La incertidumbre política lastra el crecimiento de socimis con el menor número en ocho años
En 2023 solo siete sociedades de este tipo se incorporaron a la cotización, el menor número desde el año 2015
Las socimis (Sociedades Anónimas de Inversión Inmobiliaria) empiezan a ver el nuevo año con algo de optimismo tras un 2023 marcado por la incertidumbre política y económica que ha lastrado su crecimiento. Estas sociedades cotizadas, que tienen como actividad principal la adquisición, promoción y rehabilitación de inmuebles para su arrendamiento, ven 2024 como el año de la recuperación de la inversión inmobiliaria, tras dos años de ralentización que, se ha visto reflejado en menos incorporaciones de socimis a cotizar en los mercados de valores.
Una ralentización del sector que comenzó en 2022 con una caída de las socimis incorporadas a cotizar. Concretamente lo hicieron 13 sociedades de este tipo (tres menos que el año anterior), según informe sectorial titulado Radiografía de las SOCIMI en España, realizado por Abbaco Markets y analizado por THE OBJECTIVE. Pero fue en 2023 cuando el sector sufrió una abultada reducción de nuevas incorporaciones con apenas siete, el menor número desde el año 2015.
La demanda de inversión en activos inmobiliarios en rentabilidad se fue retrayendo por la situación macroeconómica con tipos de interés muy elevados, «la situación geopolítica y la incertidumbre en España durante el periodo de gobierno interino en 2023», señala el informe. No obstante, con la perspectiva de relajación de tipos de interés, y con un gobierno ya constituido en España desde Abbaco Markets prevén un escenario «positivo de inversión para 2024 y 2025, con una vuelta al dinamismo en las incorporaciones a cotización en los mercados de valores».
Menor tamaño que en el resto de países
La capitalización bursátil de las socimis españolas es menor en comparación con los productos de inversión de este tipo en otros países (llamados REITs), sobre todo si se compara con EEUU. Según el informe de Abbaco, la mayoría de las socimis que se han incorporado a cotizar a lo largo de los años lo han hecho con una capitalización bursátil inferior a 100 millones de euros, y esta tendencia se ha ido acentuando desde el 2018 (a excepción del 2022).
De hecho, en los últimos cinco años más del 70% de las socimis tenían una capitalización bursátil, en el momento de la incorporación, inferior a 100 millones de euros, llegando este porcentaje al 86% en 2020 y 2023, y al 94% en 2021. Esta tendencia de las sociedades anónimas de inversión inmobiliaria hacia un menor tamaño tiene su origen en la mayor accesibilidad a los mercados «surgida de la competencia entre los mismos, con reducción de requisitos y costes asociados, para la admisión a negociación y mantenimiento en el mercado», según explican.
Predominio del capital extranjero
Pese a que durante los últimos años la presencia de grupos familiares españoles dentro de estas sociedades de inversión ha crecido considerablemente, este mercado sigue dominado por el gran inversor extranjero que representa la mayoría del capital de estos vehículos de inversión. Concretamente, según el estudio, el 41% de las socimis ha sido promovido por inversores extranjeros, y cotizan en BME Growth, Euronext Access y Portfolio Stock Exchange.
En cuanto al tamaño, tal y como decíamos antes, es inferior a los 100 millones de euros. Con los datos públicos disponibles sobre participaciones significativas, la inversión extranjera supone más del 25% de la capitalización total que suman las socimis en los mercados, lo que demuestra que la socimi es vehículo muy eficiente para los inversores extranjeros.
En el punto de vista de Sumar
Estos vehículos de inversión están en el punto de mira de Sumar ante la problemática en la que se encuentra la vivienda. Concretamente, tal y como contamos en este diario, la formación de la ministra de Trabajo contemplaba en su programa electoral adoptar «medidas en materia fiscal que incluyan condicionar los beneficios fiscales en el impuesto de sociedades para las socimis, EDAVS, y las sociedades y fondos de inversión inmobiliarios en función del valor social y la aportación al interés general de los proyectos que realicen».
Una propuesta que a ojos del sector «no tiene sentido». Según fuentes financieras consultadas por este diario, este tipo de medidas lo único que pueden hacer es «ahuyentar a los inversores» que en este sector «son precisamente los que están en este momento manteniendo la oferta de vivienda en alquiler en España».