La pesca española reclama protección ante el descontrol regulatorio extranjero
En los últimos años se ha intensificado el control a los pescadores europeos y otros países han ocupado el vacío

Barcos de pesca de arrastre en Málaga. | EP
«En los últimos años, el norte de África ha cuadruplicado su explotación pesquera en el Mediterráneo». Así resume el patrón y armador Basilio Otero la «época negra» que ha vivido el sector pesquero español durante el mandato del excomisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, al que define como un «medioambientalista radical». «A nosotros nos restringen y se está regulando el Mediterráneo como si solo estuviese siendo explotado por Europa», denuncia, y añade que esta situación ha sido aprovechada por nuestros vecinos.
El presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pesca relata además «muchísimas» tensiones con la flota pesquera asiática y recuerda que «la pesca y agricultura europea solo somos capaces de producir el 30% de lo que se consume en Europa», por lo que se muestra partidario de importar «lo que haga falta», pero «obligando a cumplir las mismas normas». «Si no, nos hacemos trampas al solitario», asegura el patrón, que pide imponer al menos «un calendario de cumplimiento» a países como Túnez, Marruecos, Argelia y China.
Tampoco existe homogeneidad entre miembros del bloque comunitario. «La regionalización es un concepto perfecto si se aplicara con la idea con la que se implantó, adaptar las regulaciones a la idiosincrasia de los países miembros». En la práctica, «los Estados miembros suelen endurecerlas y las comunidades autónomas las endurecen más aún», de modo que «se adaptan a la idiosincrasia del partido que esté en el Gobierno de turno». «Hay muchas normas, pero están mal adaptadas y es así el dicho de que Estados Unidos inventa, China produce y Europa regula», sentencia Otero.
En España, tanto las cofradías como las patronales empresariales y los sindicatos han mostrado su rechazo al plan de recortes de la actividad pesquera impulsado por la anterior Comisión. El ministro Luis Planas tachó la medida de «inviable», mientras que Francia e Italia rechazaron aplicar la reducción del 79% en los días de pesca permitidos a las embarcaciones de arrastre en el Mediterráneo.
Mientras en España se denuncia un excesivo celo en la aplicación de las restricciones, Francia ha sido acusada recientemente por parte de oenegés ecologistas de hacer la vista gorda e incluso permitir la pesca en zonas protegidas. En el sector tachan estas acusaciones de medioambientalistas y las consideran exageradas y sin ninguna base, puesto que las embarcaciones europeas ejercen un intenso control, en algunos casos con cámaras y observadores científicos a bordo.
Los pescadores no pierden la esperanza
Otero se muestra optimista con los cambios en la Comisión, ya que el nuevo comisario de Pesca y Océanos -este departamento se ha desligado finalmente del de Medio Ambiente-, Costas Kadis, tiene una actitud menos hostil con el sector. «Al menos escucha y te mira a la cara; cuando hablabas con el otro ni te miraba», afirma. «Tenemos muchas esperanzas puestas en este cambio».
Antonio Nieto, gerente de Pesca España, coincide en la necesidad de que las flotas de otros continentes cumplan las exigencias medioambientales para vender en Europa y lamenta la «incertidumbre» a la que se ha sometido al sector, que dificulta que los jóvenes se interesen e impide el relevo generacional, del mismo modo que lastra el emprendimiento, ya que la inseguridad jurídica lleva a no poder calcular el retorno de la inversión al comprar una embarcación.
«Los pescadores están concienciados con el medio ambiente, y pese a la burocracia, aplaudimos la decisión de Ursula von der Leyen de reducirla. Los últimos siete años de política pesquera comunitaria necesitan una revisión», explica el representante sectorial. En cuanto a las nuevas redes de pesca reglamentarias, cree que el problema no está en el coste, al ser reducido y financiado por las instituciones; ve más «incertidumbre», ya que será en los próximos meses cuando se compruebe hasta qué punto reducen las capturas.
Del mismo modo que Otero, Nieto manifiesta su «esperanza» ante la mayor «predisposición» del actual eurocomisario a escuchar al sector. Aun así, reclama que se establezca un level playing field, es decir, «las mismas normas para todos» y competir en igualdad de condiciones. Y es que «en algunos casos, se deja entrar producto que no cumple los requisitos medioambientales», asegura.