Olona calcula que logrará un 6% en las generales con los desencantados de PP y Vox
La abogada del Estado aspira a ser «decisiva» para la conformación de un futuro Gobierno de derechas, para lo que necesitaría alrededor de siete diputados
Macarena Olona está decidida a presentarse a las elecciones generales de 2023. No es ningún secreto. Lo ha admitido públicamente bajo la disyuntiva de si el partido que preside Santiago Abascal demuestra que ha dejado de ser una «alternativa real» en los próximos comicios autonómicos y municipales. Sin embargo, poco se sabe de las motivaciones de la abogada del Estado. Según ha podido saber THE OBJECTIVE por fuentes cercanas a la exlideresa de Vox en Andalucía, su determinación se debe a que está convencida de que lograría un 5-6% de los votos procedentes de «rebotados» con su antigua formación y de «desencantados» con el Partido Popular. «Ahí está su nicho», abundan estas fuentes.
Olona se ha retirado oficialmente de la política para dedicarse a su profesión, pero sigue de facto en ella, sin alejarse del foco mediático. De hecho, calcula meticulosamente sus embates en redes sociales, donde arremete cada vez con más frecuencia contra su antigua casa política. Así, ha cargado contra los de Abascal por el ataque de Carla Toscano a Irene Montero, por la presentación de una moción de censura contra Pedro Sánchez, por su querella contra el presidente del Gobierno, etc.
Estos ataques son ignorados sistemáticamente por los dirigentes de Vox –por cuanto esa es la consigna de la cúpula, que no quiere alimentar su «victimismo»-, pero no por sus seguidores, con quienes ha tenido numerosas refriegas. La más reciente, con el youtuber Isaac Parejo, que participó en el macroevento Viva 22 con un polémico concierto. Este último ha criticado las «incoherencias» de la exdiputada en el Congreso, que ha contraatacado asegurando que el artista -otrora declarado macarenosexual– está financiado por el partido al que defiende en redes sociales.
Su otra polémica terminó en los tribunales, después de que un asesor de Vox en el Parlament de Cataluña difundiera un audio con calumnias procaces. El joven denunciado es conocido por las principales personalidades del partido y está en la órbita de tuiteros que distribuyen y comparten el mensaje de la formación en las redes sociales. Quienes le conocen se refieren a él como «el número dos de Ignacio Garriga», secretario general en sustitución de Javier Ortega Smith. Olona anunció a El Plural que el importe de la indemnización lo donaría a las víctimas de «violencia doméstica».
Nótese que el término empleado no es casual. La «violencia doméstica» es el eufemismo con el que la derecha dura se refiere a la «violencia de género», que es patrimonio de la izquierda y del Partido Popular. Y Olona lo utiliza porque una de sus banderas políticas es la defensa de la igualdad real de hombres y mujeres frente a la «criminal ideología de género» a través de su Fundación Igualdad Iberoamericana. Con este fin, ya anunció el pasado mes de noviembre que recorrerá el país en busca de 500.000 firmas, las necesarias para articular una propuesta que llegue al Congreso de los Diputados. Un anticipo del retorno que de verdad ansía a la Cámara Baja.
Una «muleta decisiva»
Una persona conocedora de la estrategia actual de la exlideresa de Vox asegura que su intención es ser «una muleta decisiva» en un futurible Gobierno de coalición entre PP y Vox a nivel nacional, con una aspiración electoral que ahora mismo rondaría «los siete diputados». Un escenario más conservador que el que dibujó Electomanía en octubre: le asignaba un 11,1% de los votos, que se materializarían en once escaños (obteniendo tres por Madrid y tres por Andalucía) y que la convertirían en decisiva para un posible Ejecutivo de derechas. Pero en ambas situaciones se daría la condición sine qua non para presentar su candidatura: no comprometer «el necesario equilibrio que hay que mantener a la hora de conformar el próximo Gobierno de España».
Será difícil, pero por eso su aspiración es convencer a los desencantados que ya no van a votar a los dos grandes partidos de la derecha. En este empeño, Olona se ha rodeado -y dejado querer- por personas y escisiones críticas con Vox. Pero también por eso se ha alineado con los posicionamientos políticos de Isabel Díaz Ayuso, ya que la presidenta madrileña encarna ese virtuoso término medio entre ambas formaciones que gusta tanto a los electores populares como a los voxeros.
Y hay otra razón socio-demoscópica: considera que hay espacio para un liderazgo femenino en la derecha. Acaso porque el estudio del CIS de diciembre de 2019 concluyó que solo el 3,2% de las mujeres españolas habían votado a Santiago Abascal en los últimos comicios generales, mientras que el porcentaje de votantes masculinos alcanzaba el 6,4%. También porque cuatro de los cinco dirigentes políticos más buscados en Google son mujeres, siendo Macarena Olona la segunda por detrás de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.