Telefónica mitiga el aumento de costes y allana la actualización de su plan estratégico
La cotización en bolsa sigue siendo la gran asignatura pendiente de la operadora tres años después de la puesta en marcha de su hoja de ruta de 2019
Telefónica ultima la actualización de su plan estratégico para el periodo 2023-2025 con muchas de las interrogantes que se planteaban a comienzos del curso ya resueltas. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE coinciden en señalar que buena parte de los deberes planteados después de la guerra de Ucrania ya se han completado tras compensar el aumento desproporcionado de los costes energéticos y una inflación que llegó a desbocarse por encima del 10%. Ahora solo queda convencer a los mercados de la buena marcha de la compañía.
Del lado de los costes, Telefónica ha logrado mitigar la subida de los precios energéticos cerrando contratos mayoristas que le aseguran un 2023 sin el aumento de los precios sufridos durante 2022 y 2021. Del mismo modo, ya se trabaja en las subidas salariales para el próximo curso en todos sus mercados –con especial foco en España– y se ultiman renegociaciones a largo plazo de contratos con sus principales proveedores que solventen los problemas en la cadena de suministros.
En cuanto a los ingresos, se espera una estabilización motivada por el alza de sus precios en el mercado español y en otras latitudes, sumado a un crecimiento orgánico del negocio, en especial en la filial Telefónica Tech. Esto supone que, en principio, se podría estabilizar el beneficio operativo en cifras previas a la pandemia sin incluir el efecto de operaciones extraordinarias.
Plan de Telefónica
El propio presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete, confirmó en la presentación de los resultados de los nueve primeros meses del año sus previsiones y objetivos financieros, revisados al alza en el trimestre anterior. De esta manera, se mantuvo la previsión de ingresos a «rango alto del crecimiento de un dígito bajo», el Oibda (Ebitda) a «rango medio-alto del crecimiento de un dígito bajo». Si nada se tuerce, en 2023 se debería conseguir cifras similares.
Con todo, varias fuentes de la compañía insisten en bajar el perfil a un plan al que internamente ni siquiera se le confiere tal magnitud, sino que simplemente se le califica como una actualización del proyecto presentado por Pallete en noviembre de 2019. En ese momento se plantearon cuatro ejes: centrarse en cuatro mercados -España, Brasil, Alemania y Reino Unido-, adelgazar su estructura en Latinoamérica, cambiar la estructura comparativa y crear dos nuevas unidades: Tech e Infra.
En Telefónica reconocen que estos cuatro objetivos se han cumplido tras la fusión con Liberty en Reino Unido, la creación de nuevas FiberCo en Chile o Colombia y la compra de Oi en Brasil. Sin embargo, también consideran que en los próximos tres años toca comenzar a cosechar lo sembrado en los últimos cursos. Y es que el gran problema sigue siendo su evolución bursátil y este punto parece ser la última piedra de tope para cerrar el nuevo plan. A finales de 2019, Telefónica valía casi 40.000 millones en bolsa y hoy supera levemente los 20.000 millones, tras una caída del 7% en lo que va de año.
Costes de la energía
En este sentido, parece claro que el principal objetivo de la actualización del plan debería ser poner en marcha una estrategia para comunicar mejor los logros de la compañía y convencer a los inversores y analistas de que la acción no refleja el potencial de la compañía, como se ha cansado de repetir Pallete en los últimos tres años.
La semana pasada Telefónica realizó su tradicional consejo de final de año donde se trabajó para focalizar la acción y ejecución de la compañía en torno a tres ejes: innovación, liderazgo y crecimiento. Es decir, se pusieron los mimbres definitivos de la actualización que debería conocerse antes de final de año, que no necesariamente se hará pública, pero que sí se trasladará a los bancos de inversión y los analistas que siguen la compañía.
La idea principal de esta actualización es adaptar su estructura para minimizar el aumento de costes operativos y, a su vez, reconfigurar su hoja de ruta operativa a este nuevo escenario. Un plan para responder al nuevo contexto económico mundial derivado de la invasión de Rusia a Ucrania y que generó una inflación desbocada, unos precios energéticos en máximos y una crisis en la cadena de suministros, clave para construir las redes digitales que utiliza la operadora en todo el mundo.
Subida de salarios
En este contexto, la compañía firmó a comienzos de año un megacontrato con Iberdrola para asegurar un precio fijo en buena parte de su consumo de energía, un acuerdo que se complementó con nuevos PPA (power purchase agreement) cerrados en el tercer trimestre de 2022, asegurando un precio fijo para más del 50% del consumo de los emplazamientos propios en 2022 y más del 70% en 2023.
Del mismo modo, ha trabajado con todos sus suministradores de energía en reducir la volatilidad y el riesgo en el corto-medio plazo, cerrando acuerdos de compra de energía renovables en diversos horizontes y precios. Según indicó el CEO, Ángel Vilá, en la última conferencia de analistas, esto garantizará que en 2023 no se produzca la subida de precios sufrida en 2021 y 2022. Telefónica destaca que estos acuerdos se han cerrado antes de la crisis del gasoducto Nordstream lo que les ha permitido obtener precios más competitivos.
En el caso de la subida de salarios, en España se prevé aplicar un alza del 8% a unos 18.000 empleados. Una cifra que parece elevada, pero que representa un alivio para la operadora, que a mediados de año veía cómo se podrían haber disparado los costes laborales con una inflación de dos dígitos. El dato está ligado al IPC que en los últimos meses ha caído cuatro puntos, lo que ha dado un respiro a la compañía que ve como se ha reducido uno de sus mayores costes fijos a solo un mes de que cierre el año y comience la negociación con los sindicatos.
Finalmente, Telefónica anunció una subida del 6,8% de media en los productos de sus clientes residenciales, un alza con la que se espera compensar el coste del alza salarial y el de sus proveedores. Es precisamente en este último punto donde se espera realizar el gran último movimiento, ajustando sus costes y renegociando los contratos con sus suministradores: un ajuste del mercado que permita tener un próximo trienio con mayores garantías para equilibrar el margen de beneficios en España y el mundo.