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Economía

Dudas de los inversores por la falta de definición regulatoria del hidrógeno en la Unión Europea

En Bruselas aún está pendiente la reforma de la directiva del gas y el reglamento para definir el gas renovable

Dudas de los inversores por la falta de definición regulatoria del hidrógeno en la Unión Europea

Molinos de viento | Europa Press

La Unión Europea continúa tramitando medidas, entre ellas algunas que salpican de forma directa al hidrógeno verde. Pese a que son ya muchos los proyectos por todo el continente que se han aprobado en relación a este gas renovable, aún, desde Bruselas, siguen sin aprobar dos medidas cruciales para el devenir del hidrógeno. Por un lado, la reforma de la directiva del gas y, por otro, el reglamento para definir qué es el hidrógeno verde y establecer requisitos muy concretos sobre lo que es.

Una situación que ha generado incertidumbre entre los inversores. Así, fuentes financieras y jurídicas aseguran a THE OBJECTIVE que los empresarios dudan de invertir en Europa por la falta de definición regulatoria del hidrógeno verde. Así, muchos de ellos entendían que el hidrógeno verde era aquel que se producía por electricidad por medio de una cantidad de origen renovable. Sin embargo, en la propuesta de la Comisión Europea se entiende el hidrógeno como aquel que procede íntegramente de fuentes renovables (solar y eólica). «No ayuda que el marco regulatorio aún no esté cerrado. Se espera que se cierre a finales de año», sentencian.

En la reforma de la directiva del gas, los eurodiputados respaldaron dos propuestas legislativas para facilitar la incorporación de gases renovables y bajos en carbono -incluido el hidrógeno- en el mercado del gas de la Unión Europea. Ahora, el Comité de Industria del Parlamento Europeo (ITRE) pide una serie de cambios en las propuestas de la Comisión Europea para revisar la Directiva y el Reglamento del mercado interior del gas de diciembre de 2021, incluida la desagregación de los operadores de la red de hidrógeno de acuerdo con las reglas para la infraestructura de gas. 

La definición del hidrógeno verde es el otro gran foco. De esta forma, y como explican desde los despachos jurídicos, «el principal problema es que el hidrógeno verde no implica una sola disciplina sectorial regulatoria, porque existen múltiples capas regulatorias a considerar: la producción, el transporte, el suministro de electricidad renovable, la disponibilidad de agua, la producción de hidrógeno verde, su almacenamiento, el transporte del hidrógeno verde y su suministro». Además, según afirman los juristas, «estas actividades presentan también condicionantes ambientales que deben ser tomados en consideración. Por ello, Europa cuenta con un complejo entramado regulatorio sobre el hidrógeno verde».

El fin de año, un ‘festival’ de medidas

A finales de 2023 se espera la aprobación masiva de varias medidas por parte del Parlamento Europeo. La Cámara se renovará el próximo año y los legisladores están acelerando los trámites para que estas salgan adelante. En la mira se encuentra, en primer lugar, la aprobación del Mecanismo de Ajuste y Carbono en Frontera (la apuesta ambiciosa y fuerte por lo verde pone al mismo tiempo trabas en la industria. Se busca instalar un gravamen para aquellas importaciones que no sufren los mismos costes que nuestra industria con el objetivo de protegerla).

También tiene que recibir luz verde las normas de ampliación del mecanismos de mercado de derechos de emisión para comercializadoras de combustibles (es decir, obligar a las empresas que venden combustibles a internalizar los costes de los derechos de emisión de Co2). Otra de las medidas a aprobar son las modificaciones respecto a la directiva de fomento de energías renovables o de eficiencia energética. «El paquete ‘fit for 55’ es gigantesco y no sé si les va a dar tiempo a aprobar todo antes de 2024», aseguran desde el sector.

EEUU, más adelantado

En medio de este escenario, Estados Unidos, uno de los principales competidores de la Unión Europea, navega con mayor determinación y precisión con respecto al lanzamiento del hidrógeno verde. Una situación que relega a Europa como un lugar de inversión menos atractivo que el país norteamericano. La Administración Biden aprobó un paquete de medidas, conocido como Inflation Reduction Act (IRA), que ha desbaratado la estrategia europea.

El IRA es un plan que está dotado con unos 400.000 millones de dólares, que se irán desembolsando durante los próximos diez años. Por partidas, más de un 60% de estas ayudas se destinarán al sector de la energía, un 12% a la industria y otro 12% a la mejora del medio am­­biente. Esta realidad ha generado una guerra de subsidios entre las principales economías del mundo, y donde EEUU y China van por delante.

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