MyTO

El Subjetivo

  • José Carlos Rodríguez

    El tiempo de la Tierra

    La Universidad de Carnegie Mellon y el Foro Económico Mundial han creado una aplicación en la que se pueden ver imágenes de la Tierra, deformadas para adaptarlas al plano de las pantallas, y expuestas de forma sucesiva con el paso de los años. Los autores tienen la desfachatez de llamar a la aplicación EarthTime, pese a que los tiempos de nuestro esférico suelo se miden en eones, y no en años; los que transcurren entre 1984 y 2016. Apenas una generación. Quien quiera acercarse al juguete, verá que es bastante decepcionante. Apenas se aprecian más que algunos cambios. ¿Qué cabe esperar de escoriar las últimas vetas del tiempo?

    Opinión
  • Aloma Rodríguez

    RTVE es de todos cuando es de los míos

    Además de por algunas leyes que pusieron a España a la cabeza de la igualdad y los derechos sociales, como el matrimonio homosexual, por lo que iba a ser recordado el gobierno de José Luis Rodríguez era por dejar una RTVE neutral y profesional que garantizase la independencia y la calidad de sus contenidos, en los informativos, en la programación y en todo lo que depende de la corporación, que incluye la radio y la televisión públicas, pero también la orquesta, como recordaba la violonchelista María José Vivó en un texto de Rosario G. Gómez en El País.

    Opinión
  • Guillermo Garabito

    Todos los amigos del presidente

    Un político que llega a la presidencia sin pasar por las urnas… esto ya lo inventó Netflix. “La democracia está sobrevalorada”, decía. Sólo que Frank Underwood no es norteamericano sino de Tetuán, al menos en el remake español. El mandato de Pedro Sánchez es una serie que ha pasado del capítulo piloto y anda tratando de firmar desesperadamente la segunda temporada 

    Opinión
  • Pilar Cernuda

    El temor del PSOE

    Lo confesaba el pasado jueves un dirigente socialista colaborador del presidente: “El resultado que más nos preocupa de las primarias del PP es que las gane Soraya”. Añadía, eso sí, que en cualquier caso estaba convencido de que en estos momentos y dentro de dos años Pedro Sánchez ganaría a Soraya o a cualquiera que se le pusiera por delante, solo faltaba que un leal al presidente dudara de sus capacidades… pero le preocupaba Soraya.

    Opinión
  • Andrés Miguel Rondón

    Por qué ver el fútbol es de sabios

    Ya empiezan a regresar los reporteros con sus resacas. Amigos, familiares, clientes — todos vuelven con las mismas buenas nuevas. Entre atragantos de agua fría cuentan su historia como el que recuerda entre bribones los desmanes de una noche anterior.

    Opinión
  • Daniel Capó

    Vacaciones de verano

    Cuando yo era niño, con el calor llegaban las medusas, los alemanes y el olor a Nivea. Es un mundo que sigue ahí, imperturbable, un verano tras otro, aunque se  escurra entre mis manos como la arena de la playa.

    Opinión
  • Jesús Montiel

    Meditación sobre la eutanasia

    La eutanasia, entonces, es la consecuencia lógica de esta visión utilitarista de la vida humana. Y la muerte se convierte así en una trituradora, el desguace al que se arrojan las vidas “defectuosas”, que no son aptas para el consumo.

    Opinión
  • José María Albert de Paco

    Dios es cuadrado

    Bajo el pretexto de la sofisticación tecnológica y el prurito civilizador, el fútbol moderno ha ido renovando las cláusulas del contrato con el público. Si en mi niñez, en mitad de una retransmisión, el locutor de turno (del que sólo se esperaba que murmurara el nombre del futbolista que tocaba la pelota; sólo José Félix Pons se permitía algún aderezo) hubiera anunciado: “No se pierdan, después del partido, la nueva entrega de ‘Lo que se avecina’, la serie más disparatada de la ficción televisiva”, habría abjurado del mundo. Hoy, en cambio, finjo no haber oído nada, y de esa suspensión de la incredulidad saco el aplomo para seguir, mal que bien, a pie de obra. 

