Trump resiste en el Sur y el Medio Oeste

No ha habido violencia ni serios problemas en los centros electorales de Estados Unidos durante la esperada y temida jornada, que finalmente se ha distinguido por la enorme cantidad de votos por correo o adelantados –en aquellos estados que ofrecían la posibilidad de pasar por las urnas días antes-, más de 100 millones. El recuento se estaba desarrollando muy lentamente por ese motivo en algunos estados cuando ya sólo faltaba el cierre en la Costa Oeste, Alaska y Hawaii.

A las cinco de la mañana, hora española, se apreciaba una situación opuesta a la de 2016: Donald Trump[contexto id=»381723″] seguía con más votos populares, 45 millones contra 42 millones, pero se había asegurado menos compromisarios, que son los que por voto indirecto decidirán la contienda presidencial, 114 frente a 188 de los 270 necesarios, según el estudio demoscópico de Edison Research. Pero es posible que se tarde días en conocer resultados definitivos. La resistencia de Trump en Florida le encaminaba al triunfo en ese importante estado (29 compromisarios), pero aun con un triunfo allí necesitaba vencer los pronósticos en otros de las dos costas para hacer valer su superioridad en el Medio Oeste blanco y protestante.

La política abrasiva frente a las minorías étnicas y de fuerte impulso a las grandes empresas, más iniciativas como la desregulación con consecuencias medioambientales y el famoso muro en la frontera con México que ha sido la de Trump ha provocado un cisma social, que hacía temer una jornada con incidentes que, hasta la hora de cerrar esta primera impresión, han sido muy escasos. El veterano Joe Biden cumplía por su parte los pronósticos pero, con todo, nos encaminamos a un final apretado, influido por la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″] que el lunes registró una de sus peores jornadas de contagios y muertes.