Los asalariados extranjeros pagan ya uno de cada cuatro euros de las pensiones
La base media de cotización en el Régimen General fue de 1.675 euros, 430 euros menos que la media de los afiliados
Las cotizaciones de los asalariados extranjeros ya pagan uno de cuatro euros de la nómina de los pensionistas. A partir de los datos que ofrecen las estadísticas de afiliación y la de pensiones se constata la cada vez mayor relevancia de las aportaciones de los cotizantes no nacionales en el Régimen General.
El desembarco de la generación del baby boom en el sistema de pensiones, que tendrá lugar de forma progresiva durante las próximas tres décadas, supondrá un espectacular incremento del gasto en prestaciones. Esto obligará, si no hay un repunte importante e inminente de la natalidad, a una incorporación masiva de inmigrantes al mercado laboral español. La otra solución, será retrasar al máximo la jubilación de trabajadores.
Según los datos a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, a mes de marzo había 1,7 millones de extranjeros afiliados al Régimen General. Su base de cotización media fue de 1.675 euros, 430 euros menos que la media de los afiliados. En total son 2.894 millones mensuales y un aporte anual de 34.728 millones.
Pensiones medias de 1.300 euros
Mientras, la estadística de pensiones muestra que en el tercer mes del año -para comparar con el mismo periodo disponible de afiliación- la nómina de los pensionistas y jubilados del Régimen General totalizó 9.650 millones. En este caso, para poder calcular el gasto anual hay que multiplicar por 14 pagas con un resultado de 135.100 millones. La nómina media de estos pensionistas es ligeramente superior a 1.300. Esto supone que de la nómina anual del Régimen General, uno de cada cuatro euros la cotización de extranjeros puede pagar un cuarto de la nómina de los pensionistas.
Según destacaba un reciente informe de Caixa Bank Research a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa, los extranjeros suponen el 12,1% de la población total (5,74 millones) y el 13,3% del empleo (más de 2,7 millones de trabajadores), frente al 9,2% y 10,8%, respectivamente, que representaban en 2015.
Destacaba el estudio la cualificación de los extranjeros. «Presenta un nivel más elevado de lo que a menudo se cree». Pese a todo, los menos formados tienen más peso que los españoles y los que tienen estudios superiores son proporcionalmente menos. En cuanto a los empleos, señala que en los últimos años se ha producido un aumento generalizado por actividades del peso de estos trabajadores. Sin embargo, su presencia relativa es mayor en ocupaciones elementales o que requieren un menor nivel de cualificación.
Hostelería y construcción
Mas del 25% de los ocupados en la hostelería y del 18% en la construcción son extranjeros, cuando en 2015 ambos porcentajes eran el 19,5% y 10,6%, respectivamente; en transporte y almacenamiento también se ha registrado un destacado aumento, pasando del 7,4% al 13,6%. Su porcentaje se ha reducido en las ramas industriales.
«El hecho de que la presencia de trabajadores extranjeros sea mayor en los niveles bajos de cualificación puede indicar una cierta sobrecualificación, un fenómeno que, si bien no es exclusivo de los trabajadores extranjeros, sí que es algo más marcado. La presencia de los trabajadores con formación superior en ocupaciones elementales es casi siete veces mayor que la de los españoles.
Jubilaciones e inmigración
Con una población española envejecida, será necesario un flujo neto de inmigrantes -entradas menos salidas- de 330.000 desde ahora hasta 2050, frente a los apenas 205.000 que llegaron de media cada año a España entre 1990 y 2019. Los datos, que ha analizado THE OBJECTIVE a partir de varios escenarios posibles, forman parte de las proyecciones elaboradas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), un organismo dirigió durante cuatro años Escrivá.
La estimación de entradas de inmigrantes realizada por el organismo independiente es mucho mayor que la planteada recientemente por Eurostat. La clave de la diferencia está en que la AIReF prevé que los nuevos inmigrantes tengan edades elevadas, hasta 3,2 años más que los que contempla el organismo estadístico europeo, que espera bastantes más niños y menos personas mayores de 50 entre ellos.
Esta apreciación está recogida en el informe titulado España 1970-2070: Tendencias y proyecciones demográficas con un ojo puesto en las finanzas del sistema de pensiones, elaborado por Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
En el estudio, De la Fuente apunta también coincidencias entre las conclusiones de los dos organismos, también del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, concuerdan en que, tras la covid, la esperanza de vida continuará aumentando a buen ritmo durante las próximas décadas con los avances en medicina y salud pública. La mano de obra inmigrante será clave.