    Opinión
  • Jordi Bernal

    Casado no interesa a Ciudadanos

    Más allá de la sombra del Máster amañado, Pablo Casado representa la voluntad de cierta higienización de la derecha española. En tiempos de macronismo y ‘juventud, divino tesoro’, el treintañero vicesecretario de Comunicación, aun perdiendo por exiguo margen la votación de la militancia frente a Sáenz de Santamaría, parece tener más posibilidades de presidir el Partido Popular que su principal rival político. En la votación de los compromisarios del partido en el congreso del 20 y el 21 de julio deberá buscar el apoyo de los delegados de Cospedal, Margallo y García Hernández. No hace falta ahondar en las explicaciones de por qué con Cospedal lo tendrá fácil.

    Opinión
  • Melchor Miralles

    Escasa prevención policial ante las sectas

    El caso de Patricia Aguilar, la joven alicantina encontrada en Perú año y medio después de desaparecer de su domicilio en Elche en enero de 2017, tras ser captada por la secta que dirige el gurú Félix Steven Manrique, coloca en el escaparate un drama más frecuente de lo que parece. Jóvenes que son captados por sectas de diferente signo y nacionalidad, muchas de ellas dirigidas por psicópatas que pretenden esencialmente disponer a su antojo sexualmente de sus víctimas, y la impotencia de los padres que pierden a sus hijos en muchos casos para siempre.

    Opinión
  • Lea Vélez

    Volar ligero

    Dos maletas de mano, una madre, dos niños -uno de ellos asmático- y una abuela de 81 años. El reto consiste en meter dos meses de ropa, medicinas y cremas, jarabes y ventolines, gabardinas -que vamos a un país de lluvia-, comida para el viaje, bolsos y documentos, dos ordenadores, tres tablets y alguna cosa más, en dos maletas de mano. No es un reto difícil, porque llevo más de veinte años aligerando equipaje.

    Opinión
  • Antonio García Maldonado

    Política y periodismo, mucho mejor en verano

    Vivimos en un espacio mediático hipertrofiado por la información política. No sobre políticas, sino alrededor de detalles nimios y zafios, carentes de toda relevancia real que impiden la política. Lo estamos viendo con las primarias del Partido Popular que se votan hoy, y que muchos en televisión y diarios narran con la épica y el sentido trascendental de la crisis de los misiles de Cuba, y otros con el detallismo de un libro de Antony Beevor sobre la estrategia militar de los aliados en el Día D. Menudencias a las que, sin embargo, acudimos ansiosos para poder participar en la última tangana digital en Twitter o de un grupo de Whatsapp. Cuando todo indigna o interesa, nada indigna o interesa. Porque una indignación o un interés real no dura cinco minutos o una semana, que es lo que tardan en desaparecer nuestras polémicas cotidianas.

    Opinión
  • Enrique García-Máiquez

    Tipo de interés bajo

    Leí y releí atentamente el último artículo de Pablo Mediavilla. Y suspiré: “— Hypocrite lecteur, — mon semblable, — mon frère! —”. También sufro el bloqueo previo a la escritura y también me planteo hondas dudas existenciales y abro otros libros y otras páginas (el artículo de Mediavilla, sin ir más lejos) y voy de aquí para allá, deseando pegarme un paseo en vespa. Pero eso lo ha descrito mejor él. Lo que me llamó poderosamente la atención fue esta frase: “No tengo suficiente información para comentar las polémicas del momento, y no me interesan”. Se me encendió una luz oscura: las polémicas del momento, específicamente del momento político, interesan menos que nunca.

    Opinión
  • Juan Claudio de Ramón

    Educar es educarse

    En algún lugar elogia Javier Marías, con su fino oído para las oscilaciones semánticas, la sabiduría con la que la lengua española permite “pasarse de listo” pero no “pasarse de inteligente”…

    Opinión
  • David Blázquez

    Sánchez: gobernar para todas y todos

    Ufano, el nuevo presidente, ha dedicado sus primeras semanas a formar un gobierno que, como me confesaba hace no mucho una/o diputada/o de Ciudadanos o Ciudadanas, “en gran medida habríamos podido proponer nosotros mismos”. Lo que muchos, también en el PSOE, pintaban como un gobierno liminal entre Rajoy y nuevas elecciones, se ha convertido en un ejecutivo con intención de agotar la legislatura. Pedro está en su derecho, así lo quiere nuestro sistema parlamentario. Él mismo no tardó en dejar claro que no tiene prisa por convocar elecciones y, en efecto, los ministros del nuevo gobierno no son ministros de paso.

