El Gobierno fracasa en su intento de sumar socios españoles para entrar en Telefónica
El objetivo es repartir el coste de entrar en la operadora de telecomunicaciones valorado en unos 1.000 millones de euros
El Gobierno comienza a encontrar los primeros inconvenientes para desembarcar en Telefónica. Los movimientos para incorporar empresarios españoles que acompañen a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) en su intento de hacerse con una participación minoritaria -pero relevante- de la operadora de telecomunicaciones, han resultado infructuosos hasta el momento, según ha confirmado fuentes vinculadas a estas negociaciones a THE OBJECTIVE.
El Ejecutivo lleva varias semanas estableciendo contactos con grandes empresarios de origen español que financien parte de esta entrada. El Gobierno quiere cumplir con el objetivo de «preservar los intereses de España» y para ello debe tener un asiento en el consejo, algo que solo se podría conseguir tras comprar el 5% de Telefónica y realizar una inversión de al menos 1.000 millones de euros, a precios de mercado.
Hablamos de una fuerte inversión para una SEPI que actualmente no tiene liquidez y que tendría que endeudarse o pedir más dinero al Ministerio de Hacienda para poner en marcha esta operación. Es por ello por lo que incorporar a socios privados era una solución óptima para compartir los costes.
Cotización de Telefónica
Sin embargo, las fuentes consultadas por este diario indican que los contactos de Moncloa han sido infructuosos hasta la fecha. Los empresarios que han recibido la ‘invitación’ han declinado amablemente a entrar en la operadora o han dado evasivas. Lo cierto es que nadie se ha comprometido hasta la fecha con el proyecto del Gobierno.
Según ha informado El Confidencial, los empresarios en condiciones de asumir una inversión de esta características no son demasiados: Florentino Pérez de ACS, Amancio Ortega de Inditex, Juan Roig de Mercadona o José Manuel Entrecanales de Acciona. De momento, nadie ha movido ficha, lo que ha obligado al Gobierno incluso a buscar refugio en socios habituales como Joseph Oughourlian de Amber Capital –socio de la SEPI en Indra– aunque tampoco con éxito.
El problema para la entrada de algún socio español (y extranjero) en Telefónica es la baja rentabilidad de la acción y el elevado coste político de entrar en una operación liderada por el Gobierno. La operadora ha perdido un 60% de su cotización en bolsa desde la llegada de José María Álvarez-Pallete a la presidencia y desde septiembre del año pasado no supera los cuatro euros por acción, demostrando que es difícil ganar dinero con el valor a medio plazo.
Caixa y BBVA
Por otro lado, nadie quiere significarse en una operación tan delicada y con tantos componentes políticos. Entrar junto a la SEPI en Telefónica podría poner en la diana a empresarios que luego tendrían complicado quitarse el estigma de ser cercanos al Gobierno. En el mundo de la empresa -y salvo contadas ocasiones- las grandes fortunas huyen de la identificación con cualquier partido político.
En cualquier caso, estas negativas de empresarios de entrar en Telefónica complica los planes del Gobierno de formar un núcleo español que haga frente a Saudi Telecom, la gran justificación para acometer esta operación. Hasta ahora los dos únicos accionistas españoles en la operadora son Caixa (a través de Caixabank y Criteria Caixa) con un 5% y BBVA con otro 5%, pero sus dos máximos ejecutivos -Gonzalo Gortázar y Onur Genç- han confirmado que no tienen interés en subir sus posiciones.
De hecho, este diario ya ha advertido de la inquietud que ha generado en estos dos bancos la confirmación oficial de la SEPI de que está explorando la posibilidad de entrar en la operadora española. Caixa y BBVA no fueron informados de estas intenciones y dudan de que en la cúpula de Telefónica no estuviesen al tanto de estos movimientos, en especial si consideramos que Javier de Paz, consejero de la compañía, es un personaje muy cercano al PSOE y a Moncloa.
El caso de Indra
Los dos bancos tienen dudas también del encaje que tendría el Gobierno en el consejo de administración de Telefónica. En procesos similares ha quedado demostrada la beligerancia de la SEPI para imponer su propia hoja de ruta como en el caso de Indra, Red Eléctrica, Enagás o Aena. En esta línea, ahora surgen las interrogantes respecto de cuál será su impacto en la gobernanza de la operadora de telecomunicaciones.
Los últimos acontecimientos abocan a la SEPI y al Gobierno a realizar una arremetida en solitario en Telefónica. Para ello primero deberá buscar la financiación necesaria y no sería un proceso rápido. El Ministerio de Hacienda debería aprobar una partida extraordinaria en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) que -en teoría- se comenzarán a negociar en las próximas semanas, aunque siempre si es que Sánchez logra los votos necesarios para la investidura.
En medio de todos estos movimientos, Saudi Telecom debería presentar su solicitud formal para convertir su 5% en derivados para llegar hasta el 9,9% que le convertiría en el primer accionista de Telefónica. De hecho, este diario también ha informado de que los planes de la operadora de Oriente Medio siguen en marcha pese a las intenciones confirmadas por la SEPI y el interés del Gobierno de irrumpir en la compañía.