El ‘boom’ de los pisos compartidos se extiende: la habitación en Albacete se encarece un 25%
En el último año, la única caída en el precio de la habitación de alquiler se dio en San Sebastián, con un descenso del 6%
Compartir piso se ha convertido en la única opción para muchas familias debido al encarecimiento del alquiler. Sin embargo, este es un fenómeno que, aunque ha aumentado su oferta al calor de la última legislación en vivienda, también ha incrementado fuertemente la demanda, y con ello los precios. Y no solo en las ciudades más tensionadas como Madrid o Barcelona.
La ciudad en la que más ha crecido el precio de las habitaciones en el último año ha sido Albacete, al encarecerse un 25%, seguida por Orense (20%), Cáceres (18%) y Gerona (18%), según los datos de idealista. En el último año, la única caída en el precio de la habitación de alquiler se dio en San Sebastián, con un descenso del 6%. En Madrid los precios crecieron un 6%, mientras que en Barcelona el crecimiento fue del 13%.
Al margen de que Albacete y Orense sean los lugares donde más se ha disparado el precio de la vivienda, estas ciudades siguen muy lejos del precio de las zonas más tensionadas. Barcelona es la ciudad más cara para alquilar una habitación, con 535 euros mensuales, seguida por Madrid, con 475 euros, y San Sebastián (422 euros). Zamora (170 euros), Ciudad Real (180 euros) y Badajoz (195 euros), en cambio, son las capitales más económicas.
Vía de escape a la ley de vivienda
Alquilar la vivienda por temporada o por habitaciones son algunas de las fórmulas que están utilizando muchos propietarios como vía de escape para evitar aplicar la ley en lo referente a alquileres en zonas tensionadas. De hecho, la oferta de pisos compartidos ha aumentado en un 20% este año, al tiempo que ha disminuido la oferta de vivienda de alquiler tradicional, según los datos del sector. Esta cuestión es especialmente notable en las zonas tensionadas de las grandes ciudades.
Lo mismo sucede con las viviendas de uso temporal. Estos contratos, que escapan de los topes de precios que recoge la nueva ley, tienen una duración menor a un año y tienen que tener definida claramente esa finalidad. El contrato de media estancia o de temporada está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y la diferencia con el alquiler tradicional es el uso que se le va a dar al inmueble. Esta modalidad de alquiler permite al propietario fijar libremente el precio con cada nuevo inquilino que ocupe la vivienda.
Por otro lado, al no estar sujetos a la actualización del IPC, también evitará el límite a las rentas en las viviendas ubicadas en zonas tensionadas que contempla la ley de vivienda. No obstante, tanto el alquiler temporal como por habitaciones podrían ser regulados en línea con la Ley de la vivienda próximamente. La disposición adicional quinta de la ley contempla la creación de un grupo de trabajo para la regulación de los contratos de arrendamiento de uso distinto del de vivienda. El plazo para la creación de ese grupo era de seis meses desde la entrada en vigor de la ley.
Un 30% de la oferta para estudiantes
Vivir en pisos compartidos es la opción mayoritaria entre los más jóvenes, concretamente entre los estudiantes universitarios. Pero cada vez son más las personas adultas que recurren a este tipo de opciones debido a la creciente inflación y la reducción de su capacidad de ahorro, aspectos que les han expulsado del alquiler tradicional. Sin embargo, a pesar de ser el perfil mayoritario, únicamente el 32% de los anuncios de habitaciones en pisos compartidos explicitan su preferencia por convivir con estudiantes, según un estudio de idealista.
En este sentido, el 46% de las habitaciones anunciadas solicitan nuevos inquilinos trabajadores, mientras que el 22% se muestra indiferente. Por el contrario, la demanda de este tipo de solución habitacional está repartida al 35% entre estudiantes y trabajadores, mientras que el 30% de los que buscan no muestra preferencias. En cuanto a los precios a nivel nacional, no se observan diferencias entre ambas situaciones: 350 euros mensuales.
En las grandes ciudades el porcentaje de habitaciones en alquiler destinado a estudiantes es aún más bajo que la media nacional, ya que solo se ofrecen el 25% en Madrid y el 27% en Barcelona. Por debajo está la ciudad de Guadalajara (20%), mientras que entre ambas grandes urbes se encuentran Pamplona (25%), Vitoria (25%), San Sebastián (26%), Palma (26%), Castellón (27%) y Logroño (27%). Del resto de grandes mercados destacan Bilbao (30%), Málaga (32%) y Alicante (34%).