Bruselas deberá autorizar el pacto entre Telefónica y Vodafone para compartir redes
Si las dos operadoras de telecomunicaciones llegan a un acuerdo, les espera un largo y tortuoso camino en la Unión Europea
La Comisión Europea tendrá que autorizar un eventual pacto para compartir redes entre Telefónica y Vodafone en España. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE coinciden en señalar que una operación de este calado necesariamente deberá pasar por Bruselas en condiciones similares a la joint venture entre Orange y MásMóvil, que en estos momentos se está dilucidando en la Unión Europea. Estas mismas fuentes agregan que esta situación añadiría complejidad y dilatará un proceso del que emergería la mayor red de fibra óptica de nuestro país en un entorno con escasos competidores reales.
Este jueves, el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá –reacio a dar entrevistas y acostumbrado a hacer declaraciones públicas muy medidas y nada casuales– lanzó un sorprendente órdago vía Bloomberg a su homóloga de Vodafone, Margherita Della Valle, indicando que su operadora española está abierta a sellar un pacto de redes fijas con Vodafone, pero solo si la compañía británica apagaba progresivamente su red de cable.
Esta red de cable representa el 70% de todos sus accesos a banda ancha fija de Vodafone en España, 7,5 millones frente a los 3,8 millones de hogares pasados con fibra óptica. Es por ello por lo que estamos hablando de un coste de varios centenares de millones de euros, ya que supone dejar de usar esta tecnología, pero además desmontar una red HFC obsoleta y que en la situación actual difícilmente podría asumir cualquier operadora.
Fibra de Telefónica
El proyecto pasa por buscar fórmulas para unir estos 3,8 millones de accesos de Vodafone con la red de Telefónica en España, actualmente con 28,3 millones de hogares pasados. Pese a que estos accesos estan solapados y técnicamente no se pueden sumar, esta integración se consolidaría como uno de los mayores colosos de fibra en Europa y en el dominador del mercado español. La joint venture entre Orange y MásMóvil se quedaría con cerca de 17 millones de hogares pasados, mientras que Digi les seguiría ya a muy larga distancia con 6,5 millones de hogares, según ha reportado recientemente.
Telefónica se aseguraría el dominio del mercado de la fibra ante las posibles arremetidas de Orange-MásMóvil (con plan de desplegar otros dos millones de hogares en zonas rurales si es que Bruselas aprueba la fusión) y contaría con un gran cliente mayorista que les asegure rentabilidad en momentos en que una docena de pequeñas operadoras intentan competir en entornos rurales y en zonas donde el coste de desplegar red es muy elevado.
Además de eliminar un competidor, Telefónica se asegura inyectar a su red a los tres millones de clientes de banda ancha que en estos momentos tiene Vodafone. Se sumarían a sus 5,9 millones, cinco de ellos exclusivamente de fibra óptica. Detrás de ellos se quedaría Orange-MásMóvil que sumarán siete millones de clientes con su joint venture (cuatro millones de los naranjas y tres millones de los amarillos) y el millón que próximamente alcanzará Digi.
Tiempos de Bruselas
El mercado mayorista de fibra óptica y los clientes de cada compañía, serán los dos principales condicionantes que obligarán a Telefónica y a Vodafone a llevar a Bruselas la operación si es que finalmente sellan un pacto. El departamento de Competencia de la Comisión Europea liderado por Margrethe Vestager es extremadamente riguroso y -según las fuentes consultadas- será muy difícil demostrar que no existe un riesgo de concentración. Por otro lado, el carácter global de Vodafone y Telefónica (que además es todavía el incumbente en España) les obligaría a presentar un pacto ante el regulador comunitario.
¿Y esto qué significa? Un largo y engorroso camino burocrático como el que en estos momentos están enfrentando en Orange y MásMóvil. Las dos operadoras sellaron su acuerdo antes del verano del año pasado, en diciembre presentaron una pre-notificación que fue ratificada de mantener oficial en febrero. Sin embargo, en abril se abrió una segunda fase de investigación exhaustiva que no se espera que concluya antes de octubre. Es decir, un año entero de tramitación en Bruselas. En el caso de Telefónica y Vodafone sería un proceso menos largo, pero igual de complejo.
Redes de banda ancha
España tiene en este momento tres grandes redes de banda ancha, la de Telefónica, Orange y Vodafone, algo que no cambiaría tras la fusión ya que MásMóvil es cliente mayorista de los franceses. Sin embargo, si es que Vodafone vendiese su red a algún fondo de inversión –como ha estado negociando el último año– se mantendrían estas tres grandes redes y con la de los británicos en manos de inversores se podría crear un operador neutro con todas las pequeñas compañías rurales y siempre con ellos como principal cliente.
Por ello, no es baladí tener en consideración la entrada de Bruselas en toda esta ecuación. La Comisión Europea históricamente ha defendido la existencia de la mayor cantidad de players y competidores posibles, en especial en el mercado de las telecomunicaciones. Una prueba de ello es el análisis que en estos momentos está haciendo de la joint venture de Orange y MásMóvil, donde se plantea poner condicionantes e incluso venta de activos para aprobar la operación. De esta manera, dicen las fuentes consultadas, un eventual acuerdo entre Telefónica y Vodafone por sus redes no tendría un camino fácil en las instituciones comunitarias.