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Vox paraliza la candidatura de Tamames hasta que no detalle su programa de gobierno

El exdirigente del PCE ha pedido conocer el discurso de Santiago Abascal antes de dar el paso de liderar la moción de censura, y aún no se lo han remitido

Vox paraliza la candidatura de Tamames hasta que no detalle su programa de gobierno

El economista y posible candidato de Vox para la moción de censura, Ramón Tamames. | Mariscal (EFE)

Ramón Tamames se toma con parsimonia la propuesta de Vox para que lidere la moción de censura contra Pedro Sánchez. El exdirigente del PCE y Santiago Abascal se habían puesto este pasado martes como fecha límite para alcanzar una deliberación, que pospusieron al miércoles. Ahora, fuentes cercanas al economista confiesan a THE OBJECTIVE que la situación está «enquistada» y que su decisión no trascenderá hasta la próxima semana. «En ocho o diez días», matizan.

¿El motivo? Tamames se recluyó en su despacho a escribir su discurso, que debería contener el programa de gobierno de una «España alternativa a Sánchez», y lo remitió a la cúpula de Vox. Los prebostes de Bambú le pidieron una «mayor concreción» en su propuesta. «Él hizo un diagnóstico de la situación, identificando los problemas fundamentales, pero sin aportar soluciones concretas», apuntan desde la formación.

El «profesor» -así se refieren a él desde Vox- debe precisar su propuesta, y esto ha dilatado los plazos. Pero hay otra circunstancia que concomita: él también quiere conocer el discurso de Abascal, su presentación, antes de decidir si sube a la tribuna del Congreso de los Diputados. Y este miércoles por la mañana aún no lo había leído.

Dudas sobre Tamames

Hay dudas en ambas partes. El revuelo mediático que se generó a raíz de la exclusiva de Vozpópuli pilló a Tamames por sorpresa, y, según confiesan desde su entorno, «se ha visto sobrepasado» por la repercusión. Su teléfono no ha dejado de sonar, pero ya no lo coge, y su secretaria, en quien ha delegado el trato con la prensa en lo sucesivo, confirma que no dará más entrevistas hasta que se llegue a un acuerdo… o no.

En Vox hay quien discrepa de la idoneidad de la maniobra. Tanto por la edad del candidato, que debería aguantar cerca de 14 horas en el atril del Congreso, como, sobre todo, por la falta de discreción que ha exhibido a lo largo de las negociaciones. También adelantó su deseo de cenar con Pedro Sánchez antes de la celebración de la hipotética moción de censura -porque «es lo normal entre personas civilizadas», según el economista-, y eso no ha sido del agrado de todos. Por eso la defensa a ultranza de Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del grupo parlamentario, fue, en cierto modo, un mensaje de puertas para dentro: «No sé en qué momento España ha pasado de ser un país que respetaba a sus abuelos a despreciarlos…».

¿Otro candidato?

Pese a estas reticencias, todo apunta a que la negociación llegará a buen puerto, pues la decisión final depende de Abascal, que lleva rastreando dos meses para encontrar «un candidato neutral, con experiencia de Gobierno, que no milite en partido político alguno y que se comprometa a convocar elecciones inmediatas». Requisitos que cumple con creces el que fuera representante del PCE en la legislatura que aprobó la Constitución de 1978, teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Madrid con Tierno Galván, y, ahora, reconocido economista dedicado a la divulgación.

En caso de no haber acuerdo, se buscará una alternativa. Y es que la moción no se cuestiona. «Se presentará sí o sí», despachan fuentes del partido. Y si para eso tiene que dar un paso al frente Santiago Abascal, tal y como adelantó este medio, lo dará.

Desde Vox aseguran que el perfil prioritario sigue siendo el de un «independiente», y que para ello disponen de un «abecedario de nombres»; una máxima difícil de creer si se tiene en cuenta que fue el escritor Fernando Sánchez Dragó quien tuvo que alumbrar a Santiago Abascal y Kiko Méndez Monasterio, su mano derecha. Tampoco si se considera que Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, y Paco Vázquez, alcalde de La Coruña, en conversación con este medio, se autodescartaron, pero recalcando antes que no habían mantenido conversaciones con la formación de derecha dura. ¿Quién forma parte entonces de ese «abecedario»? Un misterio.

PP y Ciudadanos no la apoyan

La moción nace muerta. Y es que el Partido Popular, principal partido de la oposición, ha anunciado que no la apoyará. Si acaso se abstendrá. El propio Ramón Tamames, de hecho, confesó en una entrevista concedida esta martes a 13TV que Alberto Núñez Feijoó, en una cena, trató de disuadirlo: «Me dijo que no le gustaba la moción, que había unas elecciones previstas, pero que daría, seguramente, la abstención».

Otras fuentes conocedoras de la conversación fueron más allá y detallaron que el expresidente de la Junta de Galicia llegó a decirle al economista que «si fueras mi padre, no te dejaría hacer esto». Una postura que, según las mismas fuentes, procedentes del PP, mantuvo Feijóo cuando Abascal llamó para informarle de la maniobra. «Es un disparate» que «sólo beneficia» a Pedro Sánchez, le trasladó. El mismo argumentario que los populares defienden públicamente.

También Ciudadanos ha marcado distancias con la propuesta de Vox. Inés Arrimadas defendió, a la par que Abascal, la necesidad de impulsar una moción de censura, pero la nueva dirección nacional -encabezada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez– prefiere poner tierra de por medio y desmarcarse de una moción liderada por Tamames. «No es útil», zanjó la nueva líder de los naranjas.

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