Caixabank frena la fuga de clientes tras perder solo 60.000 en los últimos tres meses
La entidad recorta el ritmo de salida de usuarios desde que fusionó Bankia en marzo de 2021 y logra aumentar la vinculación por contratación de productos
Una sucursal de Caixabank | Europa Press
Caixabank ha frenado la fuga de clientes en los últimos meses tras perder solo 60.000 en los últimos tres meses de 2022. Esta reducción de usuarios es muy inferior a la registradas en trimestres anteriores, que llegaron incluso a alcanzar los 200.000 en algún momento.
De acuerdo con los datos recabados por THE OBJECTIVE, la disminución de clientes de Caixabank alcanza tras el nuevo descenso a 760.000 desde que absorbió Bankia en marzo de 2021. Con ello, el número total de empresas y particulares a las que ofrece sus servicios y productos en España suma los 18,31 millones, la cifra más elevada de todo el sector.
La pérdida sufrida por Caixabank, que solo en 2022 fue de 540.000, contrasta con el crecimiento experimentado por otros grandes rivales. Por ejemplo, su principal competidor, el Santander, amplió el ejercicio pasado el volumen de clientes en 730.000 en nuestro país, hasta superar los 14,3 millones.
Caixabank aumenta, por contra, los usuarios vinculados
Pero, pese a la huida de usuarios, Caixabank logró aumentar aquellos que están vinculados, es decir, los que que tienen contratados más de un producto o servicio, fundamental para la mejora de la rentabilidad y los ingresos. Un hecho que, según el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, es un hito remarcable, ya que en los meses siguientes a una integración es muy difícil conseguir esto.
Así, más del 70% de los clientes del grupo catalán en nuestro país están vinculados. Un porcentaje que espera aumentar a lo largo del presente año. Para ello, ha puesto como foco de su estrategia comercial la cuenta nómina, el producto que más liga a un usuario con un banco.
Caixabank lanzó en enero una campaña por la que ofrece un 5% TAE a los usuarios que domicilien sus ingresos recurrentes, aunque para ello exige 2.500 euros cada mes. Este interés es solo para los 5.000 primeros euros y puede cambiarse por un televisor.
Para captar clientes y mejorar dicha vinculación Caixabank no pretende adentrarse en una guerra por los depósitos tradicionales, con una subida de los tipos, como el resto de principales entidades. Aún así, es el gran banco que más paga por las imposiciones. En concreto, un 0,4% frente al 0,1% de Bankinter o el 0,2% de BBVA y Santander.
Caixabank, como sus mayores rivales, se enfocará en la comercialización de fondos, ya que no necesita liquidez para operar al contar con exceso de recursos, y porque a, juicio de sus directivos, estos productos ofrecen un mejor rendimiento para los clientes que el ahorro tradicional.
Asimismo, con esta política, Caixabank y el resto del sector se beneficia casi por completo de la subida de los tipos oficiales por parte del BCE y del euríbor, que ya ronda el 3,5%, ya que el precio de los créditos sí se ha encarecido sustancialmente.
Tan solo habrá un especie de guerra si alguno de los grandes bancos mueve ficha. Todos se miran de reojo para dar el paso. Así, la presidenta del Santander, Ana Botín, aseguró recientemente que en algún momento habrá un incremento de los intereses en los depósitos, pero matizó que todo dependerá de las actuaciones de la competencia. Si alguno decide ser agresivo, el resto seguramente seguirá sus pasos, pero de momento ninguno lo prevé en el corto plazo.
En los últimos meses el BCE ha reprendido a Caixabank y al conjunto del sistema financiero por no trasladar al ahorro la subida de los tipos como sí lo está haciendo en los préstamos. Pero ninguno por ahora se da por aludido. Esta situación está llevando a que muchos ciudadanos estén comprando en masa Letras del Tesoro, ya que rentan casi como el euríbor.
La demanda por parte de particulares por este tipo de deuda pública ha provocado largas colas frente al Banco de España para adquilirlo y ha colapsado en algún momento la plataforma del Tesoro. El supervisor ha tenido que poner en marcha un sistema de citas previas, que ya ha entrado en vigor, para evitar las esperas frente a sus sedes.
