THE OBJECTIVE
Aloma Rodríguez

¿Meritocracia? Para qué quieres saber eso

«No sé si el problema es la meritocracia o si más bien se trata de lo de siempre: clases privilegiadas cada vez más privilegiadas lanzando bombas de humo»

Opinión
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¿Meritocracia? Para qué quieres saber eso

Lilith Verstrynge. | Europa Press

Llevamos a vueltas con el asunto de la meritocracia unas semanas (¿meses, años?). El ascensor social está roto o averiado se ha utilizado tantas veces que ya está lexicalizado. Es cierto: el ascenso social se ha complicado. Hay una desigualdad brutal entre quienes tienen que pagar un alquiler y quienes no, no porque tengan que pagar una hipoteca, sino porque tienen una casa familiar de más en la que viven ocupándose solo de sus gastos. Hay muchas dos Españas, una división podría hacerse así: la de los que tienen que usar cada euro que ganan para pagar la casa y la de los que no saben qué es. Me acuerdo a veces de una amiga que en una cena reprochaba a mi novio que fuera el que más ganaba de la mesa (ni siquiera creo que fuera verdad). Digo reprochaba porque a mi amiga le parecía un poco mal que tuviera un sueldo alto, le parecía que lo ensuciaba un poco. Ella podía vivir casi sin trabajar adoptando costumbres casi monacales en los meses malos, dándose de baja en autónomos y saliendo poco porque tenía una casa por la que cobraba un alquiler mensual. Luego se echó un novio que también tenía una casa, ya pagada, y se mudaron a un tercer piso por el que pagaban un alquiler simbólico porque era de la familia.

Lo ha escrito Alberto Olmos esta semana, parte del éxito de Podemos se basó en que supo venderse como el partido de la gente: «​​A Podemos, el partido de la gente, no lo hubiera votado nadie si desde el primer día hubiéramos sabido quiénes eran de verdad sus miembros. Porque, lo que es disfrazarse de gente, se disfrazaron muy bien». Olmos escribió esto a propósito de una intervención, convertida luego en vacua tribuna de opinión en El País, de Lilith Vestrynge, secretaria de Organización de Podemos, partido que fundó, entre otros, su padre, Jorge Vestrynge.

Vestrynge cita a Branko Milanovic y a Michael Sandel, autor de La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común, donde básicamente carga contra dos premisas, como señaló Ramón Mateo en una reseña: que nuestra posición social se debe únicamente a nuestros méritos y que esos méritos son productos exclusivamente personales. Sabemos que una de las cosas que más determinan nuestra posición social es el código postal. Entre quienes señalan que la meritocracia es un mito destaca Berna León, autor del informe Derribando el dique de la meritocracia, y que decía en una entrevista: «Siempre es una honra que la gente que ha tenido privilegios en la vida, como en el caso de Lilith o en mi propio caso, sea transparente y que en ningún caso seamos los que apuntalemos el discurso meritocrático como otros, que habiendo nacido entre algodones, se dedican a reforzarlo. En España la meritocracia es definitivamente a nivel empírico un mito. Los datos que tenemos nos demuestran sistemáticamente cómo la movilidad social de nuestro país es muy baja.» ¿Es eso la sintaxis cosmopolita del que ha completado estudios en el extranjero? Más allá de eso, resulta llamativo que digan que no hay movilidad social quienes se ven beneficiados por esa inmovilidad –porque además, resulta que hacia abajo en las clases medias, sí hay movilidad social–. ¿En caso de que la meritocracia funcionara, dónde estarían ellos? ¿En un think tank del partido? Lo resume Olmos: «Así, decirles a los pobres que no se esfuercen, porque va a dar igual, amén de cínico, es triunfalmente reaccionario. Lilith Verstrynge y Podemos no quieren que un chaval de Pan Bendito llegue a diputado. A diputado solo pueden llegar ellos.»

No sé si el problema es la meritocracia o si más bien se trata de lo de siempre: clases privilegiadas cada vez más privilegiadas lanzando bombas de humo para que las clases medias y bajas se entretengan discutiendo y así quizá no se den cuenta de que cada vez van más ahogados y de que llegar a fin de mes es ingeniería financiera.

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