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Ignacio Mataix deja Indra y despeja el camino para que Murtra y el Gobierno tomen el control

El todavía consejero delegado de la tecnológica era la última piedra de tope para que Moncloa culmine su asalto que lleva preparando casi dos años

Ignacio Mataix deja Indra y despeja el camino para que Murtra y el Gobierno tomen el control

Ignacio Mataix, hasta ahora CEO de Indra. | Indra.

Finalmente, y tras casi dos años de disputas, Ignacio Mataix dejará Indra. La compañía lo ha comunicado esta tarde a la CNMV indicando que se abre ahora un proceso de sucesión en el que el actual consejero delegado se mantendrá en su puesto hasta que le encuentren un sustituto. Luego seguirá prestando sus servicios como asesor estratégico del consejo de administración por un periodo de dos años. Una salida dulce para quien era la última piedra de toque para que el presidente no ejecutivo Marc Murtra tome todo el control de la tecnológica.

De hecho, las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que con la paz accionarial conseguida tras la salida de los consejeros rebeldes, la consolidación del control del Gobierno y el carpetazo de la CNMC a la investigación por posible acción concertada, se allana completamente el camino para que el hombre de Pedro Sánchez en Indra tome el control total y ponga en marcha su hoja de ruta que pasa, en primer lugar, por la entrada de la tecnológica en el capital de ITP, un objetivo largamente acariciado por el Gobierno, pero frenado por Mataix.

Un control que Moncloa lleva cocinando desde hace más de dos años, precisamente tras la llegada de Murta a la presidencia y al que desde el primer momento se le quisieron otorgar poderes ejecutivos, pero a los que el resto de los accionistas se opusieron. Desde entonces, y tras pactar una presencia acotada de Murtra, el Gobierno ha maniobrado para apartar de Indra a todos los que se opusieron, entre ellos los dos CEO llamados a fiscalizar al presidente y todos los consejeros independientes rebeldes.

Comunicado de Indra

En un escueto comunicado, Indra ha anunciado la salida del directivo. «El consejo de administración de la sociedad ha aprobado por unanimidad iniciar, de común acuerdo con el actual consejero delegado Ignacio Mataix Entero, un proceso de sucesión en el cargo de consejero delegado vinculado a la definición del próximo plan estratégico que la Compañía tiene previsto definir para los próximos años».

«Ignacio Mataix continuará ejerciendo sus actuales funciones para facilitar el proceso de sucesión y la continuidad en la gestión, hasta el nombramiento del nuevo consejero delegado, para cuya selección se contará con una consultora independiente. Con posterioridad, Mataix permanecerá prestando sus servicios a la compañía como asesor estratégico del consejo de administración por un periodo de dos años».

«El consejo de administración ha valorado por unanimidad muy positivamente y ha dejado constancia de su agradecimiento y felicitación a Ignacio Mataix por su excelente aportación al negocio de Transporte y Defensa y por su gran desempeño como consejero delegado al frente de la compañía, y de forma muy especial los resultados obtenidos en el año 2022», han finalizado.

Salida de los dos CEO

En enero de 2018, Mataix fue nombrado consejero Ejecutivo de Indra y director general del negocio de T&D y que en mayo de 2021 fue nombrado consejero delegado junto con Cristina Ruiz, como parte de los acuerdos establecidos entre el Gobierno -dueño del 27% a través de la SEPI- y el resto de los accionistas. El pacto incluía que Mataix se quedaría encargado del área de Defensa, Ruiz del área de Minsait (tecnología) y que Murtra no tendría poderes ejecutivos como si los atesoró su antecesor Fernando Abril-Martorell.

Sin embargo, la coexistencia entre los tres máximos directivos nunca fue buena y no terminaron de coexistir las dos almas de Indra: la del Gobierno presionando para imponer sus decisiones a través de Murtra, y la del resto de accionistas que se refugiaron en Mataix y Ruiz para mantener la continuidad de la gestión de Abril-Martorell. De hecho, los dos consejeros delegados fueron directivos que crecieron en la compañía al calor del anterior consejero delegado, que precisamente abandonó la tecnológica por no estar de acuerdo con los designios de Moncloa.

En abril de 2022, Cristina Ruiz renunció a Indra sin dar más explicaciones que motivaciones personales, y dejaba a Mataix en una delicada situación. Siguió en la compañía como único CEO, pero pocos pensaban que sobreviviría al consejo de junio de ese año debido a su compleja relación con Murtra y su cercanía con los consejeros y accionistas rebeldes con el control que intentó imponer el Gobierno desde la entrada del presidente no ejecutivo.

Investigación a Indra

Sin embargo, en esta misma Junta General de Accionistas llegó el gran golpe del Gobierno. Expulsaron del consejo a Alberto Terol, Enrique de Leyva, Ana de Pro y Carmen Aquerreta; lo que se sumó a la no renovación de Isabel Torremocha y la renuncia de Ignacio Martín y Silvia Iranzo. Todos fueron cesados tras la proposición de Amber Capital que días antes había compra el 5% de la operadora tecnológica. Una situación que generó un gran escándalo público y que propició una investigación de la CNMV por posible acción concertada.

La investigación apuntaba a un posible acuerdo entre el presidente de Amber y de Prisa, Joseph Oughourlian, con el Gobierno y la SEPI para tomar el control de la compañía. De hecho, como ya informó este diario, el pacto entre el franco-armenio y Pedro Sánchez pasaba por el apoyo mutuo en la tecnológica y en la compañía de medios. Sin embargo, meses después Oughourlian -que llegó a postularse como consejero de Indra- se desmarcaba pidiendo que se troceara la compañía, algo que no entraba dentro de las planes del Ejecutivo. Ahora la relación entre la entente que forzó la salida de los consejeros rebeldes está en el aire.

Una investigación que, sin embargo, llevó a Mataix y a Murtra a enterrar el hacha de guerra y transmitir tranquilidad y estabilidad al mercado. Murtra renunció a su voto de calidad dentro del consejo como presidente, lo que impedía que fuera él quien tuviese la última palabra sobre decisiones divididas. Un pacto que se tradujo también en más apariciones públicas de Mataix que anteriormente estaban reservadas sólo al presidente. El objetivo era no dar más argumentos a la CNMV para que pudiese sancionar a la compañía o a sus accionistas principales, en este caso la SEPI.

Salida de Mataix

De esta manera, a finales de diciembre la CNMV dio carpetazo a la investigación sin ver indicios de acción concertada y devolvió la tranquilidad de los mercados en la compañía. En ese periodo, la relación entre los dos directivos no mejoró y desembocó en que finalmente se decidiera la salida del CEO que, entre otras cosas, lleva meses bloqueando la compra de ITP, un movimiento estratégico que el Gobierno comprometió con el Ejecutivo vasco hace ya más de dos años.

Ahora sin Mataix, el nuevo CEO tendrá menos poderes que su antecesor y estará totalmente subordinado a Murtra. En la próxima Junta General de Accionistas prevista para junio, el presente asumirá formalmente su papel como directivo ejecutivo y a partir de este momento, el Ejecutivo podría poner en marcha sus planes y controlar completamente Indra, una empresa clave en el escrutinio electoral -con elecciones en mayo y en diciembre- y pieza clave de la inversión en Defensa que España ha comprometido para los próximos años con sus socios de la OTAN.

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