    Opinión
  • Josu de Miguel

    La ciudad política es mía

    Aunque los medios de comunicación han pasado de puntillas, me ha llamado la atención el bochornoso asunto de la entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona la semana pasada. En un ambiente de notable clandestinidad, el Jefe del Estado tuvo que trasladarse a un hotel, en principio, para evitar las protestas de los independentistas. En realidad, el problema era otro: el Ayuntamiento de Gerona había negado a la Fundación cualquier edificio municipal para realizar el evento y, en última instancia, había nombrado a Felipe VI persona non grata como consecuencia de su discurso del 3 de octubre del año pasado, en su papel de defensor de la Constitución.

    Opinión
  • Jordi Bernal

    Y bailaré sobre tu tumba

    Continúa el postureo del nuevo gobierno. Parece ser que entre sus medidas más urgentes y necesarias, aquellas que no pueden esperar por el bien común y el progreso de la ciudadanía, se encuentra la exhumación de los restos putrefactos del dictador Francisco Franco de la basílica de Cuelgamuros, en el hórrido Valle de los Caídos. Sólo he estado una vez en la inmensa explanada delante de la basílica. Llegaba yo por el Escorial de ingenuo y templado mediterráneo con mi abrigo de paño existencialista, y recuerdo las puñaladas de un frío cortante que aseguraron días de amigdalitis febril.

    Opinión
  • Pablo Mediavilla Costa

    La hoja o la vida

    No hay lunes en el que me toque escribir esta columna que no se convierta en una tortura. Pasan las horas, las miradas al vacío, los paseos absurdos por la casa. Lío un cigarrillo tras otro, abro libros al azar, entro en periódicos extranjeros, me entretengo con las ocurrencias más disparatadas que no aguantan ni dos asaltos en la pantalla. Es difícil tener ideas propias y expresarlas con precisión y originalidad; quinientas palabras redondas que caminen con gracia por el alambre.  

    Opinión
  • Andrea Mármol

    El Gobierno del ‘confort’

    Con el 1 de julio consumido, hemos llegado al ecuador de los meses sin erre –hallazgo a Gabriel Ferrater debido- y aunque el verano, los largos días, si acaso la fugacidad de El Mundial, mitigan el comienzo de las semanas, no hay tregua para la política. Hace un mes que Pedro Sánchez salió victorioso de la moción de censura que derribó al Gobierno del PP y unos pocos días menos que el optimismo generalizado en la opinión publicada amenazaba con convertirse en una perpetua barrera a la mínima crítica al Ejecutivo entrante.

    Opinión
  • Rafa Rubio

    Así mueren las democracias

    En 1992 Fukuyama decretó el fin de la historia. Su certificado apuntaba entre las causas del fin a la consolidación global de la democracia provocada por instituciones democráticas, una sociedad civil activa y ciertos niveles de riqueza. Quizás en ese momento nadie llegó a pensar que la democracia fuera eterna pero todos confiábamos en que su final estaría muy lejano, tanto que nunca lo llegaríamos a ver.

    Zibaldone
  • Laura Ferrero

    La fiesta terminó

    La culpa la tiene ese aire de fin de fiesta, esa premonición de que están a punto de encender las luces. No es algo que ocurra solo en discotecas o en verbenas de pueblo. También cada etapa de la vida tiene sus propias prisas, y esos minutos basura en los que siempre, al menos para mí, ocurre lo mejor.

    Opinión
  • Luis Miguel Fuentes

    La sucesión, la guerra y el cuento de la bruja

    Algunos se estarán planteando si no era mejor el dedazo, el cuaderno azul de Aznar un poco como el de Santa Claus. El jefe, moribundo o ya podrido como un rey con escrófulas, dejaba el partido en manos principescas, seguras, que continuaban la pinacoteca, la mitología y la mentira de la casa igual que la cocinera. Pero Rajoy se ha ido a su pisito de particular, ha vuelto a su trabajo pareciendo un autobusero, y ha dejado al PP no en un proceso refrescante de renovación, sino en una guerra sin fronteras, de indios contra indios. La guerra no era el plan, sin embargo.

    Opinión
  • Luján Artola

    Las manadas

    Luego de haber leído la sentencia de la manada seis veces, Luján Artola sigue sin comprender muchas cosas, pero alega que prefiere una justicia imperfecta que la que se toman en sus manos los ajenos.

