La polémica gestión de Serrano en Correos será auditada por la empresa Grant Thornton
Serrano deja la entidad con pérdidas milmillonarias, con conflictos laborales permanentes y con planes inacabados
El expresidente de Correos, Juan Manuel Serrano. | Europa Press
Correos ha encargado a la firma Grant Thornton la auditoría de sus cuentas de 2023, 2024 y 2025. El informe pondrá bajo lupa la gestión del último ejercicio de Juan Manuel Serrano, que fue cesado el pasado miércoles del cargo de presidente de la entidad pública. Grant Thornton es un habitual en las auditorías públicas y ha logrado desbancar a otras cinco grandes consultoras y auditoras.
El contrato, valorado en 1,4 millones, fue adjudicado el pasado septiembre, con Serrano todavía como presidente de Correos. Serrano, amigo del presidente Pedro Sánchez, tomó el timón de Correos en julio de 2018. Durante ese periodo, las pérdidas, las apuestas de negocio fallido, la lluvia de contratos públicos y las subvenciones y ayudas de Estado han sido protagonistas en su gestión. La obsesión del socialista por adelantar a Amazon no ha hecho más que aumentar las pérdidas hasta llevar la entidad a la ruina.
El pliego del contrato de auditoría, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, prevé el examen de los estados financieros del Grupo Correos. Se examinará balance, cuenta de pérdidas y ganancias, patrimonio neto, memoria e informe de gestión-. Grant Thornton deberá informar de manera inmediata de cualquier incidencia relevante en las relaciones con la entidad auditada. Además, cuando identifique riesgos de incorrección material como consecuencia de fraude, el auditor deberá comunicarlo.
La gestión de Correos
Serrano, ex jefe de Gabinete en el PSOE de Pedro Sánchez, ha dejado Correos con un agujero que supera los 1.000 millones de euros. En los más de seis años de mandato, ha engordado los números rojos de Correos pese a que ha sido dopada con ingentes cantidades de fondos europeos y subvenciones.
Las pérdidas en 2020 superaron los 217,2 millones. Eso supone más del doble que en 2021. La sociedad estatal postal recortó su cifra total de negocios el año pasado casi un 6% hasta los 1.962 millones de euros, con descensos en su división postal y estancamiento en paquetería express. El número de envíos ha disminuido drásticamente, pasando de 2.700 envíos admitidos en 2018 a tan solo 1.368 en 2022, lo que representa una reducción de casi el 50%, según los sindicatos.
Junto a esto, según denuncian trabajadores de la entidad, la improvisación ha sido una constante. En paralelo, Correos ha vivido un conflicto laboral permanente. Pedro Saura, el sustituto de Serrano en la presidencia de la entidad pública, se ha estrenado con un huelga de los trabajadores del servicio postal. El argumento es el constante deterioro de la plantilla de la empresa pública.
Sobrecarga de trabajo, precariedad, falta de contratación, órdenes contradictorias e incumplimientos de los requerimientos son algunas de las excusas. Los trabajadores de Correos en oficinas se han convertido en vendedores de todo tipo de productos. En las oficinas se pueden adquirir decenas de productos, desde seguros a décimos de lotería, pasando por juguetes.
Un gigante con pies de barro
El Grupo Correos se ha convertido en un lastre difícilmente asumible para el Estado. Es sin duda una de las empresas protagonistas de la sangría de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La entidad pública, que nació hace 307 años, acumula pérdidas milmillonarias. Pese a todo, ha recibido 1.433 millones en ayudas, fondos europeos y subvenciones de diferentes administraciones.
La Sociedad Estatal Correos y Telégrafos se ha visto obligada a asumir la irrupción de Amazon como operador postal y a dirigir su actividad en el tiempo de descuento. La estadounidense ya ocupa el segundo puesto en el ránking, por delante de Seur y MRW, y a poca distancia de Correos.
Pese al intento del operador público de dar un vuelco al negocio –con la internacionalización y la logística-, su transformación llega tarde y Amazon o AliExpress, en ocasiones aliados y otras veces duros competidores, se han hecho con la parte del león de la entrega rápida y de buena parte de la paquetería. Mientras, el 65% de los ingresos de Correos siguen dependiendo del servicio postal y llevan años desplomándose. En 2021 se enviaron la mitad de cartas que en 2013 y casi 212 millones menos que en 2020.
La más que destacable estructura de Correos, con más de 50.000 empleados, 13.000 vehículos, 2.400 oficinas y medio centenar de inmuebles, además de las ventajas que suponen ser una empresa pública, no han servido para evitar una situación económica dramática.
