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Compartir piso a los 60 o con tu expareja: el alquiler no mejora a pesar de la nueva ley

Esta semana se cumplen seis meses desde que el Gobierno aprobó la Ley de Vivienda

Compartir piso a los 60 o con tu expareja: el alquiler no mejora a pesar de la nueva ley

Manifestación ante los impagos del Bono Joven de Alquiler de Madrid. | Europa Press

Esta semana se cumplen seis meses de la entrada en vigor de la Ley de Vivienda y la realidad que viven muchos ciudadanos no ha mejorado. Precios disparados, pisos diminutos y ofertas que desaparecen en pocas horas. Ante esta coyuntura, la realidad de algunos inquilinos pasa por verse obligados a compartir piso pasados los sesenta años e, incluso, con la expareja ante la imposibilidad de encontrar una vivienda asequible.

Durante estos meses, la oferta de vivienda ha continuado con la tendencia descendente en la que lleva inmersa ya varios años. Concretamente, la oferta de vivienda para un alquiler habitual en España ha descendido un 30,5% desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda, según los datos que maneja la Federación Nacional de Asociaciones inmobiliarias (FAI). 

Esta situación está acentuando el desajuste en el mercado del alquiler, según las asociaciones inmobiliarias, puesto que la demanda de inmuebles de alquiler de larga estancia se ha incrementado en estos cinco meses un 11%, mientras que los precios del alquiler se han encarecido de media un 9,2 % en los últimos 12 meses. Por otro lado, ni inquilinos ni propietarios aprueban la nueva legislación. 

Valoración negativa de inquilinos y propietarios

Así, las perspectivas con respecto al impacto de la ley de vivienda son negativas para todos los colectivos involucrados en el mercado de la vivienda, independientemente de a qué sector pertenezcan, según una encuesta realizada por Fotocasa a más de 5.000 individuos entre inquilinos y propietarios.

Según esta encuesta, únicamente el 25% cree que alquilar una vivienda como inquilino resultará más sencillo, mientras que el 36% vaticina que la norma pondrá más difícil este objetivo. Más pesimistas incluso son las expectativas ante la pregunta de cómo afectará la norma a los alquileres para los propietarios de la vivienda, ya que en este caso el porcentaje de los que creen que complicará las cosas asciende al 40%, y únicamente el 17% piensa que pondrá las cosas más fáciles.

Compartir piso con la expareja o pasados los 60

En este contexto, la realidad que viven muchos ciudadanos es complicada. Es el caso de Rubén, un chico de 33 años que lleva más de nueve residiendo en Madrid y que reconoce, en conversación con THE OBJECTIVE, que nunca le había resultado tan difícil encontrar piso como ahora. Tras varios años de relación, Rubén atravesó una ruptura con su pareja con la que ha tenido que seguir compartiendo piso durante más de dos meses. «Al menos teníamos dos habitaciones, que no es lo habitual en Madrid», reconoce. 

En este momento, el joven, que trabaja en turismo, quiere vivir solo pero le resulta imposible y se ha visto obligado a compartir piso con otras dos personas. «Ya tienes cierta edad, varios años trabajando y lo que necesitas es independencia, pero es imposible», lamenta. En este momento, Rubén paga por una habitación en una vivienda en la zona de Ventas 550 euros. Hace nueve años por una habitación en La Latina pagaba 320 euros.

Una situación que también le ha ocurrido recientemente a Lucía. Vive en Valencia y se ha visto obligada a compartir la vivienda con su expareja durante más de tres meses. «Encontrar un piso adecuado para irme sola ha sido imposible hasta hace unas semanas», lamenta en conversación con este diario. El cambio en su situación personal se produjo durante el verano, una época en la que los precios de los alquileres en esta comunidad se disparan por el turismo.

«Las viviendas que hay, o no reúnen los requisitos -son pequeñas, muy caras y antiguas- o no están en una zona adecuada», lamenta por su parte Virginia, de 37 años y dedicada al comercio, que busca piso en Barcelona desde hace meses. A Virginia también le está resultando prácticamente imposible vivir sola y se ve obligada a compartir piso. «Somos tres artistas de entre 30 y 40 años, nos ganamos la vida bien, pero no tenemos contratos duraderos», asegura Lucía Trentini, perteneciente al Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid. Trentini, en conversación con THE OBJECTIVE, lamenta que ellos, al no tener contratos fijos, no pueden acceder a un alquiler para vivir de manera independiente y también se ven obligados a compartir.

«Vivir en pisos compartidos es la opción mayoritaria de los más jóvenes, pero cada vez son más las personas adultas que recurren a este tipo de opciones debido a la creciente inflación y la reducción de su capacidad de ahorro, aspectos que les han expulsado del alquiler tradicional», revela Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. Según un estudio realizado por este portal inmobiliario, el perfil de inquilino más repetido en este sector del mercado del alquiler coincide con el de una mujer joven -entre 18 y 25 años- que reside en las provincias de Madrid o Barcelona.

Si hace 10 años los demandantes de entre 36 y 45 años representaban el 8,92% de los perfiles y los inquilinos de entre 46 y 60 años el 4,22%, en la actualidad estos datos han aumentado: el rango 36-45 años asciende hasta el 10,97% y el más elevado, 46-60 años, a 6,56%, según estos mismos datos.

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