Enfado en las 'telecos' por el nulo protagonismo del sector en la hoja de ruta de Escrivá
El Ministro de Transformación Digital presentó en el Congreso las líneas estratégicas de su cartera para la legislatura
Buena parte de las operadoras de telecomunicaciones no están satisfechas con la hoja de ruta que ha planteado el nuevo ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, desde que se pusiera en marcha la nueva cartera hace ya casi un mes. Fuentes de estas compañías han indicado a THE OBJECTIVE que su protagonismo en estos planes es casi nulo y que las prioridades están más centradas en áreas como la inteligencia artificial (IA) que en ayudar a resolver los verdaderos problemas del sector y en dar un papel protagónico a las infraestructuras digitales.
Escrivá presentó formalmente su estrategia y líneas generales de acción del ministerio para la a XV Legislatura este lunes ante la Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital del Congreso, una comparecencia que vino a confirmar las malas sensaciones de algunas empresas con un proyecto en el que las infraestructuras digitales ya se dan por cumplidas y donde no hay guiños directos a las operadoras de telecomunicaciones que llevan años demandando mejoras legislativas, cambios regulatorios y ayudas para afrontar la fuerte inversión en redes de 5G.
Esta situación ha generado cierta intranquilidad al constatar que se puede perder la oportunidad de ayudar realmente al mercado de las telecomunicaciones, por primera vez desde una cartera creada especialmente para el mundo digital y en plena ebullición del sector a nivel mundial. Las telecos enfrentarán un año 2024 frenético con la llegada de Zegona al capital de Vodafone, la fusión de Orange y MásMóvil y la entrada del Gobierno y de Saudi Telecom en Telefónica, pero parece que para el Ministerio de Transformación Digital esta realidad es ajena, dicen algunas fuentes consultadas.
Planes de Escrivá
Escrivá propuso en el Congreso tres grandes consensos para poner en marcha durante esta legislatura: para el impulso de la Inteligencia Artificial y su uso ético; para el desarrollo de las capacidades tecnológicas del país y para la transformación de la Administración pública. En cuanto al impulso de la inteligencia artificial (IA) propuso seis ejes de trabajo: fomentar la capacidad de supercomputación de España, los datos y el corpus, el talento digital, el foco en aplicaciones industriales, el impulso de la IA en el sector público y fomentar una IA humanista.
Mientras que en el ámbito del desarrollo de las capacidades tecnológicas los ejes serán la conectividad, el impulso de la industria de los chips, la ciberseguridad, el desarrollo de centros de datos (CPO) sostenibles, el sector audiovisual y las capacidades digitales inclusivas. La única referencia directa que Escrivá hizo al sector de telecomunicaciones en todo el proyecto fue la conectividad, pero siempre con inversiones que ya se han realizado y sin nuevos anuncios para las telecos.
En el sector se advierte de la gran diferencia entre la inversión prometida para el resto de sectores y lo que ya se ha desplegado en ayudas para las operadoras de telecomunicaciones. En cuanto a inteligencia artificial se han comprometido 500 millones de euros para mejorar las competencias, proyectos de IA para empresas en sectores relevantes con 105 millones para cadenas de valor, 50 millones para Misiones IA y otros 125 millones parea RETECH. Del mismo modo, el fondo Next Tech prevé movilizar 4.000 millones.
Inversión de las ‘telecos’
Según recordó Escrivá, en el caso del sector de las telecos ya se han destinado 1.035 millones de dinero público desde 2018 para la banda ancha fija y están en curso otros 1.440 millones de 5G, sin contar con los 12.000 millones del Perte Chip que realmente están destinados a inversores mayoritariamente extranjeros. Se percibe además que el margen para recibir ayudas se ha estrechado mucho para las operadoras ya que las trabas para los que tengan a Huawei en sus redes dificultan mucho el acceso a estas subvenciones. Del mismo modo, se critica que hasta la fecha tampoco esté del todo claro el reparto de los fondos europeos.
Las operadoras continúan inmersas en uno de sus mayores ciclos de inversión de la historia, tras haber desplegado la primera red de fibra óptica de Europa y estar construyendo la red de 5G de última generación. Y todo ello en un contexto altamente deflacionario, con los ingresos cayendo en la mayoría de ellas y con serios problemas de rentabilidad. Pese a este escenario, no parece que el Ejecutivo tenga demasiada sensibilidad regulatoria y tampoco parece —a la luz de su hoja de ruta— que el actual Ministerio de Transformación Digital tenga este asunto entre sus prioridades.
Las compañías culpan al marco regulatorio implantado por la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones (CNMC) de la mayoría de estos problemas. Dicen que el regulador (y el Gobierno) fomenta la existencia de operadores con precios de derribo que ganan clientes de manera rápida, gracias a que alquilan en ventajosas condiciones las redes a quienes les arrebatan clientes. Una anomalía que —señalan— no parece que será abordada por el ministro Escrivá.
Ayudas en la pandemia
De hecho, la única mención que Escrivá hizo en su comparecencia en el Congreso sobre este asunto fue indicar que a la hora de hacer análisis sobre la competencia en el sector de la telecos, se comparen los precios que se ofrecen en España con los de otros países de la Unión Europea (UE). «Sugiero a todos que miremos comparativamente con Europa si el precio de los servicios digitales que proporcionan a los ciudadanos las empresas de tecnología en España es alto o bajo en un espacio comparativo como es el europeo», dijo aunque sin proponer soluciones.
Durante la pandemia, las redes de telecomunicaciones lograron que la economía y la nueva normalidad siguieran en marcha pese al confinamiento, una situación que impulsó al Gobierno a buscar mejoras para el sector. En mayo de 2021 la entonces vicepresidenta, Nadia Calviño, anunció una batería de medidas para agilizar la implantación del 5G como la reserva de dominio público radioeléctrico en las frecuencias armonizadas por la Unión Europea, un cambio en la aportación a la tasa RTVE o mejoras en la subasta de espectro.
No obstante, en el sector se considera que se dejó pasar la oportunidad para realizar un verdadero cambio normativo para las telecomunicaciones desaprovechando la tramitación de la Ley de Telecomunicaciones y la Ley Audiovisual, donde no se terminaron de igualar las obligaciones con los grandes gigantes digitales como Google o Netflix ni se institucionalizaron ventajas comparativas para las operadoras de telecomunicaciones. Unos temas pendientes que —en el papel— no se han retomado todavía desde el nuevo ministerio de Transformación Digital de Escrivá.