el tributo con gran revuelo público- recaudar 1.200 millones.

La realidad indica que en octubre pasado, el Ejecutivo ya preveía que los cálculos no iban a salir y en los Presupuestos Generales del Estado de 2022 presentados en esas fechas ya rebajaron notablemente las previsiones de recaudación de este impuesto, desde los mencionados 968 millones hasta los 225 millones.  En lo que va de este año -entre enero y mayo- se ingresaron 139 millones, según el Informe mensual de recaudación tributaria del Ministerio de Hacienda.

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