Joe Biden, el presidente número 46 de la Historia USA

Un niño con tartamudez, al que su madre defendía de chulos del barrio, Joe Biden llega a la presidencia de los Estados Unidos de América con la matrícula de político profesional, con cincuenta años en el cabildeo de Washington DC, con una biografía marcada por la tragedia y la pérdida (fallecieron su primera esposa y unos de sus hijos) y con el gran sueño cumplido casi en el invierno de su vida. Nacido en Scranton, Pensilvania, en 1942, ha sido su estado natal el que le ha dado el respaldo definitivo para lograr la presidencia. Hace cuatro años, al cesar en la administración Obama como vicepresidente, consiguió los mejores ingresos económicos de su historia: 15 millones en dos ejercicios por la venta de su libro, conferencias y encuentros.

Biden, al que, durante su mandato Barack Obama criticaba por sus numerosos errores y lapsus, es el  nuevo mandatario, después de una campaña electoral insólita, marcada por la pandemia y, aún más definida, por la gestión de la enfermedad que ha hecho -es un decir- la administración de Donald J. Trump.

El showman ha negado la importancia de la devastación del covid en un país con 25 millones de desempleados cobrando ayudas sociales y más de 232.000 muertos. “Covid, covid, covid”, decía en sus rallies de hangar a lo largo y ancho de todo el país. “La enfermedad está doblando la esquina”, repetía, “se que les molesta, pero está doblando la esquina”. Hoy, Estados Unidos ha alcanzado su mayor tasa de contagios por día y las proyecciones de fallecimientos suben por encima de los 400.000 al cierre de 2020.

La nueva administración demócrata debe reconstruir a un país socialmente dividido, con los ciudadanos jaleados hasta la patología por medios de comunicación poderosos y extremos en uno y otro lado del espectro político norteamericano.

Biden anuncia un regreso al multilateralismo, a la reconciliación con Europa y, como señala Gonzalo García, de Markentry USA, una prestigiosa asesoría radicada en Washington para abrir a empresas españolas en el inmenso mercado norteamericano, “es posible que se reactive la negociación del Tratado de Libre Comercio con Europa, que quedó estancado durante la presidencia de Obama y que se vuelva a una entendimiento comercial, que rebaje o mitigue los aranceles punitivos de la administración Trump (avalados por la Organización Mundial del Comercio, tras la sentencia Boing/Airbus) a productos esenciales españoles como el aceite, el vino, el queso o la aceituna, presente en grandes cadenas de alimentación como Subway o Papa Jones entre otras muchas.

A Biden lo critican por su avanzada edad para el cargo, por el uso de la cirugía estética e incluso por la implantación artificial de una nueva sonrisa deslumbrante. Ahora es el nuevo presidente de los Estados Unidos de América, el país que con apenas un 4% de la población mundial sigue produciendo más del 15% de la riqueza del planeta.