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La mitad de los propietarios que sufren morosidad en el alquiler tiene más de 65 años

El 53% de los casos de morosidad se registran en inmuebles que están arrendados por una persona mayor de 65 años

La mitad de los propietarios que sufren morosidad en el alquiler tiene más de 65 años

Pixabay

La morosidad sigue siendo un problema clave que afecta al mercado del alquiler disminuyendo aún más la oferta disponible y contribuyendo a aumentar la tensión existente en el mercado. El propietario que decide alquilar su vivienda quiere dos cosas: recibir las mensualidades de manera puntual y no tener problemas. Sin embargo, la incertidumbre y las dudas generadas por la Ley de Vivienda entre los propietarios van en aumento. A estas dudas hay que añadir que, al margen del fenómeno de la ocupación, la morosidad y la inquiocupación se han convertido en una tendencia cada vez más común en España.

Este tipo de situaciones las padecen, fundamentalmente, propietarios mayores de 65 años. Según los datos aportados por el Fichero de Inquilinos Morosos, el 53% de los casos de morosidad se registran en inmuebles que están arrendados por una persona mayor de 65 años.

«La razón que encontramos detrás es que algunos inquilinos que tienen como arrendador a una persona mayor básicamente se aprovecha de la falta de conocimientos, de asesoramiento o de falta de acceso a la tecnología que tiene este propietario para extender los impagos», explica David Caraballo, director general de Alquiler Seguro. Esta compañía, que tiene actualmente una cartera de más de 21.000 viviendas en alquiler, asegura en conversación con THE OBJECTIVE, que detrás de esta situación también se encuentra una cuestión de «brecha digital».

Si bien el tema de la morosidad es una de las mayores preocupaciones por parte de todos los propietarios, en el caso de los mayores la vulnerabilidad es mucho mayor. Por otro lado, en los últimos tiempos, hay muchas empresas dedicadas al sector del alquiler que están proliferando los últimos años y que son exclusivamente online, dejando fuera a este colectivo, asegura el Caraballo.

Inquiocupación y morosidad

El encarecimiento del alquiler que está experimentando el mercado está dificultando el acceso a diferentes colectivos, principalmente a los más jóvenes que tienen cada vez más complicado independizarse. Pero también está provocando que muchas familias tengan cada vez más complicado hacer frente al alquiler. Otra de las consecuencias que produce esta subida de precios es el aumento directo de la morosidad de los inquilinos.

El año pasado lo hizo más de un 7%. Hablamos en este caso de deudores que, por un problema de insolvencia, no pueden costear las cuotas. Además de este problema, hay otro fenómeno que preocupa cada vez más a los arrendadores. Se trata de la inquiocupación, un término que se ha popularizado en los últimos tiempos para referirse a aquellas personas que acceden a una vivienda mediante un contrato de alquiler con la intención de, tras abonar la fianza y la primera cuota, dejar de pagar y quedarse en la vivienda.

Riesgo de exclusión

Según los expertos consultados por este diario, cuando se produce un impago suele abrirse una negociación con la esperanza de que todo vuelva a la normalidad. Si no se soluciona, se procede a abrir un proceso judicial. Desde pisos.com, Ferran Font, su portavoz de estudios, indica que este problema de la inquiocupación se ha convertido en una práctica desgraciadamente en expansión y que ya no es exclusiva de los inquilinos más vulnerables, sino que «está siendo asimilada por personas que, aun teniendo recursos económicos para pagar, prefieren no hacerlo aprovechando las debilidades del sistema».

Además de sufrir en mayor medida la morosidad de los inquilinos, desde Alquiler Seguro estiman que cerca de 600.000 mayores de 65 años también están en peligro de exclusión del mercado del alquiler. Desde la asociación consideran que la desaparición de oficinas de atención presencial, al igual que sucede con la banca, y el desconocimiento e inseguridad del entorno digital está provocando que las personas mayores no puedan desarrollar operaciones inmobiliarias y que, por lo tanto, se vean expulsadas del mercado.

«Hemos visto que la brecha digital está marcando una barrera muy fuerte», destaca Caraballo. Por ello, desde Alquiler Seguro han elaborado un nuevo protocolo en colaboración de Fedepem (Federación Española para la Defensa de las Personas Mayores) para atender a estos usuarios que suponen uno de cada tres de sus clientes (entre propietarios e inquilinos).  Nuestros clientes mayores contarán con un gestor especializado que les atenderá de manera personalizada».

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