Este es el mejor alimento en conserva disponible en supermercados españoles
Según los expertos, los alimentos enlatados son una opción práctica y saludable siempre y cuando los ingredientes sean los adecuados
Comer alimentos enlatados no significa que se trate de una alimentación poco saludable ya que depende del tipo de alimento y los ingredientes que contenga.
Según los expertos son una opción muy práctica dado que se almacenan facilmente y no ocupan espacio. Anque lo más importante es que son una alternativa saludable y sobre todo segura para la salud.
Tipos de conservas
Las conservas pueden ser en escabeche, en aceite, en vinagre o en sal, al estilo de los antiguos romanos. Todas ellas son técnicas tradicionales de preservación de alimentos que agregan sabor y prolongan su vida útil.
- Conservas en escabeche: el escabeche es una técnica de conservación en la que los alimentos se sumergen en una solución de vinagre, aceite, especias y hierbas aromáticas. Esta preparación no solo ayuda a preservar los alimentos, sino que también les otorga un sabor único y distintivo.
- Conservas en aceite: en este caso, los alimentos se sumergen en aceite para preservarlos. Esto crea un ambiente anaeróbico que dificulta el crecimiento de bacterias y hongos. Algunos ejemplos populares son el atún en aceite, las anchoas en aceite y los tomates secados al sol en aceite. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas conservas en aceite suelen tener un mayor contenido calórico debido al aceite añadido, por lo que es recomendable consumirlas con moderación.
- Conservas en vinagre: este tipo de conserva utiliza vinagre como agente de preservación. El vinagre ácido crea un ambiente poco propicio para el crecimiento bacteriano. Las conservas en vinagre incluyen alimentos como las cebollas en vinagre, los pepinillos en vinagre o los ajos en vinagre. Estas conservas suelen ser bajas en calorías y pueden agregar sabor y acidez a las preparaciones.
- Conservas en sal: algunos alimentos se conservan sumergiéndolos en una solución salada. La sal extrae la humedad de los alimentos y previene el crecimiento de bacterias. Ejemplos de conservas en sal son los pescados salados, como el bacalao, las anchoas y el arenque. Tomar demasiada sal puede tener efectos perjudiciales en la salud y aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades. Los expertos informan que por debajo de 0,25% es poca sal y por encima de 1,25% demasiada.
Es importante leer las etiquetas y optar por conservas que contengan ingredientes naturales, sin aditivos excesivos como azúcares, sal o conservantes artificiales.
Qué conserva es la más saludable
Las sardinas enlatadas son una excelente elección en términos de valor nutricional. Son ricas en ácidos grasos insaturados y omega-3, los cuales tienen efectos muy positivos en la salud cardiovascular y pueden proteger el cerebro del envejecimiento. A pesar de ser enlatadas, las sardinas conservan sus beneficios nutricionales. Además, son una buena fuente de fósforo, selenio y vitaminas B y D.
¿Qué es el omega-3?
Los ácidos grasos omega-3 son nutrientes que se obtienen de los alimentos (o suplementos) y que son importantes para la estructura de nuestras células. También son una fuente de energía y ayudan a que el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y el sistema inmunitario funcionen correctamente.
Existen dos ácidos grasos omega 3 cruciales, el EPA y el DHA, se encuentran principalmente en determinados pescados (sobre todo azules) y también en los suplementos veganos elaborados con aceite de algas. El ácido alfa-linolénico (ALA), otro ácido graso omega-3, se encuentra en fuentes vegetales como nueces y semillas.
¿Por qué es importante consumir alimentos ricos en omega-3?
Resulta fundamental para el desarrollo y funcionamiento del cerebro, para la visión y para la síntesis de las prostaglandinas, moléculas que juegan un papel importante en la actividad antiinflamatoria del omega-3.
Mientras que, el DHA desempeña un papel básico en la proliferación, migración y diferenciación de las células neuronales. Además, forma parte de las membranas de las neuronas y permite que la señal entre estas células sea más eficaz. También ejerce una acción beneficiosa sobre el aprendizaje y la memoria y en el mantenimiento del sistema inmunitario.
Además, los ácidos grasos omega-3 tienen efectos antiarrítmicos y antitrombóticos. Por un lado, contribuyen a reducir los latidos irregulares del corazón al estabilizar eléctricamente la contracción del músculo cardíaco. Y, por otro lado, reducen los niveles de tromboxano A2 disminuyendo el riesgo de trombosis.
¿Cuánto omega-3 debemos consumir?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja una ingesta de entre 250 y 2.000 mg/día. Sin embargo, la Asociación Americana del Corazón (AHA) aconseja tomar pescado azul al menos 2 veces por semana, lo que implicaría un aporte medio de unos 400 mg/día. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, considera idóneo ingerir 250 mg de DHA al día. Y por otro lado, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda consumir unos 0,3 g/día de DHA y entre 0,5 y 1 g/día de la combinación de EPA y DHA.
Lo cierto es que los expertos no han llegado a un consenso en cuanto a la cantidad diaria recomendada. Sin embargo, en lo que si coinciden los últimos estudios, es en que se ha producido una disminución considerable de consumo de pescado y marisco en los últimos años.