THE OBJECTIVE
Pilar Marcos

Sánchez juega: España pierde

«Entregamos el Gobierno de España a un apuesto jugador de riesgo, y su apuesta arroja un infalible resultado: ‘Sánchez juega: España pierde»

Opinión
Comentarios
Sánchez juega: España pierde

¡Qué caro nos sale este hombre! Ahora que solo falta mes y medio para que se cumplan cuatro años del advenimiento de ‘su persona’, es buen momento para que quienes se manejan bien con los números hagan un balance contable de todo lo que hemos perdido, y es medible, como pago inevitable por tener a un jugador de riesgo al frente del Gobierno de España. De lo que hemos perdido todos y cada español en capacidad productiva y en renta real, es decir, en PIB y en PIB per cápita descontada la inflación (sí, esa inflación desbocada que marca récords de cuatro décadas); también de lo que perderemos para pagar el déficit y la deuda que nos legará Sánchez (esa carga que terminarán costeando nuestros hijos y nietos), y, desde luego, de todo lo que hemos perdido en expectativas de prosperidad, con más desempleo y demasiado subempleo, así como en aumento de esa desigualdad que la izquierda prometía erradicar. Serían unos muy útiles indicadores del ‘progresismo sanchista’: un eficaz termómetro de cuán costosa ha sido (y seguirá siendo mientras Sánchez permanezca en La Moncloa) la trepidante aventura de la nueva política en España. 

Entregamos el Gobierno de España a un apuesto jugador de riesgo, y su apuesta arroja un infalible resultado: ‘Sánchez juega: España pierde’. ¡Pero España no es una timba! Tiene que dejar de serlo.

España pierde en lo medible y en lo intangible. En lo que se puede cuantificar y en lo que queda en la memoria con la forma de fotos imborrables. Para el balance en imágenes, Sánchez será inolvidable por dos fotos icónicas. La última, con la bandera de España boca abajo como (penúltima) humillación ante el rey de Marruecos, junto a la primera, la que inauguró su mandato, aquel posado suyo con gafas ‘Ray-ban’ mientras estrenaba Falcon. Dos imágenes de extrema frivolidad altamente empoderada. En ambas ocasiones estuvo acompañado por el hoy ministro Albares, quien hace cuatro años sólo era un solícito asesor para asuntos internacionales. Quizá como asesor sí habría sido capaz de ver y corregir el fiasco de la bandera boca abajo que no fue capaz de vislumbrar como ministro ‘de jornada’ de su venerado presidente. 

Seguimos sin saber a cambio de qué trucó Sánchez, por sí y ante sí, la posición de España en el asunto del Sáhara Occidental. Visto el escuálido resultado de su copiosa cena con el rey de Marruecos, empezamos a intuir el enorme coste de su entrega, pero sigue siendo una incógnita a cambio de qué, por qué y para qué. Demos por bueno que no puede ser sólo para recuperar las relaciones con Marruecos previas a la acogida secreta de Ghali en España. Un enorme error no se corrige con otro mucho mayor: ambos se multiplican. Y estos dos errores, junto a los innumerable que el líder socialista acumula en sus casi cuatro años de mandato, ponen al PSOE en la senda que ya ha transitado el Partido Socialista francés en el afecto que por ese partido tienen los ciudadanos. Aquí aún no se ve, cierto, pero la acumulación de méritos terminará por hacerlo visible.

En pocas horas se cerrarán las urnas de las elecciones presidenciales francesas. Mucho se tendrían que equivocar las encuestas para que el Partido Socialista, quedaría en un escuálido 2% del voto, pudiera salvar los muebles en estas elecciones. El partido del imbatible François Mitterrand reducido a la nada. Con todas las distancias, ése es el camino que Pedro Sánchez está empedrando para el partido del imbatible Felipe González. Cierto, las encuestas aquí aún no lo pintan negro. Paciencia, el jugador de riesgo dobla y triplica sus apuestas. ¡Total, qué más da! Él sólo juega. Entendámosle: ¡se ha quedado tan solo en sus juegos de nueva política!

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D