Las leyes del 'sólo sí es sí', 'trans' y paridad: la larga lista de errores jurídicos de Igualdad
Una ‘laguna’ en la nueva norma del gabinete de Ana Redondo podría suponer el despido de numerosos trabajadores
La conocida como ley de paridad entra en vigor este jueves con un «error técnico» que desprotege a los trabajadores que se acojan al nuevo permiso de cinco días por cuidado de un familiar tras un accidente, enfermedad grave u hospitalización, o a una adaptación de jornada. Un fallo en la norma redactada por el Ministerio de Igualdad, dirigido por Ana Redondo, que recuerda a los «errores» en la redacción de las leyes sólo sí es sí y trans durante la etapa de Irene Montero, las cuales también tuvieron graves implicaciones que no se contemplaron.
El caso más sangrante fue el de la ley del sólo sí es sí, que aún sigue causando estragos, y que ha supuesto que al menos 1.460 condenados por agresión sexual hayan visto rebajadas sus penas o hayan sido directamente excarcelados. Los juzgados aún siguen analizando casos, siendo así que en julio el Supremo ratificó una reducción de dos años en la condena a un hombre por violar a su hija en dos ocasiones.
La norma nació para endurecer los abusos, y terminó reduciendo penas por el olvido de Igualdad de incluir una disposición transitoria que limitase los casos de posible revisión de condenas. Esto, a pesar de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), entre otros, avisó de que sucedería. Pero la paradoja no termina ahí, ya que la norma nació al calor de la indignación feminista por el caso de La Manada, y terminó beneficiando a uno de sus miembros, a quien el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) rebajó recientemente en un año la pena.
La ‘ley trans’
Otro ejemplo de la mala praxis legislativa del Ministerio de Igualdad es la ley trans, que entró en vigor en marzo de 2023. Irene Montero y su equipo desoyeron las advertencias —algunas se rieron de ellas, como Ángela Rodríguez Pam— de que muchos varones acudirían al Registro Civil a cambiarse de sexo, y así fue: de las 5.139 personas que se beneficiaron de la norma el año pasado, 3.149 (el 61%) fueron hombres. Esto, a pesar de que la disforia de género es más acusada por las mujeres entre 14 y 25 años, lo que evidencia el uso espurio por parte de muchos varones.
Igualdad anunció que su ley estaría blindada ante el fraude, y que esta no entraría en conflicto con la Ley Integral de Violencia de Género (LIVG), pero no ha sido así. En primer lugar, numerosos policías y militares aglutinados en la asociación Trans No Normativos (TNN) han puesto en entredicho las lagunas de la norma.
Y en segundo lugar, son ya varios los casos de personas que han nacido biológicamente como varones pero que se han cambiado de sexo registral a mujer, han agredido a sus parejas, y la LIVG ya no ha podido aplicárseles. El último, el pasado 17 de agosto, cuando un ertzaina intentó agredir a su pareja con un cuchillo y amenazó con dañar a sus dos hijas. Es por eso que las feministas aglutinadas en la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres han pedido que el Ministerio del Interior recoja el «sexo real» en sus boletines criminológicos y no el «sexo resgitral».
Ley de paridad
Con estas dos leyes defectuosas aún causando estragos, este jueves entra en vigor la ley de paridad. Esta contiene un «error técnico» que supone la «eliminación de la protección que tenían los trabajadores que se acogían al permiso de cuidado de familiares o que solicitaban el cambio de jornada por conciliación». El error se encuentra en la disposición final novena, donde se modifica el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores, un apartado que hace referencia a los despidos nulos.
Al introducir a las víctimas de violencia sexual en los supuestos previstos para un despido nulo, Igualdad ha olvidado incluir a las personas que se hayan acogido al nuevo permiso de «cinco días por accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización que precise reposo domiciliario del cónyuge, pareja de hecho o parientes hasta el segundo grado por consanguineidad o afinidad, incluido el familiar consanguíneo de la pareja de hecho, así como de cualquier otra persona distinta de las anteriores, que conviva con la persona trabajadora en el mismo domicilio y que requiera el cuidado efectivo de aquella».
El Ministerio de Igualdad, a través de Ana Redondo, ha asegurado que este grave error se intentará corregir «en las primeras acciones parlamentarias en las que se tenga oportunidad». Así, se prevé que este proceso arranque a partir de septiembre. Para entonces, el daño a muchos trabajadores puede estar hecho.