Guardias civiles recurren el cartel de un pueblo navarro de Bildu con agentes entre llamas
Piden al juez que investigue a los organizadores de la polémica fiesta por un delito de odio contra los agentes
Polémica con un cartel de las fiestas de Etxarri Aranatz, un pueblo de 2.500 habitantes en Navarra, en el que aparecen dos guardias civiles entre llamas. La asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC) ha recurrido este letrero ante los tribunales al considerarlo un delito de odio hacia las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, según señalan a THE OBJECTIVE desde esta organización.
Las celebraciones patronales de la localidad, gobernada por Bildu, —ostenta diez de los 11 concejales—, incluyen un evento cada verano denominado ‘Día del inútil’ donde históricamente los vecinos han protagonizado parodias contra la presencia de Policía Nacional y Guardia Civil, así como con el resto de instituciones del Estado, en Etxarri Aranatz. Esta jornada ha vuelto al municipio tras varios años sin festejarse entre críticas por parte de los guardias civiles, quienes han mostrado «su rechazo más absoluto».
«Quemados en una hoguera»
La asociación profesional IGC ha solicitado al juez que investigue a los organizaciones de la iniciativa por un presunto delito de odio por «la campaña publicitaria de las fiestas vertida por el ayuntamiento de la localidad» a través de las redes sociales. Desde el Consistorio, no obstante, insisten en que se trata de una fiesta organizada por una asociación juvenil al margen de la corporación municipal. El Ayuntamiento de Etxarri Aranatz patrocinaba estas jornadas hasta que en 2018 dejó de hacerlo por la polémica que suscitó esa edición.
A juicio de esta organización de la Benemérita , bajo el eslogan de ‘Inutillan Eguna’ —Día del inútil—, la ilustración escenifica la imagen de dos guardias civiles «en la que se que se simboliza que están siendo quemados en una hoguera con la que reivindican su expulsión definitiva en cualquiera que sea sus formas de todo el territorio Vasco».
Apoyo a presos etarras
Este programa de actos, que se celebra a lo largo de este viernes, justo después de la finalización de las fiestas oficiales del municipio navarro, también dio espacio en sus inicios a los presos de la banda terrorista. En 2018, sin ir más lejos, el chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento lo dieron cinco hijos de reclusos de ETA de la localidad.
Ese mismo año, además, el colectivo de apoyo a presos Sare organizó una exposición para denunciar el impacto que causaba en los niños la política de dispersión y el Consistorio organizó una comida popular y un homenaje a los familiares de los etarras en en prisión, que concluyó con una manifestación por el centro de Etxarri Aranatz. Este festejo, como ha ocurrido en años anteriores, contará con un importante despliegue policial, según han confirmado a este diario fuentes de la Delegación del Gobierno en El País Vasco.
La asociación de víctimas Dignidad y Justicia también ha emitido este viernes un comunicado denunciando esta celebración. Apuntan que la Fiscalía debería investigar de oficio este tipo de actos y a sus organizaciones, «que únicamente tienen el objetivo de acosar y burlarse de la Guardia Civil que tanto a sus vecinos como a ellos siempre ha protegido».
«La diferencia entre esta quema simbólica y lo que ha ocurrido en la realidad no está muy alejada. Los terroristas han asesinado a decenas de guardias civiles a lo largo de su historia, les han humillado, han quemado sus cuarteles, han matado a sus hijos y a sus parejas. No es ninguna broma que ahora un Ayuntamiento democrático celebre este tipo de actos…», critican.
El fin de los guardias civiles de Tráfico
Estas fiestas, además, se enmarcan en un escenario especialmente complicado para los guardias civiles de Navarra. El pasado 1 de julio se materializó la transferencia de la competencia de Tráfico a la Policía Foral, lo que implicará la salida de 200 guardias civiles de esa sección tras el acuerdo entre el Ministerio del Interior y el Gobierno navarro. Ahora, los agentes tienen que decidir si quedarse en el Instituto Armado o utilizar la famosa «pasarela» para pasar a formar parte del cuerpo autonómico.
Según informó el Consejero de Interior navarro, Javier Remirez, se trata de «un periodo de transición de un máximo de cuatro años para la asunción de la transferencia de tráfico en las carreteras». Respecto a la pasarela, el titular señaló que se habilitará durante el ultimo cuatrimestre de ese periodo de tiempo y dará la posibilidad a los guardias de formar parte de la Policía Foral «en las condiciones laborales mínimas que tienen actualmente».