La banca se dejará 4.500 millones por el alza salarial, el impuesto y las ayudas a las hipotecas
Todas estas partidas extraordinarias se llevarán un tercio de los ingresos adicionales que lograrán las entidades por la remontada del euríbor
El impuesto especial, las ayudas a las hipotecas y la subida salarial a la plantilla costarán a la banca española algo más de 4.500 millones de euros. Una cantidad que drenará sus beneficios en los próximos dos años, pero que a priori no impedirá que puedan conseguir unos resultados históricos como consecuencia de una mejora sustancial de los ingresos por la remontada del euríbor.
Según indican fuentes financieras a THE OBJECTIVE, de esta magnitud será el golpe de las decisiones adoptadas por el Gobierno en las últimas jornadas y los acuerdos alcanzados por las propias entidades. El gravamen extraordinario será la principal partida de esta factura, ya que su gasto superará los 3.000 millones. Por su parte, según las mismas fuentes, un máximo de 1.000 millones se destinarán a provisiones para cubrir los riesgos de las facilidades de pago de las hipotecas, y otros 500 millones irán a parar a los bolsillos de los trabajadores.
El dinero adicional que tendrá que sufragar la banca por el aumento de las retribuciones a la plantilla aún está por definir por completo, ya que las estimaciones están realizadas bajo el supuesto de que las antiguas cajas de ahorros (Caixabank, Unicaja, etc) lleguen a un mismo acuerdo con los sindicatos que los miembros de la AEB (Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter, principalmente).
Esta patronal ha pactado un alza de las remuneraciones del 4,5% para 2023 con el fin de compensar la elevada inflación. Un porcentaje que, aunque es menor que lo reclamado por la plantilla inicialmente, marca el camino para las negociaciones que se abran en el seno de la CECA.
Gastos que se llevan parte de los ingresos
Todos estos costes que asumirá la banca consumirán una parte relevante de los mayores ingresos que obtengan por el encarecimiento del euríbor. En concreto, algo más de un tercio de los 12.500 millones que ingresarán de más por el incremento de las cuotas de los créditos a tipos variables por el cambio en la política monetaria por parte del BCE. Pero, pese a su importancia, no complicará que el sector pueda cosechar un récord de resultados. Hasta septiembre de este año, gracias al empuje del euríbor, los bancos han obtenido los mayores beneficios desde 2008.
Las entidades no están dispuestas, además, a pagar el impuesto extraordinario y pelearán en su contra en los tribunales para frenarlo una vez hagan su primer pago, el próximo febrero. Por lo que, de lograr una victoria judicial, sus expectativas de ganancias serán aún superiores.
El primer banco que ha anunciado un recurso contra el gravamen ha sido Bankinter, pero otros como Ibercaja han adelantado que «muy probablemente» tomarán acciones legales. El resto de la banca espera a su entrada en vigor y al texto definitivo para seguir estos mismos pasos.
La banca considera que el impuesto impulsado por el Gobierno es «injusto, discriminatorio y confiscatorio», además de no estar justificado. De ahí, que previsiblemente emprenderá una carrera judicial para poder suspenderlo. La tasa, que gravará el 4,8% de sus ingresos por intereses y comisiones, por el momento es temporal para dos años, pero el Ejecutivo ha aceptado que pueda llegar a ser permanente, lo que supondría que el coste del mismo fuera definitivo de por vida.
El sector, sin embargo, sí está más de acuerdo con las otras dos facturas que tendrá que afrontar. Las facilidades de pago de las hipotecas han sido, de hecho, pactadas con el Ejecutivo, aunque los bancos hubieran preferido que no hubieran sido plasmadas en un decreto del Consejo de Ministros.
En cuanto a la subida salarial, por último, han tenido finalmente que ceder a las presiones de los sindicatos y han tenido que llegar a un entendimiento tras meses de conversaciones. Con el alza de las retribuciones, su eficiencia operativa empeorará el próximo año y reducirá los ahorros de gastos que pretendían alcanzar con los ajustes de 19.000 personas ejecutados en el marco de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) puestos en marcha tras el estallido de la pandemia.
El año pasado, el conjunto de la banca en España destinó a la partida de los sueldos casi 13.000 millones. Con el aumento pactado este martes, el coste de personal alcanzará previsiblemente el próximo ejercicio los 13.500 millones. Las entidades intentarán compensar este incremento con bajadas en otros gastos operativos.