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Economía

La saudí STC aspira a tener el mismo poder en Telefónica que la SEPI y Criteria

La operadora asiática se ha dado hasta finales de año para subir hasta el 9,9% del capital de la compañía española

La saudí STC aspira a tener el mismo poder en Telefónica que la SEPI y Criteria

José María Álvarez Pallete, consejero delegado de Telefónica. | Carlos Luján / Europa Press

La adquisición del 10% de Telefónica por parte de Criteria, y su consolidación como primer inversor junto con el Gobierno, no altera los planes de Saudi Telecom (STC) de constituirse como uno de los accionistas de referencia de la compañía. De hecho, THE OBJECTIVE ha podido confirmar que su plan, tras estos últimos movimientos que han agitado a la operadora de telecomunicaciones, es tener un reparto equilibrado de poder para asegurar la paz del consejo de administración y una gestión independiente.

Actualmente, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tiene un 10% de Telefónica, Criteria Caixa ha adquirido hasta un 9,99% y con intención de llegar al 10,01% cuando resuelva unas trabas societarias; y STC mantiene su 4,9%, una participación similar a la de BBVA y BlackRock. Sin embargo, como ya ha contado este periódico, su interés es ejecutar sus derivados para llegar al 9,9% antes de que finalice el año y pedir la solicitud al Gobierno para tener al menos un sillón en el consejo de administración.

Esta semana se ha vuelto a publicar que STC ya ha presentado esta solicitud, con lo que se activaría el reloj de tres meses para que el Gobierno responda al expediente. Esto supondría que, como tarde, se sabría algo a finales de septiembre u octubre si es que se hacen paradas del reloj. Pese a que ninguno de los involucrados confirma oficialmente este extremo, el plazo máximo que tienen los saudíes para actuar es el primer trimestre del próximo año, cuando expira el canje de los derivados adquiridos hace ya nueve meses.

Interés financiero

El objetivo es tener la autorización a comienzos del próximo año y ejecutar sus derechos políticos correspondientes, esto es tener un vocal en el consejo de administración como ya lo tienen Criteria o la SEPI, lo que además implicaría realizar una nueva modificación en el máximo órgano de representación.

STC mantiene su interés de ser un inversor financiero y no un socio industrial que influya en la gestión de Telefónica, pero esto no significa que renuncie a tener el mismo peso político que sus dos socios con igual porcentaje accionarial. Esto implica que además de una participación equivalente en el consejo, exista un reparto equilibrado en las comisiones y participen en las grandes decisiones de la compañía.

STC quiere sacar rendimiento financiero a su inversión, pero no busca confrontación. Al contrario, se ofrece para conseguir una paz accionarial que permita al equipo gestor -liderado por José María Álvarez Pallete– trabajar con tranquilidad y sacar todo el potencial que puede conseguir de Telefónica. Consideran que, con un núcleo duro de tres socios con el 30% de la compañía, se puede dar una estabilidad que lleva décadas buscando la operadora

Estabilidad accionarial

Un encaje de bolillos que, sin embargo, no es tan fácil. Este diario ya ha publicado que Caixa desconfía de STC, al mismo tiempo que intenta controlar la arremetida del Gobierno. El objetivo del brazo inversor de la Fundación La Caixa es ser uno de los accionistas relevantes de la operadora y esto supone hacer los esfuerzos que sean necesarios para proteger su inversión y su influencia.

En el caso del Gobierno, su interés siempre ha sido controlar políticamente Telefónica, aunque públicamente diga que quiere dar «estabilidad accionarial» a la compañía. Están dispuestos a realizar alianzas puntuales, tanto con Criteria como con STC, dependiendo de las circunstancias, y para ello cuenta con su consejero, Carlos Ocaña, y la ayuda de Javier de Paz, vocal externo que no oculta su cercanía con el PSOE de Pedro Sánchez.

De esta manera, en el mercado existe el convencimiento de que, tanto el Estado como Criteria, se miran de reojo e incluso están dispuestos a equiparar la participación del otro si es que alguno sube por encima del 10% ya conseguido. La situación se ha estabilizado con las últimas compras de la entidad bancaria, lo que anticipa que en los próximos meses solo se espera la irrupción final de STC y su entrada en el consejo de administración.

Isidro Fainé, presidente de Criteria, y Ángel Simón, consejero delegado del principal accionista de Telefónica junto a la SEPI.
Isidro Fainé, presidente de Criteria, y Ángel Simón, consejero delegado del principal accionista de Telefónica junto a la SEPI. | Agencias

Accionistas de Telefónica

En el caso de la entrada de STC, la última palabra la tendrá el Estado. El Ejecutivo tiene en su poder aprobar que los saudíes suban hasta el 9,9%, pero también de validar solo una parte de este porcentaje para que los asiáticos no se constituyan en un tercer poder dentro de Telefónica y mantenerles fuera del núcleo de control. Una opción que, sin embargo, se ve improbable por el negativo mensaje que enviaría a los inversores extranjeros.

Asumiendo que finalmente STC pueda subir hasta la totalidad del capital al que aspira en Telefónica, tendríamos un escenario con tres poderes equivalentes que necesariamente deben remar en una misma dirección para no romper el delgado equilibrio accionarial de la compañía. Por el contrario, cualquier escenario de confrontación golpearía de lleno en la estabilidad y la gobernanza de la operadora.

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