Digi se reunió con la presidenta de la CNMC días antes de pactar con Orange y MásMóvil
La operadora de telecomunicaciones cerró a mediados de diciembre la adjudicación de los activos sobrantes de la fusión
La cúpula de Digi se reunió con la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, el pasado 1 de diciembre, según refleja la agenda pública de la directiva a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. El encuentro se produjo en plena negociación de la operadora con Orange y MásMóvil y solo 12 días antes de que cerraran un acuerdo formal de cesión de activos para facilitar la fusión de sus negocios en España.
Pese a que el contenido del encuentro no es público y que las partes no hacen comentarios, es difícil que la fusión de Orange y MásMóvil no estuviese sobre la mesa, así como los planes de despliegue de Digi que pasan por fortalecer su red de fibra -que ya supera los 8,5 millones de hogares- y por sentar las bases de su nueva red móvil que podría estar en marcha a partir del año 2025 a partir de los activos concedidos por la fusión.
La última reunión entre Digi y el regulador se produjo el pasado 2 de marzo, cuando todavía no había claridad respecto de la integración. De hecho, por esas fechas la Comisión Europea debatía sobre enviar la operación a un análisis exhaustivo –como finalmente ocurrió– y Orange y MásMóvil todavía seguían defendiendo que la fusión podía seguir adelante sin venta de activos ni remedies.
Red móvil de Digi
Ahora la situación es muy distinta. En marzo no se sabía si se aprobarían remedies, pero al momento de este segundo encuentro con la CNMC, Digi cerraba los últimos flecos para quedarse con los activos. El 12 de diciembre se publicó el pacto mediante el cual la operadora rumana se quedará con 60 MHz de espectro (20 MHz de 5G) por 120 millones de euros y un acuerdo de uso preferente de la red móvil de Orange a partir del año 2027.
El pacto debe ser refrendado con Bruselas, que sigue sin dar un veredicto a la fusión casi un año después de que se presentara frontalmente el expediente. En el caso de la CNMC, su protagonismo en el proceso ha sido nulo, ya que -pese a que ha tenido que elaborar informes consultivos- en todo momento se ha negociado la integración en el marco de la Comisión Europea.
En todo caso, la posición del regulador es conocida y está en la línea de Bruselas: mantener la competencia en el mercado de las telecomunicaciones español tanto en el apartado residencial como en el mayorista. El mayor temor de la Comisión Europea es que suban los precios, algo que también está en la línea de la filosofía del organismo presidido por Cani Fernández.
Contrato mayorista
En cualquier caso, la función de la CNMC sí que será muy relevante para definir el futuro del sector post-fusión. Cuando se apruebe la integración, nacerá un gigante que hará sombra al histórico liderazgo de Telefónica y se configurará un cuarto operador reforzado (Digi) que sustituirá a la actual MásMóvil como catalizador del mercado. Vodafone se mantendrá en el tercer puesto aunque con nuevas perspectivas tras la compra de Zegona.
En este nuevo contexto, su primer gran reto será revisar las condiciones mayoristas que todavía imperan sobre Telefónica en su condición de operador incumbente. La operadora ha advertido en varias ocasiones que tras el nacimiento de Orange-MásMóvil no hay necesidad de que existan estas limitaciones al alquiler de sus redes mayoristas, pero el compromiso del regulador es revisarlo no antes de octubre de este año.
El segundo gran reto también tiene que ver con Telefónica y su contrato mayorista con Digi para la red móvil. La operadora emergente quiere empezar a construir su red móvil propia a partir de los activos cedidos por la fusión, pero seguirá necesitando un contrato importante para alquilar las infraestructuras en los sitios donde no pueda llegar con estas infraestructuras. Por ello es importante el pacto con Orange, ya que le da dos opciones de red a partir de 2027 cuando expira su actual contrato.
Vigilancia de la CNMC
Digi insiste en que la prioridad es seguir con la española aunque no oculta que -con el contrato de Orange- puede obtener mejores condiciones y un precio más bajo para su pacto, actualmente cifrado en 300 millones anuales. Precisamente, este diario ya ha publicado que una de las prioridades para este 2024 será renegociar este pacto.
Como ha explicado Economía Digital hace unas semanas, la CNMC estará vigilante, ya que considera que el negocio del alquiler de redes se encuentra con una competencia muy reducida y que podría ir a peor tras la consolidación de los dos grandes operadores a nivel nacional. De hecho, en el regulador no se descarta la puesta en marcha de algún tipo de norma para que pueda garantizarse la efectiva competencia.