Miguel Barroso forzó la salida de Rosauro Varo de Prisa tras enfrentarse con Oughourlian
La relación entre el presidente y el exvicepresidente del grupo editor de ‘El País’, se había deteriorado de manera importante en las últimas semanas
La salida de Rosauro Varo del grupo Prisa después de dos años y medio en el consejo de administración -dos de ellos como vicepresidente- se produjo en circunstancias bastante menos amables que las que han trascendido públicamente. Las fuentes cercanas a estos movimientos consultadas por THE OBJECTIVE confirman que esta renuncia se produjo después de meses de enfrentamientos entre el empresario español y el presidente del grupo, Joseph Oughourlian. Una disputa que aprovechó Miguel Barroso, miembro del consejo y hombre de Moncloa en la compañía, para forzar su salida y apartar a un potencial rival por hacerse con el control del editor de El País.
El pasado 31 de mayo Telefónica comunicaba la incorporación de Varo como vicepresidente de Movistar+ y miembro del consejo de administración de la final audiovisual de la operadora de telecomunicaciones, Telefónica Audiovisual Digital (TAD). Un momento en el que también trascendió que abandonaba Prisa por incompatibilidad de sus cargos. Sin embargo, las fuentes consultadas por este diario indican que la salida hacia la operadora se produjo después de que el dueño de GAT Inversions constatara que su tiempo en el grupo de medios se agotaba.
El empresario se incorporó en diciembre del año 2020 al consejo de Prisa en representación de Telefónica y como fruto del pacto entre la operadora, Oughourlian (primera accionista del grupo a través de Amber Capital) y el Gobierno para desalojar a Javier Monzón de la presidencia del grupo de comunicación y al núcleo de control liderado por el Banco Santander.
Vivendi y nuevos socios
En febrero de 2021 fue designado vicepresidente del consejo de administración, reforzando el nuevo pacto al que se sumó Vivendi en el primer trimestre de ese mismo año. Sin embargo, en mayo de 2022 Telefónica vendió casi la totalidad de sus acciones a Global Alconaba, un grupo de empresarios socialistas también cercanos a Moncloa y a Miguel Barroso. Esto supuso de facto el fin de la historia de la operadora de telecomunicaciones como accionista de Prisa, pese a que Varo se mantuvo en la compañía tras facilitar y mediar en la entrada de los nuevos socios.
No obstante, las cosas se torcieron desde entonces a medida que la lucha por el control de Prisa se acentuaba y cogían fuerza nuevos grupos de interés como Vivendi -tras romper con Amber- y el propio Banco Santander. Oughourlian y Varo comenzaron a tener opiniones opuestas en relación a las soluciones que necesitaba la compañía, por lo que presidente de Prisa empezó a apartarlo con frecuencia de las labores institucionales propias de su cargo de vicepresidente.
Después de que rompiera de facto su alianza con Vivendi, el presidente de Prisa intentó buscar apoyos para consolidar el control de la compañía y constató que Varo no se plegaba, lo que disparó las tensiones. La situación estalló en las últimas semanas antes del nombramiento de Fernando Carrillo e Isabel Sánchez, dos personas de confianza de Oughourlian con los que espera mantener el control del consejo de administración.
Desbarajuste en el consejo
Este diario ya ha contado que en estos momentos hay tres bloques que buscan el control de Prisa de cara al nuevo Gobierno que surja tras las elecciones anticipadas. Vivendi y el Santander se enfrentan Oughourlian y para ello han elevado sus respectivas participaciones en la última conversión de bonos de la compañía: los franceses subieron al 11,8% y Carlos Slim (que apoya al Santander) se situó sobre el 7%. Todos supeditados a los movimientos de Moncloa representados por Miguel Barroso, consejero y director editorial in pectore, que además mueve los hilos editoriales de El País y la Ser.
Un juego de equilibrios en el que Barroso tampoco tenía claro el apoyo de Varo. El consejero consideró que mantener al dueño de GAT en la compañía podía significar un riesgo de cara a la configuración de los nuevos equilibrios dentro del consejo y pidió su salida a Oughourlian, quien se vio forzado a mover ficha ante las presiones del hombre de Moncloa. Finalmente, la renuncia de Varo se pactó cuanto éste se aseguró una salida hacia Movistar+, donde cultiva una buena relación con José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica.
El problema es que la salida de Varo ha abierto otro frente por la solicitud de Vivendi y de Slim de tener un miembro en el consejo de administración. Este diario ya ha informado de que los dos grupos tienen el porcentaje en el capital suficiente para exigirlo, lo que podría dar un vuelto en la gobernanza de la compañía, aunque los últimos nombramientos de afines a Oughourlian y la ampliación de 15 a 16 de los representantes del consejo pueden frenar esta maniobra. La idea de Amber es poder bloquear cualquier movimiento al menos hasta después de las elecciones del 23 de julio.