    Opinión
  • Enrique García-Máiquez

    Una nube de incienso

    Un amigo me avisó enseguida del artículo de Quintana Paz, por si quería rebatirlo. Se titulaba: “¿Por qué se acelera la decadencia de la Iglesia católica en España?”, así que afilé mis armas ultramontanas. Pero cometí un error fatal, de principiante. Leí el artículo. De modo que ahora, en vez de contradecirlo, lo voy a continuar.

    Opinión
  • Jorge San Miguel

    La Era de Acuario

    Hace un par de semanas comí con unos amigos socialdemócratas. Tengo muchos amigos socialdemócratas. Casi todos, de hecho. Incluso yo mismo soy un poco, a mi manera, socialdemócrata -es mi manera de ser conservador y “de orden”, como esos católicos de los que habla Sartre, que son católicos precisamente para no tener que creer en nada.

    Opinión
  • Gregorio Luri

    De la indignación moral como opio del pueblo

    El 3 de diciembre de 1869, contestando en el Parlamento a Castelar, Sagasta reconoció que “sería completamente imposible, no habría medio, no de gobernar, sino de vivir en sociedad, si se comprendieran los derechos individuales de manera absoluta, pues lo absoluto en el ejercicio de los derechos individuales conduce irremisiblemente al estado de barbarie”. Por “absoluto” quiere decir “sin relación a los derechos de los demás” –lo que Oakeshott llama “supuesto incondicional”-, por eso añadió que “la limitación en el ejercicio de los derechos de cada uno por la garantía del ejercicio de los derechos de los demás, es la libertad, es el progreso, es la civilización, es la sociedad”.

    Opinión
  • Carlos Mayoral

    Filosofía ha muerto

    Pocos días atrás, Santiago Navajas, profesor de Filosofía, contaba en las redes sociales cómo en el examen de Selectividad en Francia habían optado por despachar el examen de la asignatura con la siguiente pregunta: ¿Es el deseo un signo de nuestra propia imperfección? Partiendo de esta cuestión, el alumno debe escribir un ensayo apoyándose en los conocimientos adquiridos de la mano de los distintos filósofos estudiados y, sobre todo, apoyándose en el espíritu reflexivo, crítico y creativo que el alumno haya madurado al calor de las mentes más brillantes de la historia. Una asignatura que ayuda a construir una mentalidad propia, una determinación propia e incluso un lenguaje propio se ve potenciada con un examen de este tipo, que obliga al alumno a utilizar el adjetivo más importante de los que han cruzado por este párrafo: «propio».

    Opinión
  • Laura Fàbregas

    Solo queda llorar

    Hace tiempo advertí en Rac1 de que el procés se convertiría en lo más parecido a la Feria de Abril o los Sanfermines de Pamplona. Que veríamos gente manifestándose en la calle, votos en las urnas y mucho ruído. Pero que este ruído difícilmente se distinguiría de otros eventos de efervescencia colectiva como el de las Fallas de Valencia.

    Opinión
  • José Carlos Rodríguez

    El gobierno y la ciencia

    Pedro Duque es la estrella del equipo ministerial del presidente Sánchez. Ha aterrizado sobre la ciénaga política límpido del juego de odios en que se ha convertido la gestión de lo público, y tiene un perfil entre científico y aventurero que causa admiración. Llega con una estela en twitter que no provoca vergüenza, sino admiración, por sus críticas a las terapias basadas en pseudociencia, como la homeopatía o el reiki, así como al movimiento que rechaza el uso de vacunas para prevenir enfermedades infecciosas.

    Opinión
  • Aloma Rodríguez

    El lado correcto

    Estos días hemos vuelto a ver cómo políticos, periódicos y el gobierno se dejaban llevar por el populismo, se han apuntado a las críticas al sistema judicial y penal español a raíz de la concesión de la libertad provisional para los cinco acusados cuya condena aún no es firme.

    Opinión
  • Jordi Amat

    Activismo integrista

    ¿Por qué no decir las cosas por su nombre? Fuera complejos: integristas del mundo, ¡uníos!

