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Pesimismo en el sector privado por el 'bluf' del hidrógeno: «No es como lo pintó el Gobierno»

Auguran que muchas empresas que han apostado por esta tecnología acabarán cerrando

Pesimismo en el sector privado por el ‘bluf’ del hidrógeno: «No es como lo pintó el Gobierno»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | EuropaPress

El sector privado español lamenta la situación del hidrógeno verde en España. Es una realidad que no se oculta ni siquiera dentro del del sector, y menos aún por parte de los principales interesados. Las grandes empresas -y también las pequeñas- asisten al despliegue del vector verde no solo con escepticismo sino también con pesimismo. Además, ponen muy en duda la fecha señalada por el Gobierno (2030) como clave para que la sociedad asista al establecimiento del ecosistema del hidrógeno.

Fuentes del sector, algunas de la más alta solvencia, comentan a THE OBJECTIVE la situación actual del hidrógeno en España: «Ha sido un bluf. No ha sido lo que se esperaba, o al menos lo que pintó el Gobierno en un principio. Se pensó que el hidrógeno iba a ser la panacea, pero no. El escenario es muy negativo. Todos los proyectos de hidrógeno verde que se habían anunciado tienen mala pinta y etán parados. No se espera que este vector despegue ni siquiera en 2030, sino que será más allá de esa fecha, y ya veremos».

Las mismas fuentes van más allá y apuntan a que muchas empresas que se han especializado en el hidrógeno (como por ejemplo la fabricación del electrolizador) acabarán cerrando o poniendo fin a esas divisiones creadas. Mientras que entre los gigantes del sector, es vox populi que los proyectos anunciados se encuentran estancados, y sin apenas actividad. Existen varias decenas de proyectos de hidrógeno anunciados que tampoco se espera que vayan a salir adelante. Por otro lado, se detalla que incluso plantas de hidrógeno verde que hay hoy en funcionamiento en España son hoy un banco de pruebas más que un proyecto industrial que genere actividad.

Desde el sector público y privado se ha tratado de levantar los ánimos con grandes cumbres y anuncios. Así, a finales de noviembre del pasado año tuvo lugar la semana del hidrógeno en Bruselas (Bélgica). Allí, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que la segunda subasta del Banco Europeo del Hidrógeno tendría lugar en la primavera de 2024 con un presupuesto de 2.200 millones de euros. Unos meses después, a principios de febrero de este año, tuvo lugar en España el primer Congreso Nacional de Hidrógeno Verde, que estuvo promocionado sobre todo por Cepsa y Enagás. Sin embargo, no tuvo impacto mediático ni hubo grandes anuncios.

La inversión ahora mismo se está focalizando en proyectos solares y eólicos, donde hay apetito inversor por los bajos precios. Fuentes financieras relatan a este medio que los fondos de inversión y las empresas monitorizan compras de parques eólicos y solares, y que el atracción que generó el hidrógeno ha caído. También ha surgido una pequeña ‘fiebre’ por las plataformas (que incluyen además del propio parque a los trabajadores), aunque no todas apuestan por estas. Este escenario está motivado por el interés de muchas empresas en liquidar activos para mejorar sus balances vendiendo megavatios. Una situación que incita a los gigantes del sector internacional a tratar de captar oportunidades.

En Europa algunos países están diversificando el ‘color’ del hidrógeno, sin fiarlo todo al verde, como sí ocurre en España. Así, sin ir más lejos, en diciembre del pasado año, tuvo lugar un acuerdo histórico entre Noruega y Alemania. Equinor, controlada en un 67% por el Gobierno noruego, se comprometió a suministrar a la compañía energética estatal alemana Sefe (Securing Energy for Europe, por sus siglas en inglés) 111 teravatios hora (unos 10.000 millones de metros cúbicos) de gas natural al año, desde el 1 de enero de 2024 hasta 2034, con una opción de prórroga por otros 5 años más. En total, 15 años de suministro. El objetivo último era explorar oportunidades de suministrar a Sefe hidrógeno bajo en carbono a escala industrial durante las próximas décadas.

Mientras tanto, las futuras redes de transporte de hidrógeno están llamadas a ser uno de los grandes objetivos del país a largo plazo. Un proceso que está liderando la empresa participada por el Estado, Enagás, bajo el recelo de gran parte del sector. Sin embargo, tal y como aseguran fuentes financieras a THE OBJECTIVE, los inversores no están muy interesados en apostar por el desarrollo de las redes de transporte del gas verde en España por la regulación que llegará a partir de 2031 y el poder de Enagás en todo ese proceso.

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