Orange y MásMóvil responden a las objeciones de la UE con la venta de activos sobre la mesa
En las próximas semanas Bruselas deberá confirmar que son necesarios los ‘remedies’, lo que abrirá la negociación
Orange y MásMóvil entregaron este lunes su respuesta al pliego de objeciones (statement of objections) publicado por la Comisión Europea el pasado 27 de junio. Las fuentes cercanas al proceso consultadas por THE OBJECTIVE indican que las compañías seguirán sosteniendo que la operación puede ser aprobada sin condicionantes ni venta de activos pese a las dudas de Bruselas que cree que la fusión todavía presenta riesgos para la competencia en el mercado minorista.
Un movimiento adelantado por el consejero delegado de Orange en España y futuro director financiero de la joint venture, Ludovic Pech, en su intervención en el Summit de DigitalES. No obstante, en paralelo las dos operadoras han activado el plan b que les prepara para ofrecer los remedies cuando la Comisión Europea lo requiera. Una alternativa en la que se viene trabajando desde hace semanas a la espera de que se agoten todas las etapas formales de la operación, algo que podría producirse esta semana o la próxima.
El equipo de la fusión es consciente de que Bruselas pedirá condiciones para formalizar el acuerdo, por lo que ya barajan opciones para ofrecer diferentes escenarios dependiendo de lo que pida finalmente la UE. Como en toda negociación, seguir sosteniendo que no son necesarios los remedies en la respuesta al pliego de objeciones tiene como objetivo rebajar las intenciones de Bruselas y reducir al mínimo la venta de activos.
Activos de Orange
Respecto al procedimiento a seguir a partir de ahora, fuentes involucradas en el proceso han indicado a este diario que tras la respuesta de Orange y MásMóvil presentada este lunes, Bruselas deberá contestar con una solicitud formal para que se busquen opciones para corregir el riesgo de competencia que se ha detectado en la operación. Esta respuesta no será un documento formal, sino que simplemente un llamado para que las partes se sienten a negociar.
¿Cuánto tiempo pasará para que se produzca esta llamada? Todo parece indicar que será inminente y es probable de que antes de que termine la próxima semana se produzcan los primeros encuentros. El objetivo será que todos pongan sus cartas sobre la mesa: mientras la Comisión Europea tiene en su cabeza una imposición de remedies con la venta de activos importantes y acuerdos de uso de red para garantizar la competencia con pequeños operadores, Orange y MásMóvil esperan que éstos se reduzcan al mínimo para que no pongan en riesgo la viabilidad ni la rentabilidad de la joint venture.
Este diario ya ha publicado que sobre la mesa están los activos de red fija de Euskaltel, entre 1,5 y 800.000 unidades inmobiliarias que se solapan entre las redes de Orange y MásMóvil; y las infraestructuras de Yoigo, aproximadamente unos 5.000 emplazamientos que le darían a sus competidores (remedy taker) la entrada al mercado de red móvil. A estos activos de infraestructura habría que sumarles condicionantes en forma de cesión de derechos de uso a precios preferentes para equiparar el acceso a la red de la futura joint venture.
‘Remedy taker’
Esto en cuanto a qué vender, sin embargo es más importante a quién hacerlo. Aquí los interesados son cuatro: Digi, Avatel, Finetwork y Adamo. Este diario ya ha publicado que estas compañías (tras varios meses de conversaciones) remitieron a Bruselas sus proyectos en los que se especifica qué activos quieren y qué plan de negocio tienen para asumirlos, además de cómo influiría en el mercado de la competencia esta cesión.
El destinatario de estos activos no es una decisión completamente unilateral de Bruselas, aunque sí tienen la última palabra. Precisamente para negociar estas condiciones se abrirá el turno de conversaciones esta semana o la próxima. Orange y MásMóvil llevarán su propuesta sobre estos dos temas (remedies y remedy taker), unas alternativas que se enfrentarán al punto de partida de Bruselas de que la venta de activos es necesaria e innegociable.
Todos los esfuerzos se centrarán en minimizar todo lo posible la cantidad de activos que les obliguen a vender, ya no tanto por la pérdida que tendrán que afrontar en sus infraestructuras sino que para no engordar a un potencial competidor que pueda destruir valor en el mercado en el mediano y largo plazo. Intentarán convencer a Bruselas de que los remedies deben ser selectivos y que será mejor tener un mercado con una joint venture fuerte para que pueda invertir en el desarrollo de las redes digitales en España.
‘Joint venture’ de Orange y MásMóvil
En este sentido, los integrantes de la joint venture también podrán plantear su propio candidato a remedy taker, que perfectamente podría ser distinto al que tenga en mente la Comisión Europea. Una partida del ajedrez con los negociadores de Orange y MásMóvil, junto con los del departamento de Annemiek Wilpshaar, directora de la Unidad de Fusiones en los sectores de tecnologías de la información, telecomunicaciones y medios de comunicación de la Comisión Europea.
En cualquier caso, las fuentes consultadas por este diario indican que no lo tendrán fácil. La Comisión Europea está convencida de que España necesita un cuarto operador y que es necesario reforzarlo tras la irrupción de un gigante valorado en 22.000 millones de euros. Con la joint venture y Telefónica luchando por el primer lugar del mercado, creen que no será suficiente un tercer operador como Vodafone para hacerles competencia y generar un entorno de precios favorables para los consumidores y usuarios.
Opciones de Digi
De esta manera -y así lo dicen las diversas fuentes consultadas por este diario-, Digi es el principal candidato debido a que es el de mayor tamaño, pero con Avatel, Finetwork y Adamo apurando sus opciones hasta último minuto y con posibilidades reales de ganar finalmente estos remedies.
En relación a los plazos, lo más probable es que tras las primeras reuniones que se produzcan antes de que finalice el mes se logre un marco mínimo de consenso en el que se pueda trabajar a la vuelta del verano (en agosto, la Comisión Europea se queda sin actividad) para intentar cerrar los remedies finales y quién se los quedará finalmente.
Este diario ya ha avanzado hace semanas que, pese a que oficialmente Bruselas se ha comprometido a dar una respuesta al expediente el 3 de septiembre, lo normal es que las paradas del reloj propias de un trámite de estas características en la UE lleven la resolución al mes de octubre.