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Orange y MásMóvil cierran flecos para enviar en febrero la notificación de su fusión a Bruselas

De esta manera, se iniciará la primera fase de evaluación de las autoridades de competencia de la Comisión Europea sobre la operación

Orange y MásMóvil cierran flecos para enviar en febrero la notificación de su fusión a Bruselas

Sede de Orange en Madrid, en una imagen de archivo. | Europa Press

Orange y MásMóvil cierran los flecos para enviar en las próximas semanas la notificación de su fusión a la Comisión Europea para su aprobación. Según ha confirmado THE OBJECTIVE con fuentes cercanas al proceso, el objetivo es que este ingreso se produzca a comienzos de febrero -o en el transcurso de ese mes- para así poder mantener los plazos originales y cerrar la integración de sus negocios antes de que finalice el año, si es que las autoridades comunitarias dan el visto bueno a la joint venture.

De esta manera, se iniciará así la primera fase de evaluación de las autoridades de competencia de la Comisión Europea. Si es que Bruselas da el visto bueno sin exigir remedies (venta de activos para garantizar el correcto funcionamiento del mercado), el proceso se cerraría en esta fase con la autorización definitiva. Pero si la UE presenta reparos se iría a una segunda fase en la que probablemente se impondría la venta de parte de la red de las dos operadoras a terceros, a precios por debajo del mercado.

A finales de septiembre del año pasado, Orange y MásMóvil presentaron ante Bruselas la pre-notificación de la operación. Un proceso en el que la UE ha ido requiriendo importantes cantidades de información a las dos partes para tener la certeza de que el expediente pueda comenzar sin fallos administrativos, ni defectos de forma. Diferentes fuentes consultadas indican que, si bien el proceso ha tardado más del plazo planteado originalmente, hay que considerar el periodo inhábil en las instituciones comunitarias de fin de año y la burocracia propia de la UE.

Impacto en la competencia

Después de cuatro meses de intercambio de información, miles de folios de documentación y un trabajo intenso de ambos equipos, las fuentes consultadas indican que -si no hay sobresaltos de última hora- Orange y MásMóvil están en condiciones de enviar formalmente la notificación a Bruselas en febrero y empezar oficialmente el proceso de análisis.

En relación al contenido de la notificación, se mantiene la tesis de las dos compañías de que la integración no afectará la competencia ya que seguirán existiendo en España hasta cinco compañías que facturan más de 100 millones de euros al año. Y esto mantendrá viva una guerra comercial que da muchas opciones a los consumidores para elegir su oferta de telecomunicaciones más adecuada.

Del mismo modo, Orange y MásMóvil insisten en que –en caso de producirse la autorización de Bruselasnacerá una compañía más fuerte para hacer frente a las necesidades de inversión en redes digitales de España, tanto en el apartado de las redes fijas como móviles. De hecho, y como ya adelantó este diario las dos operadoras han prometido el despliegue de dos millones de hogares de fibra óptica dirigidos especialmente a zonas rurales de la España vaciada, donde el coste de despliegue es mucho mayor y la rentabilidad comercial es escasa.

Inversión de Orange y MásMóvil

Además de la fibra, se prevé una fuerte inversión en 5G, en especial en la banda de 3,5 GHz, la que garantizará que esta tecnología llegue con capilaridad a todo el territorio. En este contexto, Orange y MásMóvil no ofrecen desinversiones de activos ni remedies para aligerar la carga de su integración. Sin embargo, no se descarta que a medida que avance el expediente en Bruselas se tenga que replantear esta situación y adaptarla a las exigencias comunitarias.

Desde que se firmara la joint venture a finales de julio, los mensajes que llegan desde Bruselas apuntan a que la Comisión Europea podría pedir que Orange y MásMóvil vendan parte de sus activos para no afectar la competitividad del mercado español. Las fuentes del sector consultadas indican que no se ha producido ningún mensaje de las autoridades comunitarias que haga pensar en una flexibilización de las reglas de la competencia y que no se establezcan remedies.

En este sentido, en octubre se conoció el dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea respaldando el veto de la Comisión Europea a la fusión en 2016 de los operadores británicos Hutchinson y O2. Muchos analistas consideraron que este fallo reforzaba la posición de la UE respecto de sus recelos a la hora de aprobar fusiones entre operadores de telefonía móvil de un mismo país. Incluso se indicó que la decisión del TJCE retrasaría cualquier plan de los operadores europeos para acordar fusiones dentro de un país hasta que el Tribunal General se pronuncie de nuevo.

Plazos del expediente

Frente a estos antecedentes, Orange y MásMóvil tienen plena confianza en que la operación saldrá adelante, pero son completamente conscientes de que si la fusión se aprueba con demasiados remedies la joint venture podría no ser rentable. Esto supone que también se trabaja con la opción -remota- de que finalmente se rompa el acuerdo tras el fallo de Bruselas.

Para ello, en la firma de la joint venture quedó especificado que no habrá penalización para ninguna de las dos partes si es que las condiciones impuestas por Bruselas impiden llegar a un acuerdo en los términos planteados. Una cláusula de salida impulsada por las dos partes y que les cubre las espaldas ante la incertidumbre regulatoria que presenta el fallo de la Unión Europea.

Una incertidumbre que irá de la mano de la lentitud propia de la burocracia de Bruselas. Si la notificación entra en febrero como tienen previsto las dos operadoras, la idea es que tengan una respuesta el último trimestre de este año. Formalmente no existe un plazo, pero se espera que la Comisión Europea pueda arrojar algo de claridad antes de finales de 2023, cuando se cumpla un año desde el comienzo de la fase de pre-notificación.

Sin embargo, Orange y MásMóvil son conscientes de que nada será rápido. Cuando el expediente entre en Bruselas, cualquier requerimiento de información podría parar el reloj del proceso y congelar el plazo de resolución. Esto sin contar, con la posible irrupción de la CNMC que ha pedido participar de la decisión. De esta manera, a nadie le extrañaría que todo se pueda dilatar hasta comienzos del próximo año, aunque el plan inicial de la fusión indica que el plan es tener todo resuelto el segundo semestre de este 2023.

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