THE OBJECTIVE
José Carlos Rodríguez

Caso Koldo, caso Ábalos, caso Sánchez

«El presidente ha querido desprenderse de todo lo que tenga que ver con este asunto. Pero ha tratado muy bien a todos los protagonistas de esta trama corrupta»

Opinión
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Caso Koldo, caso Ábalos, caso Sánchez

Ilustración de Alejandra Svriz.

Caso Koldo. Portero de prostíbulo, veedor de vertederos, custodio de avales, escolta y chófer, concejal, asesor, y hombre para todo del PSOE, Koldo García Izaguirre es una figura clave en el caso de más que presunta corrupción que está en todos los medios de comunicación, y de forma destacada en THE OBJECTIVE

La empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas S.L. salió de un letargo económico a una facturación 53 veces millonaria, vinculada a la obtención de varios contratos de provisión de mascarillas para instituciones de distinto nivel, todas vinculadas al Partido Socialista. Los Ministerios del Interior (Fernando Grande-Marlaska) y de Transportes (José Luis Ábalos) le contrataron más de 40 millones de euros, y los Gobiernos de Canarias (Ángel Víctor Torres) y Baleares (Francina Armengol) otros 13 millones. No voy a entrar en detalles, pero podemos ver aquí las típicas huellas de la corrupción: adjudicaciones arbitrarias, sobreprecio, productos defectuosos, y condonaciones.

Según la investigación judicial, Koldo García fue la persona que facilitó a la empresa la información sobre los procesos de adjudicación. Es el puente entre la empresa y los políticos que van a decidir a su favor. Durante el período de actividad de Soluciones (2020/2022), en el que facturó esa cantidad, el patrimonio de Koldo dio un salto de 1,5 millones de euros sin explicación posible por otra fuente de ingresos, aparte de las declaradas, que no fueran las comisiones por hacer de intermediario.

Caso Ábalos. Koldo es el machaca de Ábalos. Le ha acompañado en todo tipo de tareas, y especialmente en las más turbias. Donde estaba uno, estaba el otro. En 2017, Sánchez nombró a Ábalos secretario de Organización del PSOE, y a su vez el hoy diputado le abrió a Koldo las puertas del partido. Era el típico fontanero del aparato. Fue Koldo quien llevó en su propio coche al entonces ministro de Transportes a recibir las 40 maletas que trajo Delcy Rodríguez, número dos del sátrapa venezolano. Delcy vino a España para ver a José Luis Rodríguez Zapatero, y sabe Dios para qué otros menesteres.

El alcalde de León, José Antonio Díaz, criticó entonces a Ábalos. Y lo que recibió fue una llamada de su escudero: «Me quedan tres años para joderte». Díaz sabía qué quería decir eso: «Si Koldo te amenazaba, era casi una amenaza de Ábalos». El secretario de Organización del PSOE intentó levantarle la silla, pero la militancia leonesa se lo impidió. Con la pareja bajo sospecha, Díaz se ve con las fuerzas suficientes para apuntar hasta qué puntos estaban unidos los dos: todo el que quisiera hablar con Ábalos, «tenía que pasar por Koldo». De hecho, según hemos sabido, una de las personas que forman parte de la trama de las mascarillas, Víctor de Aldama, tenía «una estrecha relación» con Koldo, porque había contactado ya con el conseguidor «al menos una vez» para «agilizar trámites» en el ministerio de Ábalos. 

«Ábalos nombró a Koldo consejero de Renfe, como Sánchez ha designado a Carmen Calvo presidenta del Consejo de Estado»

La responsabilidad del exministro en la trama de las mascarillas es directa. Firmó una orden ministerial que obligaba a Puertos del Estado a comprar ocho millones de mascarillas. Según una información de Juanma Lamet, un alto cargo del ministerio ha declarado: «Se nos obligó desde el ministerio a hacerlo nosotros, nos obligaron», y «si el ministro te dice que tú lo tienes que hacer, tú lo haces». Añade otro dirigente: «Nos forzaron a pagar una gran cantidad de mascarillas (…), a un precio inflado». Una declaración del empresario Juan Carlos Cueto, cerebro de la trama, les vincula a ambos en ella: «Esto era un favor que le estaba pidiendo tu vecino (Koldo)… él y su ex jefe (Ábalos). Y parece ser que el otro ha dicho que sí… porque le han dado otro favor a cambio». 

