Fuga de talento en el ministerio de Escrivá por un «chiringuito» en el área de ciberseguridad
El nuevo director ha despedido a trabajadores de alta cualificación, pero han acabado siendo despidos improcedentes
El cambio de titular del Ministerio de Transición Digital –de Nadia Calviño a José Luis Escrivá– no ha logrado calmar las aguas en uno de los departamentos estrella de esta cartera.
Se trata del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), con sede en León. Es el centro donde –según ha podido constatar THE OBJECTIVE–, bien de manera forzosa, bien de manera voluntaria, están despareciendo perfiles técnicos de profesionales con dilatada experiencia en la materia, porque sencillamente discrepan de los criterios de la dirección general del Incibe. Dirige este centro Félix Barrio desde junio de 2022, cuando su predecesora, Rosa Díaz, fue nombrada directora del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (Ontsi), tras aprobar la plaza.
Barrio, máster en Investigación en Ingeniería de Software y Sistemas Informáticos por la Uned, doctor en Sistemas de Control Industrial e Ingeniería de Sistemas y experto universitario en Dirección y Gestión de la Información y sus Tecnologías, reside profesionalmente en el Incibe desde 2007, año en el que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero creó esta institución, que ahora se ha convertido en la cuarta perceptora de los fondos Next Generation.
Afín al expresidente leonés y afín también en el Partido Socialista, las diferentes fuentes consultadas por este diario subrayan cómo éste ingeniero ha ido rodeándose de una camarilla, al tiempo que continúa con una criba de técnicos. Se propaga en el trabajo un ambiente laboral tosco, cargado, incómodo y arbitrario, lo cual convierte al Incibe en una suerte de «chiringuito, alimentado con dinero público».
Denuncias, despidos, convocatorias con fechas reducidas…
Desde 2022 hasta ahora, las bajas y alguna que otra denuncia de acoso laboral forman parte del hábitat que rodea al Instituto Nacional de Ciberseguridad.
También lo despidos, más de cinco, rubrican la gestión de Barrio. Por cierto, despidos que acaban siendo improcedentes y por los que el Incibe tiene que aprovisionar una partida para pagar la rescisión de estos contratos, como se puede ver en las cuentas anuales de 2022.
Otras fuentes consultadas insisten en que hasta las ofertas de empleo parecen diseñadas con el DNI, pues se convocan en fechas que hacen muy difícil que los aspirantes se puedan presentar –la última convocatoria se hizo para el 21 de diciembre, a dos días de Nochebuena y Navidad, con el impedimento que conlleva encontrar en billete de tren o de avión para aquel que no sea de León y quiera presentarse–. Una situación complicada a la que se añaden la desaparición del departamento de recursos humanos o las quejas de los trabajadores por el anuncio del cierre de la guardería del Incibe, abierta desde 2008, y abierta también con plazas al resto del público.
Ante estos hechos, THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con el Incibe a través de su director de Comunicación para informarles de las denuncias que llegan a esta redacción. Fuentes de la propia institución aseguran que esta persona acaba de ser destituida de su cargo, justo esta semana. Pese a ello, a las 17.54 del jueves insistimos, intentando ponernos en contacto con el Gabinete de Prensa del Incibe, pero la respuesta, muy atenta, fue que en el departamento no había nadie y tampoco el director de Comunicación respondía al móvil.
La mala gestión de los Next Generation
En junio de 2022, Barrio llegó a la dirección general del Incibe tras la marcha de Rosa Díaz, y con Carme Artiga como secretaria de Estado de Transformación Digital, entonces dependiente del Ministerio de Economía que dirigía Nadia Calviño. El peso político de Barrio y sus contactos en los círculos socialistas de alto nivel son –explican fuentes parlamentarias a este diario– el impulso que lleva a este leonés a dirigir una institución que conoce desde el primer día que abrió sus puertas.
Con la llegada de los fondos Next Generation, el Incibe cobra especial relevancia por la importancia que el Gobierno quiere dar al reto de la ciberseguridad en España.
Pero la gestión de estas ayudas no está marchando tan bien cómo cabría esperar. Es el caso del programa España Digital 2026. Las empresas concesionarias se encuentran en su mayoría a disgusto -tal y como ya contó este medio-, entre otras cuestiones, porque el modo de pago está resultando lento y ortopédico, pese a que fuentes del Incibe insisten en que esto no es realmente así. En cualquier caso, si hay algún problema de pago -relataron en su día- es anecdótico, porque «hay muchas empresas que han cobrado en la primera fase».