Patria, seguridad e inmigración: Vox afianza su giro 'lepenista' para las elecciones de mayo
El partido que lidera Santiago Abascal abunda en su propuesta ‘social y patriótica’ para hacerse fuerte en los barrios obreros a costa de la izquierda y del PP
El presidente de Vox, Santiago Abascal, en una concentración ante la sede del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico. | EP
Patria, seguridad y control de la inmigración ilegal. Esos son los tres ejes sobre los cuales orbitará la campaña de Vox de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Un afianzamiento del giro lepenista que adelantó THE OBJECTIVE el pasado mes de julio, y que se evidenció ya en el acto que la formación que preside Santiago Abascal celebró el pasado 3 de febrero en Madrid. Un aperitivo de lo que se vivirá en la campaña electoral, que arranca de manera oficiosa este domingo en la plaza de toros de Murcia.
Un enclave con mucha simbología, por cuanto se trata de la región -Murcia- en la que Vox fue primera fuerza en las últimas elecciones generales. El partido cuenta con un gran predicamento ahí, y un llenazo en la plaza de toros -con un aforo para 15.000 personas que puede ampliarse para este tipo de actos- supondría toda una exhibición de fuerza a poco más de tres meses de que España comience su ciclo electoral.
Para este, se potenciarán más que nunca los temas sobre los que incide la derecha europea para atraer el voto obrero, confrontando con la izquierda y distanciándose del liberalismo de Partido Popular y Ciudadanos. Esto se conseguiría, en el plan trazado por los prebostes de Bambú, con una apuesta más decidida por lo social, incidiendo en los problemas que acucian a los barrios obreros (inmigración y seguridad) y apostando por un intervencionismo económico similar al que enarboló Marine Le Pen
Lo exhibido el pasado viernes 3 de febrero en el Centro Cultural Úrculo de Tetuán es una perfecta muestra de ello. Allí Vox arrancó la precampaña madrileña con el lema Cuida lo tuyo, una iniciativa que defiende que «la patria empieza en los barrios». Estos, en el argumentario electoral de la derecha dura, están «en grave riesgo» por la criminalidad, y por eso se presentan como «la alternativa real que cuida de nuestra seguridad, prosperidad, cultura, familia, vivienda y comercio local por toda España».
El vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, desglosó muy bien el esquema -patria, seguridad e inmigración- cuando sostuvo que en los barrios es donde «uno hace su sentido de pertenencia», y que por eso hay que implementar políticas que permitan que los hijos de los vecinos puedan «pasear y jugar en libertad». Una bandera -la libertad- que pretenden disputar a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida. En este sentido, el candidato a la Alcaldía, Javier Ortega Smith, criticó un Madrid 360 que se dedica, en su opinión, a «restringir la libertad», imponiendo multas y siguiendo «la agenda ideológica del globalismo».
La referencia al globalismo evidencia también esa estrategia destinada a diferenciarse de los populares en aspectos sustanciales -no ya solo en el tono- para llegar obrero abandonado por la izquierda. Esto pasa por el populismo, entendido como el planteamiento de una dicotomía entre el pueblo o las élites globalistas.
Todo empezó en Andalucía
El punto de inflexión, tal y como adelantó este medio, fue Andalucía. De la fallida incursión de Macarena Olona en la región se extrajeron conclusiones que ya se están implementando: es preciso un discurso articulado que incida en los problemas que plantea la la inmigración, especialmente en cuestiones de seguridad, pero también hace falta contenido propositivo en materia económica que se distancie lo suficiente del liberalismo enarbolado por sus competidores en el centro-derecha.
La propuesta para atraer al voto obrero es, además, consecuencia del liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, que aspira a fagocitar a Ciudadanos y atraer al socialista moderado, desencantado con los pactos del PSOE con Unidas Podemos y los separatistas durante esta legislatura. Un nicho al que no aspira Santiago Abascal.