José Luis Ábalos nombró a Koldo García consejero de Renfe, como Pedro Sánchez ha designado a Carmen Calvo presidenta del Consejo de Estado. Son dos casos de corrupción de las instituciones para los que no necesitamos conocer el resultado de ningún procesamiento judicial.

Caso Sánchez. El presidente del Gobierno ha querido desprenderse de todo lo que tenga que ver con este asunto. Incluso ha permitido que sus medios de comunicación, como El País y la SER, hablen abiertamente del caso, siempre mirando hacia el dúo calavera. Pero aquí no se puede cortar por lo sano. Sánchez encargó a Koldo que custodiara los avales que respaldaban su candidatura frente a Susana Díaz, y nombró a Ábalos como su número dos en el partido.

A Ángel Víctor Torres le ha hecho ministro de Política Territorial, y a Francina Armengol le ha designado presidenta del Congreso. Y ha hecho a Santos Cerdán, que fue quien puso en contacto a Ábalos con Koldo, secretario de Organización del PSOE. Ha tratado muy bien a todos los que han tenido un papel protagonista en esta trama corrupta.

«Sánchez destituyó a Ábalos en 2021. No sabemos si porque conocía la existencia de la trama corrupta»

De Koldo dijo en uno de esos libros que firma Sánchez como si fueran tesis que es un «gigante de la militancia en tierras navarras», un «guerrillero de grandes dimensiones físicas, y corazón comprometido». En definitiva, «es un referente político en la lucha contra los efectos de la crisis y las políticas de la derecha», que es a lo máximo a lo que puede esperar un socialista: a oponerse a todo lo que venga de la derecha. 

Pedro Sánchez destituyó a Ábalos en 2021. No sabemos si es porque conocía la existencia de la trama corrupta, aunque mi impresión es que sí. Pero lo ha mantenido como diputado en las últimas elecciones. ¿Por qué? Quizás, como dice Álvaro Nieto, director de THE OBJECTIVE, «porque lo quiere proteger: le mantiene aforado para que no le pueda investigar un tribunal ordinario, sino solo el Supremo previa presentación de un suplicatorio».

José Luis Ábalos ha declarado que él es una persona «leal» con Sánchez. Sólo se puede interpretar como una llamada expresa a que Sánchez sea también «leal» con el ministro. Ha dicho que él dejará el escaño sólo si el PSOE (Santos Cerdán) se lo pide orgánicamente. Por otro lado, aunque es una persona fiel, no creo que Koldo se permita caer por este asunto, sin que lo hagan con él todos los filisteos.

«La Fiscalía española encontró que no había nada ilícito vinculado a Tomás Díaz Ayuso»

En febrero de 2022, Pablo Casado acusó a Isabel Díaz Ayuso de haber hecho una concesión irregular en la venta de material sanitario a la Comunidad de Madrid, que ella presidía. Casado tenía información al respecto: poseía un documento que sólo podían tener el interesado y el Ministerio de Hacienda; es decir, el PSOE. Cómo se atrevió a denunciar una supuesta irregularidad de Ayuso blandiendo su propia irregularidad es un misterio para mí. Cómo se pudo fiar del PSOE, es otro misterio. Pero se prestó a ser instrumento de un proyecto del Partido Socialista para destruirles a Díaz Ayuso y a él mismo

Conocemos el final de la historia. Sabemos, también, que la Fiscalía española encontró que no había nada ilícito vinculado a Tomás Díaz Ayuso, y que la Fiscalía europea llegó a la misma conclusión. Nunca hubo una sola imputación, no digamos un procesamiento o una detención. En una democracia, las personas son inocentes hasta que no se demuestre lo contrario. Pedro Sánchez no acepta que estamos en una democracia, porque sigue hablando de los hermanos Díaz como si fuesen culpables

Isabel Díaz Ayuso, a quien le gusta la fruta, inició el proceso judicial que está acorralando al presidente. Y puede que Sánchez caiga como fruta madura, y puede que podrida. 

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