THE OBJECTIVE
Álvaro del Castaño

Un canto a Galicia ¡hey!

«Tampoco se dejaron confundir (los gallegos) con la manipulada -y manipuladora- encuesta del CIS, que incitaba a la confusión de los votantes en el sprint final de la campaña»

Opinión
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Un canto a Galicia ¡hey!

Alfonso Rueda, Pontón, Besteiro y Ojea. | Alejandra Svriz

Galicia no es la tierra de mi padre, ni es mi tierra madre. Conozco sus riberas, algunos de sus montes y sus valles, y a veces desde la meseta se ven tristes sus ojillos, llenos de pesares. Pero si, tengo morriña ¡hey!, porque estoy lejos de esos lugares. Yo te quiero tanto y aun no lo sabes (…)

Me quedo como un Pepe (trad. «quedarme satisfecho») parafraseando la letra de la mítica canción que Julio Iglesias cantaba allá por 1972 porque me permite iniciar una oda periodística a Galicia (aderezada con expresiones típicas en gallego) para celebrar la lección de madurez que sus electores han dado a toda España en los recientes comicios autonómicos. 

Para empezar, sus gentes nunca cayeron en la trampa mediática progre del falso desastre ecológico de los pellets en las playas gallegas. Eché ho que hai (trad. «es lo que hay»). Pese a estridentes coberturas de televisión, alarmantes portadas de periódicos, y declaraciones incendiarias de politicuchos locales y nacionales de la izquierda, el pueblo permaneció sereno y no les compró semejante mercancía dañada. Tras haber sufrido un verdadero desastre con el vertido del Prestige hace ya algunos años, esta argucia populista era un insulto a su inteligencia. 

Tampoco se dejaron confundir con la manipulada (y manipuladora) encuesta del CIS, que incitaba a la confusión de los votantes en el sprint final de la campaña. Polo pan baila o can (trad. «por el interés de lograr algo, se hace lo que sea necesario»), debería ser el lema del CIS de Tezanos. Lo único que lograron estos gurús demoscópicos fue movilizar a la ciudadanía para que dejara clara la autoridad de su propia soberanía. 

Ni siquiera las patosas y confusas declaraciones del propio Feijóo, que parece ser un miñaxoia (trad. «persona falta de astucia»), sobre la amnistía, tan manipuladas por la caja de resonancia de la rojoesfera, hicieron mella en el raciocinio del electorado galaico.

Y por si fuera poco han dado una lección de buen juicio. Me acabo de caer da burra (trad. «dar cuenta») de la exquisita elegancia de este pueblo tan aguerrido, silencioso y laborioso, que, con una pasmosa naturalidad y discreción, ha rechazado las estridencias de los partidos extremistas y radicales, aquellos que atraen a los desencantados, pero que nunca unen a los pueblos ni los hacen progresar. Nin tanto «arre» que fuxa nin tanto “xo” que pare (trad. «los extremos nunca son adecuados»). 

«Me acabo de caer da burra (trad. «dar cuenta») de la exquisita elegancia de este pueblo tan aguerrido, silencioso y laborioso, que, con una pasmosa naturalidad y discreción, ha rechazado las estridencias de los partidos extremistas y radicales»

Es verdad que nunca choveu que non escampara (trad. «en momentos complicados siempre hay luz al final del túnel»), porque haber dejado en cero escaños y menos del 2% del voto al partido de la vicepresidenta del gobierno que venía apoyada por todo su aparato mediático, su plataforma de poder institucional y sus orígenes gallegos, es una bofetada en toda regla a la estupidez. Yolanda pensaba ser mais lista que un allo (trad. «ser la mas espabilada») y utilizar esta comunidad como base de su nuevo partido para dar el salto nacional. El brinco ha sido notable, pero directo al vacío. 

Outra vaca no millo (trad. «otro que tal baila») es Podemos al que el pueblo soberano ha ninguneado de tal manera que casi dan pena y ternura. Básicamente no existen en tierras galaicas, quedando incluso – y, ojo, en una tierra muy rural y ganadera – por debajo de los animalistas del PACMA.

Non vaia ser o demo (trad. «por si las moscas»), nuestros amigos del norte tampoco han caído en los cantos de sirena de Vox, cuyo auge solo hubiera resultado en una victoria del Frankenstein del desbarajuste, del descontrol y del desgobierno. Los gallegos han recurrido simplemente al voto útil, el que da estabilidad a sus vidas.

Por otro lado, también han logrado poner en su sitio al presidente del gobierno, castigando al partido socialista con un desplome del 36% en escaños, demoliendo su suelo histórico, y enviándole al limbo de los perdedores irrelevantes, demostrando que sus coqueteos con el nacionalismo a nivel nacional han llevado a estos sagaces electores a elegir al nacionalista genuino (Pontón) en vez de la copia barata, falaz y escasa de contenido. Morra o conto (trad. «tema zanjado»).

Para terminar, pese al auge nacionalista, malo será (trad. «se utiliza en contextos en los que pese a las adversidades, siempre se busca el lado positivo»), si la cosa no mejore habiendo tenido las narices de elegir a un señor conservador, muy serio, de buen talante, con pintas de sencillo profesor de instituto, casi aburrido, para el que ha sido chegar e encher (trad. «cuando un logra algo a la primera») en sus primeras elecciones. Y el mayor valor de este logro es que el elegido ofrecía algo muy singular en la política actual, pues no vendía glamour, ni ideas alocadas, ni populismo indecente, ni estridencia, ni revolución. Su mercancía era justamente la que debe comprar una sociedad adulta: eficacia, gestión, seriedad y falta de confrontación.

Marcho que teño que marchar (trad. «me marcho aunque no quiera hacerlo»)

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