Puigdemont apoyará una moción de censura del PP si Sánchez incumple su pacto con Junts
Junts asegura que tras la investidura habrá un nuevo listado de demandas tan ambiciosas como la amnistía o aún más
Carles Puigdemont tiene un as en la manga para obligar a Pedro Sánchez a cumplir los compromisos adquiridos con el independentismo tras una eventual investidura del líder socialista. Según fuentes de Junts per Catalunya consultadas por THE OBJECTIVE, sus siete diputados no dudarán en unir sus votos al PP y Vox -con quien suman 176 diputados- para apoyar o alentar una moción de censura contra Sánchez que dé un vuelco a las mayorías parlamentarias y, si es posible, acorte la legislatura y precipite una nueva convocatoria electoral.
El exmandatario catalán y su equipo no se fían de la palabra del ahora presidente en funciones y trabajan en un plan detallado que no deje cabos sueltos tras la reedición del gobierno de coalición. El propósito es que Sánchez no se olvide de que la «amnistía completa» es únicamente el requisito previo a su ‘sí’ a la investidura y, por esta razón, los socialistas ya están barajando un pleno exprés para tramitar esta medida antes de la configuración del nuevo gobierno.
«La amnistía es la petición de mínimos»
La lista de peticiones de Junts para dejar atrás los «agravios» contra el independentismo va a ser larga y tendrá el objetivo de que la mayor parte de ellos se cumpla durante la primera mitad de la legislatura. Niegan, además, que Puigdemont rebaje sus expectativas tras la celebración de la Diada o que sea todo una estrategia negociadora: «La amnistía es el principio. A diferencia de lo que han dicho desde Sumar, tras la investidura plantearemos nuevas exigencias».
Los neoconvergentes han tomado nota de los «errores» de ERC a la hora de negociar con el PSOE. A su juicio, la «rendición» de los republicanos al pactar a la baja es la principal causa de que una parte del electorado independentista se haya declinado por la abstención en los comicios del 23 de julio. Desde Junts barajan dos escenarios. El primero es que únicamente podrán convencer a su electorado de que la vía de la negociación da sus frutos con «hechos» concretos que se demuestren útiles para el grueso del movimiento independentista. No solo para los cabecillas del procés, como en su opinión fueron los indultos.
En segundo lugar, no temen una repetición electoral. Creen que si exhiben coherencia y dejan caer a Sánchez en caso de incumplimiento serán recompensados por su electorado de cara a unas nuevas elecciones generales, o en las catalanas de 2025. En concreto, aspiran a subir hasta una horquilla de entre 10 y 12 escaños en unas generales, añaden las fuentes consultadas.
Sin miedo a PP y Vox
Puigdemont ha dejado claro que el «conflicto catalán es con el Estado español», con independencia de si sus interlocutores son del PP o del PSOE. Es decir, no tiene inconveniente en pactar con el PP si esto sirve para avanzar en la agenda de la autodeterminación. Un supuesto que su principal rival en el espacio nacionalista, ERC, siempre ha negado al comprometerse a dar sus votos a las fuerzas progresistas si esto impedía el ascenso de la «extrema derecha de Vox».
Pero el plan del expresidente catalán es más «ambicioso». Como avanzó este periódico, ha pedido que la amnistía incluya unas 4.000 personas del espacio independentista, pero también a los policías con procesos judiciales abiertos por su intervención durante el referéndum el 1 de octubre de 2017. Y aseguran que su voluntad de establecer conversaciones con el PP se han demostrado ciertas en las últimas semanas, cuando los de Alberto Núñez Feijóo han confirmado los contactos con Junts.
De momento se muestran prudentes hasta que los socialistas muevan ficha, y aseguran que «nada está cerrado aún». No obstante, ya trabajan en el siguiente escenario. Todo apunta a que sobre la mesa de negociación estará algún tipo de votación en Cataluña, pero lo más importante es tantear el terreno para ver hasta dónde está dispuesto a llegar Sánchez.