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Javier Santacruz

España tendría que crecer más para vencer sus desequilibrios

«Las empresas están utilizando fundamentalmente el crecimiento de sus beneficios para autofinanciarse y reducir su endeudamiento»

Opinión
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España tendría que crecer más para vencer sus desequilibrios

Sánchez y Montero. | Alejandra Svriz

El crecimiento de la economía española, a pesar de que está muy por encima de lo previsto y de la media europea, tendría que ser aún mayor para llegar a las metas consideradas por la Comisión Europea como de estabilidad financiera. Es la conclusión a la que llega la recomendación particular que el Ejecutivo comunitario publicó el pasado lunes sobre España, en la cual señala que el crecimiento inesperado en los últimos dos años (medido en desviación de más de medio punto con respecto a lo esperado por el consenso de analistas e instituciones) ha conseguido reducir todas las ratios de deuda (total, externa, privada y pública), pero todos y cada uno de ellos siguen estando fuera de lo que la Comisión considera “estable” a medio y largo plazo en una proyección que extiende hasta 2033.

Empezando por la ratio sobre PIB que muestra la situación total desde el punto de vista financiero del país, definida por la Posición Inversora Internacional Neta (PIIN), la Comisión pone en valor la extraordinaria reducción de la ratio, la cual ha pasado del -90% entre 2013 y 2017 hasta el -54% al cierre del tercer trimestre de 2023 tal como señala también el Banco de España. Sin embargo, todavía está muy lejos de la media de los países comparables: -17% del PIB. Precisamente, una de las fuentes de mejora de la posición financiera de España es la transferencia de fondos europeos, gracias a la cual entre 2022 y 2023 la mejora ha sido aún más intensa si cabe. Para 2033 calcula que la PIIN estará en el -25%, aún ocho puntos por encima de lo que se considera prudencial.

«Si los costes financieros a largo plazo fueran superiores al crecimiento de la economía, la ratio a 2034 podría situarse cerca del 120% del PIB»

Una magnitud que ha mejorado también en paralelo es el saldo por cuenta corriente, consolidando la tendencia que se inició en lo peor de la crisis de deuda y que ha continuado en los últimos años como una de las fuentes de crecimiento más notables.

En segundo lugar, con respecto a la deuda privada, los crecimientos dados en 2022 y 2023 han significado una mejora de hasta el 112% del PIB, pero aún por encima del nivel razonable de entre el 87% y el 91% del PIB marcado por Eurostat. Las empresas han sido las que mayor esfuerzo han hecho, mientras que las familias también han reducido su deuda, pero menos por tener una mayor carga de intereses pasados que, además, se han visto acrecentados con la subida de los tipos de interés desde 2022 y una mayor exposición a créditos a tipo de interés variable. Las empresas (sobre todo, las grandes) están utilizando fundamentalmente el crecimiento de sus beneficios para autofinanciarse y reducir su endeudamiento, el cual apenas utilizan para financiar circulante, tal como muestran los últimos datos de la Encuesta Financiera del Banco de España.

En tercer lugar, la deuda pública también ha reducido su peso sobre PIB, pero es aquí donde la Comisión Europea alarga convenientemente su advertencia. En este sentido, advierte de que la carga de intereses actual va a activar el efecto “bola de nieve”, lo cual quiere decir que aunque el déficit presupuestario disminuya, la ratio de deuda sobre PIB seguirá aumentando en los próximos años. La clave está en que Bruselas proyecta que seguirá existiendo déficit primario (déficit público descontando los intereses de la deuda que estima en el 1% del PIB), con lo cual, hasta que no haya superávit primario, no podrá haber una reducción sostenida en el tiempo de la ratio de deuda. No es una cuestión tanto de 2025, sino más bien de 2026 para adelante.

Para 2034 la Comisión estima que la “bola de nieve” habrá hecho crecer la ratio de deuda hasta el 110% del PIB en el escenario base, contando con que el crecimiento anual del PIB esté en torno al 1,3% y que los Next Generation sigan aportando décimas adicionales de crecimiento hasta entonces. Las demás estimaciones apuntan a ratios superiores. Por ejemplo, si los costes financieros a largo plazo fueran superiores al crecimiento de la economía, la ratio a 2034 podría situarse cerca del 120% del PIB.

La sensibilidad a cualquier cambio pequeño en las ratios puede hacer que la deuda pública se vuelva fácilmente insostenible a medio plazo. Advierte, por ejemplo, del peligro que supone ligar las pensiones a la inflación. En este sentido, la Comisión Europea pone en valor la necesidad de hacer reformas como las que se han aprobado en los últimos tres años como la ley concursal, la canalización de los fondos europeos a la economía real o la inversión en energías renovables que reduzcan la dependencia energética del país (restando, por consiguiente, bastantes millones de euros de déficit comercial).

Llama la atención su confianza en otras medidas como la ley de vivienda, las medidas para hacer la Justicia más ágil o la extensión de la I+D para que sean eficaces a la hora de generar más crecimiento tendencial a largo plazo, menos deuda privada y menos déficit público, especialmente de carácter estructural.

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