THE OBJECTIVE
Victoria Carvajal

Nadie está a salvo

«La inquietud en torno a la elección del nuevo órgano de gobierno del Banco de España, una de las pocas instituciones aún independientes, está justificada»

Opinión
2 comentarios
Nadie está a salvo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Ilustración: Alejandra Svriz

¿Cómo afectará al Banco de España la operación de regeneración democrática anunciada por Sánchez tras su largo puente de reflexión? El mandato del gobernador, Pablo Hernández de Cos, vence el 30 de mayo. Y el de la subgobernadora, Margarita delgado, el 3 de agosto. La limpieza de la democracia que propugna el presidente del Gobierno pasa por dividir al país entre los buenos (ellos y sus socios de Gobierno) y los malos (la oposición), alejando toda posibilidad de lograr el pacto entre los dos grandes partidos necesaria para renovar ambos cargos. Tampoco su apetito colonizador de las instituciones públicas se ha moderado. Dispuesto como está a extender el control del Ejecutivo a los jueces y a los medios de comunicación que osen fiscalizarle. En ese contexto, la inquietud en torno a la elección del nuevo órgano de gobierno de la autoridad monetaria, una de las pocas instituciones aún independientes, está más que justificada.

No importa que haya tardado seis años en darse cuenta de que lo que la democracia española necesitaba era una regeneración. El caso es que Sánchez lo tiene a huevo. Puede empezar por dar marcha atrás en la okupación por parte del Gobierno de muchas instituciones públicas. Sin ir más lejos el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que dirige Tezanos y que el mismo día que el presidente anunciaba su continuidad en el cargo publicaba una sesgada encuesta flash sobre la carta de Sánchez, la denuncia a su mujer Begoña Gómez y una posible reforma judicial. Pagada con el dinero de todos los contribuyentes: corrupción flash. El blindaje de la independencia de organismos como el CIS es una asignatura pendiente desde antes de Sánchez, pero la institución nunca había estado tan descaradamente al servicio del Gobierno.

Y si es la libertad de prensa lo que preocupa a Sánchez a esa lista habría que añadir RTVE y la agencia Efe, hoy también abiertamente colonizados por el Ejecutivo. ¿O es que tal vez la libertad de prensa, como la democracia, sólo la representan ellos y sus medios afines?

El mismo pavor da su intención de controlar a los jueces díscolos. Si la apertura de unas modestas diligencias sobre su mujer le lleva a tomar la insólita decisión de abandonar sus funciones públicas durante cinco días para regresar con un afán censor y autoritario renovado, ¿qué puede pasar si alguna de las líneas de investigación abiertas en el caso Koldo acaba salpicando a su cónyuge y o a miembros de su Gobierno?

El presidente debe preguntarse cómo es posible que el control que ejerce sobre la Fiscalía general no le haya servido para blindarse él y a los suyos de cualquier investigación. ¿Y qué garantías tiene de que el nombramiento de afines políticos como miembros del Tribunal Constitucional sea suficiente? Qué más da si la regeneración democrática pasa por elegir a juristas de reconocida competencia para esos cargos. La suya, su regeneración, pasa el blindaje total de su poder. La deriva iliberal es inquietante.

«Tanto el Banco de España como la AIReF han destacado por sus críticas a algunas de las políticas económicas de Sánchez»

Pero volvamos a la independencia del Banco de España. Junto a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), encargada esta última del cumplimiento de la estabilidad presupuestaria, es de las pocas entidades públicas de supervisión económica que mantiene su independencia. «La condición de independencia tiene una razón singular en aquellos organismos encargados del asesoramiento, seguimiento o evaluación de las políticas públicas, sean presupuestarias o de otro tipo. La independencia institucional es la mejor forma de garantizar que las valoraciones se hagan con criterios objetivos y técnicos, al margen de las opiniones y los intereses políticos de quienes están siendo evaluados». Lo decía Pablo Hernández de Cos ante la Comisión para la Auditoría de la Calidad Democrática en una comparecencia a mitad de su mandato. Pero esa independencia ha provocado regularmente choques con algunos ministros del Ejecutivo de Sánchez.

Tanto el Banco de España como la AIReF han destacado por sus críticas a algunas de las políticas económicas del Gobierno de Sánchez. La última, el pacto entre el PSOE y ERC para condonar una deuda de 15.000 millones de euros a Cataluña y asegurarse Sánchez el apoyo de los republicanos a su investidura. Un acuerdo que en su opinión es un mal parche frente al gran problema que supone el sistema de financiación autonómica y su falta de incentivos para un comportamiento prudente por parte de las CCAA.

Ambas también han advertido de los efectos negativos de la reforma de las pensiones por descansar su financiación en el gasto público y en el aumento de las cotizaciones sociales, cargándose el factor de sostenibilidad y rompiendo con el principio de solidaridad intergeneracional. Críticas que ha corroborado la Comisión Europea hace pocos días. La deficitaria gestión del Ingreso Mínimo Vital o de los efectos adversos sobre el empleo de las comunidades autónomas más pobres de las reiteradas subidas del SMI han sido igualmente señaladas por ambas instituciones. Así como la falta de voluntad del Gobierno para alcanzar los grandes pactos de Estado que permitan a España sanear sus cuentas públicas y hacer las reformas necesarias para salir del estancamiento.

De forma que ganas para poner a un gobernador menos crítico con su gestión económica no deben faltarle a Pedro Sánchez. Ya lo hizo con el INE en junio de 2022 cuando los datos de crecimiento del PIB y de evolución de la inflación no satisfacían al Gobierno. Desde enero de 2023 cambió su metodología.

Tanto Hernández de Cos como Delgado cesan automáticamente al cumplirse ahora los seis años de mandato. Hasta ahora, el gobernador lo ha elegido el Gobierno y al subgobernador, el principal partido de la oposición. A falta de un acuerdo, ¿puede trasladarse la crispación política a la gestión del banco central y entorpecer su trascendental función como supervisor del sistema financiero y fiscalizador de las políticas públicas? Ya ha habido bronca en torno a los recientes nombramientos de tres miembros del Consejo Ejecutivo por dudas sobre su independencia del Gobierno.

Nadie está a salvo de la limpieza democrática de Sánchez.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D