Sánchez busca la foto con los díscolos del Ibex como colofón a su intervención en Davos

Después de varias semanas de intensas gestiones, Moncloa ha conseguido confirmar la asistencia de buena parte de los líderes del Ibex al encuentro con Pedro Sánchez en el Foro Económico Mundial de Davos, donde esta semana se reúnen los más importantes representantes de las finanzas internacionales. Sin embargo, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE aún falta por asegurar la presencia de algunos directivos que han viajado a la ciudad suiza, en especial los más díscolos y con los que ha mantenido encontronazos en los últimos meses, como el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, o el de Ferrovial, Rafael del Pino.

El objetivo del presidente es sacarse una foto (como la del año pasado) en la que se encuentren la mayor cantidad de los empresarios desplazados hasta Davos, como una manera de escenificar una nueva etapa de entendimiento con las grandes corporaciones del país. La idea es que todos puedan estar, pero las diferentes agendas y la frenética actividad que se desarrolla estos días ha hecho imposible confirmar con absoluta certeza la asistencia de todos ellos. Y es que Sánchez tiene particular interés en que estén precisamente quienes le han criticado públicamente.

Han confirmado asistencia a Davos (que se desarrollará toda esta semana) buena parte de la plana mayor del Ibex, como la presidenta del Santander, Ana Botín, y su CEO Héctor Grisi; el presidente del BBVA, Carlos Torres y su consejero delegado, Onur Genç; el principal ejecutivo de Repsol, Josu Jon Imaz; el de Cepsa, Maarten Wetselaar; el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el presidente de Naturgy, Francisco Reynés; el de Acciona, José Manuel Entrecanales; y el presidente ejecutivo de Ferrovial, Rafael del Pino.

Reunión con el Ibex

Sánchez intervendrá el miércoles en una keynote tras la que se prevé que tenga un «encuentro informal» con los empresarios citados. Las fuentes consultadas indican que la idea del presidente es realizar una breve charla sobre la actualidad del Foro Económico Mundial y de las perspectivas internacionales, pero sin entrar en temas de regulación o de política local. Esto supone que los convocados prácticamente no tendrán tiempo -ni forma- de exponer sus puntos de vista o preguntar sobre las recientes medidas y cambios regulatorios como las presiones para la vuelta de las empresas a Cataluña.

Otras fuentes consultadas hablan de una reunión muy breve solo con tiempo para realizar fotografías de Sánchez mostrándose interesado por sus interlocutores. Muchos le califican como un encuentro centrado exclusivamente en el marketing y en la necesidad del presidente de transmitir a la opinión pública que se interesa por las grandes empresas del Ibex, pese a que lleva varios meses culpándoles de enriquecerse gracias a la coyuntura económica. Pese a ello, no se descarta que les cite para futuras reuniones, privadas o en grupo, y así ahondar en sus reflexiones o demandas.

De momento, hay reticencia entre las empresas del Ibex a confirmar a la prensa su asistencia. Este diario ha podido saber que José María Álvarez-Pallete acudirá, al igual que Carlos Torres y que Santander, aunque dependiendo de las agendas acudirá Ana Botín o su consejero delegado. Lo que está claro es que «se verá» con el presidente. Por su parte, Jon Josu Imaz también ha confirmado su asistencia al encuentro. La presencia de Repsol es importante, ya que la energética ha sido una de las voces más críticas con la política regulatoria de Sánchez e incluso ha llegado a decir públicamente que podría paralizar inversiones en España.

‘Caso Ferrovial’

Este diario ha podido confirmar con su entorno que Rafael del Pino también se verá con el líder del PSOE, aunque no especifican en qué contexto. El caso de Ferrovial ha sido particularmente gráfico de la mala relación del Ejecutivo con las empresas. Justo hace un año anunció su cambio de sede social a Países Bajos, lo que generó una dura campaña de acoso y derribo del Gobierno que llegó incluso a insinuar que se marchaban para pagar menos impuestos. Una foto de Del Pino con Sánchez -aunque sea con el resto de empresarios- desde luego sería de gran valor informativo.

Quien estará en duda hasta el último momento es Ignacio Sánchez Galán. El año pasado fue el gran ausente declinando aceptar la invitación de Moncloa y enviando en su lugar al director de innovación de la eléctrica, Agustín Delgado. Galán siempre ha sido un de los empresarios del Ibex que más duramente ha cargado contra las políticas del Gobierno desde que empezaran a dispararse los precios de la electricidad, y es sin duda uno de los más díscolos, por lo que si finalmente asiste a la reunión será un gran triunfo de la delegación del Ejecutivo.

Críticas de las empresas

El año pasado asistieron al encuentro en representación del Ibex José María Álvarez-Pallete, Carlos Torres, Francisco Reynés, Martin Wetselaar, Josu Jon Imaz, el presidente de Siemens Gamesa, Jochen Eichholt y el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. Del Gobierno acompañaron a Sánchez el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares y el director de la Oficina Económica de Moncloa, Manuel de la Rocha.

Un año después pocas cosas han cambiado en la mala relación de Sánchez con el Ibex. Su investidura in extremis le ha obligado a establecer compromisos con Sumar, ERC, Junts y PNV que han sido duramente criticados en privado y en público por estas compañías. El impuesto extraordinario a las energéticas, el nuevo Salario Mínimo Interprofesional, la jornada de menos de 40 horas a la semana, la subida del 15% del impuesto de sociedades o las presiones a las empresas para que vuelvan a Cataluña, son líneas rojas que para el empresariado significarán una nueva etapa de enfrentamientos y de duras críticas al sector.

En este sentido, Sánchez ha sostenido varias reuniones con importantes directivos del Ibex desde que a finales del año pasado comenzara la legislatura. La idea es tender puentes y empezar con proyectos en común el nuevo curso, aunque desde las empresas se critica que el presidente de Gobierno tenga una actitud conciliadora en privado y luego otra muy distinta y mucho más populista en público.