La falta de capacidad de la red eléctrica deja proyectos en el aire y espanta la inversión
El ministerio de Ribera y las comunidades autónomas ya trabajan por actualizar la planificación en la demanda de la red
Fábricas de baterías, de diamantes, centros de datos, factorías de electrolizadores para producir hidrógeno verde… Son muchos los megaproyectos que acumulan centenares de megavatios a la espera de poder conectarse a la red. Un escenario que se debe a la falta de capacidad de la red eléctrica por el lado de la demanda que obliga al Gobierno a agilizar la actualización de la planificación de la red para que los futuros proyectos puedan conectarse. Esta situación deja muchos megaproyectos en el aire y empuja fuera la inversión.
«Una planificación de la red se tiene que hacer, como mínimo, cada cinco años. De hecho la que esta vigente ahora es la de 2021-2026, que, además, se aprobó un año más tarde. Como en 2022 se aprobó una planificación que, en realidad, arrancó en 2020, esta ha quedado obsoleta. Además, en los últimos años han aparecido muchos proyectos, sobre todo en la parte de la demanda. Esa es la gran novedad. Ya que, por el lado de la generación, sí hemos visto como Red Eléctrica ha ido otorgando accesos para la construcción de parques eólicos y solares, que, más o menos, tenían contemplados», aseguran fuentes financieras a THE OBJECTIVE.
Las mismas fuentes aseguran que para los pequeños proyectos, como los de una pequeña industria, no existe este problema. Sin embargo, los megaproyectos los llevan a cabo industrias que demandan una gran cantidad de energía. Muchos de estos proyectos se están conectando en su primera fase a la red de distribución de una empresa privada, como, por ejemplo, Iberdrola. No obstante, para llegar a la cantidad de megavatios que esperan demandar es necesario que la subestación de la red se amplíe, y eso tarda unos años. Aun así, y como son proyectos escalonados, estos se van ejecutando, primero conectándote a la red de distribución y luego a la red del transporte. Pero los expertos avisan: «Va a ser imposible que todos estos grandes proyectos se conecten a la red de distribución si no se añaden modificaciones en la red de transporte».
El proceso de la actualización de la red transporte lleva su tiempo. El problema es que si una empresa quiere llevar a cabo un proyecto no sabe si conseguirá conectarse a la red y hacerlo viable. La respuesta del Ministerio a estas compañías es que deben esperarse a la siguiente actualización. Un evento que no suele darse con frecuencia y que es impredecible. En la última planificación, no hubo ninguna actualización en los cuatro años. Y en la actual -que tardó un año y medio en hacerse efectiva- se está preparando ya una actualización. Una de las razones de esta falta de agilidad es que en España están involucrados Comunidades Autónomas, la CNMC, el ministerio, Red Eléctrica, y además es necesario llevar a cabo estudios medioambientales y de viabilidad.
La demanda eléctrica lleva cayendo varios meses en comparación con el año 2022. Así, y según los últimos datos de Red Eléctrica, la demanda eléctrica nacional «experimentó en mayo un descenso del 4,6% con respecto al mismo mes del año anterior, una vez descontados los efectos de laboralidad y temperaturas. En el acumulado de los cinco primeros meses de 2023, España ha registrado una demanda de 100.038 Gwh, un 4% menos que en el mismo periodo de 2022″.
La planificación de la red la lleva a cabo la empresa estatal Red eléctrica, que es la encargada de aglutinar todas las necesidades que tiene la red, como ampliar una subestación, reforzar una línea y mallar una red. Los diferentes actores, tanto por el lado de la generación como por el de la demanda, lanzan sus propuestas. La decisión final la toma el operador del sistema, que es Red Eléctrica, que hace una validación de toda la planificación, a través de un ejercicio de coste y beneficio, para que el balance del sistema sea el más correcto. Por ejemplo, aunque un proyecto de una compañía que busca enchufarse a la red tenga un coste de inversión para el sistema, se priman también otros factores, como los empleos que puede generar.
Por último, este proceso lo tiene que validar el Ministerio de Transición Ecológica en consonancia con las comunidades autónomas ya que muchas de las infraestructuras luego se aprueban a través de una tramitación a nivel autonómico. Normalmente es una revisión conjunta entre ambas administraciones, donde las regiones son las principales interesadas en que se amplíe la red por la cantidad de megaproyectos que tienen en juego. La actualización de la planificación «está en marcha», apuntan desde el Ministerio.
Problemas en la red por el lado de la oferta
Este problema, por el lado de la demanda, supone, por ende, un problema también por el lado de una generación que depende del consumo energético. Pese a ello, el Ministerio de Transición Ecológica mantiene otro frente por el lado de la generación debido a un decreto aprobado a finales de 2022 que está dejando cientos de proyectos de energías renovables bajo una espiral que ha provocado una burbuja en el precio de los permisos de acceso a la red y, que, además, va en aumento. Así, y según comentan fuentes financieras, las empresas están pagando para poder enchufar su instalación a la red cerca de 400.000 euros.
En junio de 2022 salió una orden con una serie de criterios (medioambientales, socioeconómicos…) para la convocatoria de unos concursos de acceso a la red. En total, 17 nudos. A partir de ese momento, las compañías comenzaron a acelerar sus planes para conseguir el máximo número de puntos para cuando esos concursos se hicieran públicos. De hecho, uno de los criterios que había en esa orden era la tramitación acelerada. Sin embargo, pese a sacarse a información pública, este no volvió. La razón del Ministerio fue que se estaba generando especulación en la tramitación y que había muchos demandantes que, en realidad, no querían sacar adelante un proyecto renovable y solo comprar el acceso para revenderlo. Pero el remedio no parece que haya sido la mejor solución.