Derrota de Sánchez en la Eurocámara: ninguno de los 14 nuevos vicepresidentes es español
Fuentes europarlamentarias denuncian que se ha «dejado pasar» la oportunidad de acumular influencia de cara a la presidencia española de la UE en 2023
Se ha escrito mucho de la escasa influencia internacional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras haber sido excluido de las conversaciones lideradas por el presidente de EEUU, Joe Biden, sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia. Pero ha trascendido menos la pérdida de peso e influencia de España en la reciente renovación del Parlamento Europeo, en contraste con la buena imagen y mejor prensa del presidente Sánchez en los entornos comunitarios.
Según las fuentes europarlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE, España ha dejado pasar una oportunidad de oro para hacerse con algunos puestos clave de la renovación del Parlamento Europeo, que estaba prevista a mitad de mandato y se precipitó con la muerte del italiano, David Sassoli. El nombramiento de la maltesa Roberta Metsola ha venido acompañado por 14 nombramientos de vicepresidentes y cinco cuestores, un cargo que se corresponde con los secretarios técnicos, y que conforman la mesa del Parlamento europeo.
Ni un solo vicepresidente en el Parlamento
España no ha logrado ni uno solo de los puestos de la nueva presidencia, frente a otros países de mucho menor peso en términos de población y contribución a la UE. Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, entre los vicepresidentes «se encuentran tres alemanes, dos franceses, dos griegos, uno de Letonia, uno de Luxemburgo, y otro de Eslovaquia, pero lo más inquietante es que no se presentaron candidatos ni por parte del grupo del PP europeo, ni del grupo de los liberales…».
Una estrategia que no dista de la desplegada por el grupo socialista que, pese a ser la delegación mayoritaria en el grupo socialista europeo, no ostentará ninguno de los cargos de vicepresidentes del Parlamento que tan relevantes son a la hora de «marcar los tiempos para la aprobación de directivas, recomendaciones o advertencias para algún país en concreto». Según estas fuentes, el Gobierno español «ha dejado pasar esta oportunidad de aumentar su influencia en las instituciones comunitarias, especialmente de cara a la presidencia rotatoria de la UE» en el segundo semestre de 2023, y sin mediar explicación alguna.
Tampoco representación en los cinco cuestores
Tampoco optará España a ocupar ninguno de los cinco puestos de cuestores, el representante encargado de cuestiones de intendencia, cuestiones presupuestarias, organizativas y de personal de la cámara, pero que también ejercen su poder de influencia. «Dado que España es la cuarta potencia en términos de PIB y población, después de Alemania, Francia e Italia, deberíamos de habernos hecho con algún puesto, pero no tampoco lo hemos logrado», señalan estas fuentes de Bruselas.
Otras fuentes consultadas explican que, a nivel europeo, la no presentación de candidatos por parte de un país responde a una estrategia para negociar a cambio otras cuestiones, pero no hay en el horizonte cercano ninguna negociación de renovación institucional en la que España pudiera ampliar su radio de influencia. En el plano de las presidencias de comisión, España tiene tres de veintitrés presidencias de comisión: el socialista Juan Fernando López Aguilar preside la comisión LIBE (Libertades Civiles, Justicia e Interior), el europarlamentario de Ciudadanos, Adrián Vázquez, la de JURI (Asuntos Jurídicos) y la popular, Dolors Montserrat, quien preside la comisión PETI (Comisión de peticiones).
Asimismo, España ostenta otras seis vicepresidencias de comisión. En paralelo, pero en el ámbito partidista, el puesto de relevancia de Iratxe García como presidenta del grupo Socialistas y Demócratas, la segunda gran familia política en importancia numérica del Parlamento Europeo, con 146 escaños frente a los 178 del PP europeo.
Sólo queda Borrell
El único alto cargo que los socialistas españoles -también de los europeos, tras el fallecimiento de David Sassoli-, ostentan en las instituciones comunitarias es el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. Aunque las fuentes comunitarias consultadas explican de que se trata de un perfil «muy desgastado» que ha abusado de la ‘política de deeply concern’, fundamentada en la preocupación e inacción a partes iguales. «Su imagen no es buena», recuerdan estas fuentes tras la polémica que mantuvo Borrel con el ministro de Asunto de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, a cuenta del ‘caso Navalny’ y su comparación con «políticos presos en Cataluña».
Estas fuentes recuerdan también la derrota de España en julio de 2020 al perder Nadia Calviño la carrera por hacerse con la presidencia del Eurogrupo. Puesto que no logró por un solo voto de diferencia y que recayó en el irlandés Pascal Donohe. Cuestiones que han hecho que «España ha perdido capacidad de influencia frente a otros países que se mueven muy bien como Portugal o Grecia», explican a este diario fuentes diplomáticas.
La cumbre crucial de la OTAN
Una cascada de derrotas que le hace perder a España puntos de cara a la celebración de la cumbre de la OTAN en el mes de junio y la presidencia rotatoria de la UE son dos citas internacionales de la máxima relevancia con las que Pedro Sánchez aspira a escalar posiciones en el plano geo estratrégico y lograr su ansiada reunión bilateral con el presidente de EEUU, Joe Biden.
Ésta es la principal piedra en el zapato de Pedro Sánchez: la incapacidad para haber logrado un encuentro por el que la diplomacia española lleva trabajando más de un año. Y lo peor, el contraste: a sólo un mes de su toma de posesión, el canciller alemán, Olaf Scholz, visitará La Casa Blanca la semana que viene. En el Palacio de la Moncloa se destila frustración porque no hayan funcionado las gestiones del hombre fuerte de Sánchez en el plano internacional, el ministro de exteriores, diplomático de carrera, José Manuel Albares. El ministro estuvo recientemente EEUU visitando al secretario de estado, Anthony Blinken.
Según fuentes diplomáticas, «la reunión fue próspera y estableció un cauce de comunicación que ha permitido que la administración norteamericana» agradezca estos días el «apoyo sin fisuras a la OTAN en la crisis de Ucrania y que seamos constructivos en materia de seguridad y defensa». Sin embargo, las relaciones de poder de Washington en general y La Casa Blanca en particular mueven muchas cosas en juego generando incomprensión en España por el infructuoso encuentro de Sánchez con Biden.