    Durante el último tercio del siglo XIX y hasta 1896 Fèlix Sardà i Salvany lo tuvo claro y lo propagó sin descanso. “Si hoy día la Revolución se proclama y es ya el nihilismo, ¿qué debe ser ya la verdadera contrarrevolución sino el integrismo?”. Lo suyo sería una meditada movilización integrista, articulada a golpe de proclama y panfleto, y en su batalla obsesiva por perpetuar la cristiandad para él lo peor no eran los opuestos. Los peores eran otros mucho más próximos. Los católicos de medio pelo. “Me admira, a fe, de que esto no lo vea todo el mundo de esta manera y de que sean tantos los claros talentos y los corazones que hemos de suponer bien intencionados, a quienes cieguen y seduzcan tan a menudo los falsos atractivos del ya viejo y gastado y desacreditado moderantismo”. La peste eran los moderados dispuestos a pactar con el peor de los pecados –el liberalismo-, en la estela del arrinconado Jaime Balmes.

    La trayectoria del propagandista Sardà fue el objeto de la tesis doctoral del político en barbecho Santi Vila, que ahora la Fundació Joan Maragall ha publicado en libro. Desde el arranque del Sexenio Democrático, cuando se acercaba a los 30, este cura y sus compañeros del círculo del seminario entendieron que la amenaza del Error podría imponerse eternamente. Lo impedirían. No es que fueran gramscianos, Dios los libre, pero intuyeron que si no luchaban por la hegemonía nada podrían hacer. “Nuestra táctica debe ser la de un gran ejército disperso en guerrillas. Mutua comunicación que a la vez nos aliente y nos obligue, pero la única indispensable para entendernos con una palabra”. Su herramienta fue la imprenta, su estrategia el despliegue integral entre los sectores populares y el maniqueísmo su retórica.

    Lo de menos, claro, sería la complejidad de sus argumentos. “No es al catolicismo a quien le toca conciliarse con nadie; a las leyes, a las costumbres, a las instituciones modernas, toca reconciliarse con él”. Cuando tienes la Verdad, lo tienes todo y sólo debes repetir lo ya sabido como un credo incuestionable: “proporcionar sanas lecturas a todo el mundo e impedir la circulación de todas las perniciosas”. El motor de la máquina de propaganda que pusieron en marcha fue una publicación periódica: la Revista Popular. Allí no había pluralismo, como en muchos de nuestros medios. Allí sólo se repetía el argumento eterno para que los convencidos no dejarán de serlo. Y donde no hay discusión, porque hay Verdad, hoy como ayer, solo hay propaganda. Y cuando la propaganda se vende como información, domina la mentira disfrazada. Así sigue actuando el activismo integrista.

    Opinión
  • Manuel Arias Maldonado

    Demonios familiares

    Pocos demonios son tan familiares como los demonios de la otredad: porque con los otros tenemos que convivir. Salta a la vista, sin embargo, que las sociedades europeas viven estos meses la reaparición de un tipo particular de otredad, representada no por quienes viven entre nosotros, sino por quienes aspiran a hacerlo en busca de una vida mejor. Es una otredad imaginaria, desmentida sin ambages por antropólogos y genetistas, que sin embargo produce efectos políticos reales. Porque no son ficticios los mecanismos psicobiológicos que saturan afectivamente nuestra percepción del otro: la historia de la xenofobia se ha escrito sobre los renglones torcidos de un rasgo evolutivo que nos empuja a colaborar con los miembros de nuestro grupo y competir con sus presuntos enemigos. De esa disposición atávica se aprovechan los actores políticos que agitan el fantasma de la islamofobia o alertan contra la contaminación cultural de las viejas tradiciones nacionales: en Italia, Estados Unidos, Hungría, Cataluña. De modo que si queremos evitar que la crisis migratoria se lleve por delante el proyecto europeo, el realismo es el primer mandamiento: ninguna apelación lírica a la coexistencia fraterna logrará persuadir a quienes aplauden la idea de elaborar un censo para gitanos.

    Opinión
  • Daniel Capó

    Una fe que justifica

    Se habla de la envidia y se habla del resentimiento como de dos instintos primarios de la vida política. Miedo y odio, envidia y resentimiento son capas que se superponen la una a la otra. O la una por debajo de la otra, como el poder y la voluntad de poder. El ensayista alemán de origen iraní Navid Kermani escribió lo siguiente al respecto: «Envidia, aunque envidia quizás sea demasiado general y hoy día, en estos años, sería más preciso hablar de resentimiento que de aquella animadversión que reside en la envidia, aunque no sólo en la envidia, sino en la rivalidad y en los prejuicios, en el temor y en el sentimiento de inferioridad, es decir, que de forma inevitable llega al inconsciente».

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